En 1982, la primera edición de Mondiacult marcó un hito mayor en la definición de la cultura para el desarrollo, ya que la comunidad internacional adoptó allí una definición amplia de la cultura como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social
México anunció para el año 2022 una nueva Conferencia Mundial sobre las políticas culturales, Mondiacult, al término de la reunión de 120 ministros de todo el mundo que, en el marco de la 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO, debatieron el papel de la cultura en las políticas públicas para impulsar el desarrollo sostenible.
El anuncio de México cerró el Foro de Ministros de Cultura 2019, la mayor reunión de esta naturaleza celebrada en los últimos veinte años: «Han pasado veinte años desde la última conferencia intergubernamental de ministros de cultura, celebrada en Estocolmo. Desde entonces, la faz del mundo ha cambiado. La cultura tiene un papel fundamental que desempeñar para hacer frente a los retos de nuestro siglo. Ante las divisiones mundiales y la parálisis de algunas plataformas institucionales, constituye un lenguaje común que rompe barreras», afirmó la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, al abrir el debate.
La capacidad de la cultura para construir sociedades más solidarias, resilientes e inclusivas fue el principal tema de reflexión abordado en el Foro de Ministros, en el que se plantearon muchas cuestiones: ¿qué papel desempeña la diplomacia cultural en el mantenimiento de la paz? ¿cuál es el impacto de la economía creativa, en particular del sector digital, en la educación y el empleo?, ¿cómo transforma la cultura el paisaje de nuestras ciudades? Los ministros esbozaron respuestas, compartieron su experiencia sobre estas cuestiones, intercambiaron ideas y expusieron su visión para el futuro.
Los países reafirmaron también su apego a la diversidad cultural como componente esencial de las sociedades y la importancia del diálogo intercultural y la inclusión social. También citaron, entre las prioridades, ampliar el acceso a la cultura y al patrimonio –tanto para las comunidades urbanas y rurales como para los grupos vulnerables, comprendidas las diásporas. Asimismo, pusieron de relieve la necesidad de medir el impacto de la economía creativa e impulsar la educación artística y cultural a lo largo de toda la vida.
En momentos en que los países se esfuerzan por acelerar la integración de la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030 en sus políticas, la cultura se afirma en un recurso inestimable en muchos ámbitos. Numerosos países optan hoy por invertir en cultura por su capacidad de inclusión, diálogo e innovación. Como elemento constitutivo de nuestras sociedades, la cultura es un fin en sí misma y un poderoso motor que vincula el pasado y el futuro.