Recuerda la OIT que dos millones ochocientas mil trabajadoras y trabajadores mueren cada año a causa de los accidentes y enfermedades laborales, causadas por las malas condiciones de trabajo
Recordando a las todas las victimas laborales, en tiempos de pandemia.
Este año 2020, en el Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo, 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se centra en abordar el brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, prestando especial atención a la actual pandemia de COVID-19 y reconoce el gran reto que enfrentan los gobiernos, empleadores, trabajadores y todas las sociedades en el mundo entero para combatir la pandemia de COVID-19
Se trata también de una pandemia letal, aunque de otro tipo, que ya ha causado la muerte a unos 15 millones de personas entre 2010 y 2020, que día tras día acaba con la vida de 7.200 trabajadores diarios, y que, año tras año, suma millones de muertes sin que vaya remitiendo. Al contrario, las víctimas mortales anuales siguen aumentando: en 2013 las muertes eran 2,34 millones, que pasaron a ser 2,78 millones en 2017.
Los dos mayores accidentes laborales de la historia han sucedido en la última década: el de Rana Plaza, en Dacca, Bangladesh, en 2013, en el que fallecieron 1.130 costureras al derrumbarse el edificio en el que trabajaban; y el desastre de Brumadinho, en Minas Gerais, Brasil, en el que unos trecientos mineros –todavía no se sabe con certeza cuantos– fallecieron enterrados tras la ruptura de la balsa de residuos tóxicos que acompaña ese tipo de explotaciones. Lo que hace más inhumana esta tragedia humanitaria y socialmente más inaceptable estas muertes es que son evitables.
Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España, señala que “en estos tiempos de pandemia, el homenaje a todas las víctimas laborales se debería convertir también en un compromiso. Un compromiso para mejorar las condiciones de trabajo. Un compromiso en favor de la salud laboral y la prevención de riesgos laborales, empezando por la protección de todas las personas que hoy velan por nuestra salud y nuestro cuidado, o de aquellas que están trabajando en servicios esenciales, o en las actividades no sujetas a confinamiento. Un compromiso para que el trabajo sea un trabajo decente, es decir un trabajo saludable.”
La OIT aboga por garantizar la protección de los trabajadores a medida que se produzca el desconfinamiento.
Con ocasión del 28 de abril, la OIT advierte de que podría producirse una segunda ola de propagación del virus si no se garantiza la seguridad de los trabajadores que retomen su labor.
A medida que aumenta la presión sobre los países para que levanten paulatinamente sus restricciones en materia de confinamiento, la OIT ha instado a los gobiernos a que tomen medidas encaminadas a prevenir y controlar el COVID-19 en el lugar de trabajo, mediante una colaboración y un diálogo eficaces con organizaciones de empleadores y de trabajadores.
Todos los empleadores deben llevar a cabo de antemano medidas de evaluación del riesgo y velar por que su lugar de trabajo cumpla estrictos criterios en materia de seguridad y salud, a fin de minimizar el riesgo de exposición de los trabajadores al COVID-19, señala la OIT.
Sin esas medidas de control, los países corren un riesgo muy elevado de que se produzca un repunte del virus. La aplicación de las medidas adecuadas contribuirá́ a mitigar el riesgo de una segunda ola de contagio en el lugar de trabajo.
«La seguridad y la salud de toda nuestra fuerza de trabajo es primordial actualmente. Ante un brote de una enfermedad infecciosa, la forma en que protejamos a nuestros trabajadores determinará claramente el grado de seguridad de nuestras comunidades y la resiliencia de nuestras empresas conforme evolucione esta pandemia», ha señalado Guy Ryder, Director General de la (OIT).
«Únicamente mediante la aplicación de medidas de seguridad y salud en el trabajo podremos garantizar la vida de los trabajadores, de su familia y de las comunidades en su conjunto, y velar por la continuidad del trabajo y la supervivencia en el plano económico», han añadido el Ryder.
Las medidas de control de riesgos deben adaptarse específicamente a las necesidades de los trabajadores que llevan a cabo una labor de primera línea frente a la pandemia. Entre ellos se encuentran los trabajadores sanitarios, las enfermeras, los médicos y el personal de urgencias, así́ como las personas que trabajan en comercios minoristas de alimentos y en los servicios de limpieza.
La OIT ha subrayado asimismo las necesidades de los trabajadores y las empresas más vulnerables, en particular en la economía informal, así́ como de los migrantes y los trabajadores domésticos. Las medidas para proteger a esos trabajadores deberían incluir, entre otras, actividades de capacitación y formación sobre prácticas de trabajo seguras y saludables, el suministro gratuito de equipos de protección personal, de ser necesario, el acceso a servicios públicos sanitarios y la provisión de medios de subsistencia alternativos.
«La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto la acuciante necesidad de contar con sólidos programas a escala nacional que permitan proteger la salud y la seguridad de los trabajadores sanitarios, los profesionales médicos, los encargados de las actividades de respuesta ante emergencias y muchos otros trabajadores que arriesgan su vida por nosotros», ha señalado el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hago un llamamiento a todos los países para que garanticen condiciones de trabajo adecuadas, decentes y seguras para todos los trabajadores sanitarios», ha añadido.
Con objeto de garantizar un retorno al trabajo de forma segura y evitar nuevas interrupciones de este en el futuro, la OIT recomienda:
analizar los peligros y evaluar todos los riesgos de contagio en relación con los procesos de trabajo, y proseguir esa evaluación después de que haya tenido lugar la reincorporación al trabajo.
aplicar medidas de control de riesgos adaptadas a cada sector y a las características específicas del lugar de trabajo de que se trate. Entre esas medidas cabe destacar:
la disminución de la interacción física entre trabajadores, contratistas, clientes y visitantes, y el mantenimiento del distanciamiento físico si se producen interacciones;
el aumento de la ventilación en el lugar de trabajo;
o la limpieza periódica de superficies, a fin de garantizar la desinfección e higiene del lugar de trabajo, y el suministro de instalaciones adecuadas para el lavado de manos y la higienización;
o la entrega de equipos de protección personal a los trabajadores, de ser necesario sin costo alguno;
establecer disposiciones relativas al aislamiento de personas susceptibles de haberse visto contagiadas y al análisis de otras personas con las que hubiera podido estar en contacto;
brindar apoyo en materia de salud mental a los miembros del personal; y
ofrecer actividades de capacitación y formación e información sobre salud y seguridad en el trabajo, en particular en relación con prácticas higiénicas adecuadas y la implantación de controles en el lugar de trabajo (incluidos equipos de protección personal).
Con ocasión de esta jornada, OIT pone a disposición el informe Frente a la pandemia: Garantizar la Seguridad y Salud en el Trabajo que destaca los riesgos de seguridad y salud en el trabajo (SST) derivados de la propagación de COVID-19. También explora medidas para prevenir y controlar el riesgo de contagio, riesgos psicosociales y ergonómicos, y otros riesgos de SST asociados con la pandemia.