Declaración de la Directora General de la UNESCO, con motivo del 60º aniversario de la Convención de la Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado
En los últimos años, el patrimonio cultural ha sido atacado sistemáticamente en numerosos conflictos, como en Libia, Malí o Siria, donde la destrucción del patrimonio cultural ha alcanzado un punto de no retorno. Numerosos sitios del Patrimonio Mundial han sufrido daños considerables y muchos se han utilizado con fines militares. Estas destrucciones tienen consecuencias incalculables en la identidad, confianza y cohesión social de los pueblos. Sus efectos se sentirán a largo plazo y afectarán a los esfuerzos de reconciliación y construcción de la paz.
Los daños causados a los bienes culturales, sin importar a qué pueblo pertenezcan, son daños al patrimonio cultural de toda la humanidad. Implican pérdidas, muy a menudo irreversibles, para los pueblos que viven en zonas de guerra y para todos los pueblos de la Tierra. La UNESCO está decidida a hacer todo lo posible para evitar que esto ocurra.
Nuestra herramienta principal es la Convención de La Haya, adoptada en 1954 y de la que la Organización es la depositaria. Es el único acuerdo internacional con vocación universal centrado exclusivamente en la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado. Su objetivo es prevenir la destrucción, apropiación indebida o robo de bienes culturales. La propiedad cultural está protegida también por el derecho internacional consuetudinario. Con motivo del aniversario de la adopción de la Convención de La Haya, hemos de recordar firmemente sus principios y movilizarnos más que nunca para implementarlos.
La Convención cuenta actualmente con 126 Estados Partes, de los cuales 103 se hallan vinculados por su Primer Protocolo, adoptado hace 60 años. Otros 67 Estados Miembros han ratificado el Segundo Protocolo, adoptado hace 15 años. El Segundo Protocolo proporciona una mayor protección y especifica las sanciones a imponer en caso de violaciones graves de lo acordado. Un Comité intergubernamental se encarga de velar por la implementación de la Convención. Desde entonces, la Corte Penal Internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU han adoptado a su vez medidas para concienciar sobre este asunto y que ahora hay que convertir en realidad.
La protección del patrimonio cultural, material e inmaterial, es inseparable de la protección de la vida humana y debería formar parte de las operaciones humanitarias y de la construcción de la paz. Los conflictos armados de hoy en día nos recuerdan también la importancia de las medidas de prevención, de refuerzo de las capacidades y de la sensibilización en épocas de paz. Este objetivo debe unirnos más allá de nuestras diferencias y de las fronteras. Para lograrlo se necesitan mayores recursos y audacia. Hago un llamamiento a todos los Estados a unir esfuerzos, a ratificar y aplicar estos instrumentos jurídicos esenciales.
Nuestro patrimonio cultural es universal y juntos debemos protegerlo, concluyó Irina Bokova, directora general de la UNESCO.