Dado que numerosas catástrofes naturales amenazan a las comunidades vulnerables de la región de América Latina y el Caribe, la Comisión ha anunciado una nueva financiación humanitaria de 18,5 millones de euros.
Este importe incluye 15 millones de euros de apoyo a las comunidades e instituciones locales con el fin de prepararlas para hacer frente a las catástrofes naturales en toda la región: América Central y del Sur, el Caribe y Haití. A esta dotación inicial se suman 2,5 millones de euros adicionales destinados a proyectos de lucha contra la violencia, y 1 millón de euros para ayuda alimentaria en América Central.
«Invertir hoy en la preparación frente a catástrofes salva vidas mañana. La Unión Europea ha prestado ayuda a la región de América Latina y el Caribe en todas las grandes catástrofes naturales recientes, ya sean huracanes, incendios forestales, inundaciones o erupciones volcánicas. Nuestra nueva financiación se enmarca dentro de los esfuerzos llevados a cabo por ayudar a las comunidades a adaptarse a los efectos del cambio climático y prepararse mejor para la próxima crisis», ha declarado Christos Stylianides, comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis.
La financiación impulsará la capacidad local de respuesta a las emergencias, implantará sistemas de alerta temprana y aumentará el acceso al agua, el saneamiento y la higiene. Las comunidades a las que se presta apoyo incluyen los grupos étnicos vulnerables que viven en zonas rurales o urbanas y las instituciones encargadas de la gestión de catástrofes. Además, este apoyo proporcionará asistencia alimentaria a las poblaciones expuestas a catástrofes naturales y sequías graves y garantizará también protección y asistencia básica a las comunidades afectadas por la violencia en América Central.
Incluido lo anunciado en el último comunicado de prensa del pasado mes de junio relativo a Colombia, en 2019 la Unión Europea ha asignado un total de 79,5 millones de euros al apoyo a las personas necesitadas de la región, de los cuales 16 millones de euros se destinan a la preparación frente a catástrofes y la prevención. Desde 1994, la UE ha proporcionado a América Latina y el Caribe más de 1 000 millones de euros en concepto de ayuda humanitaria, centrándose en las poblaciones más afectadas por las catástrofes naturales y la violencia.
La zona de América Latina y el Caribe
Es una de las más propensas del mundo a las catástrofes, ya que está sumamente expuesta a riesgos naturales como terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, tsunamis, corrimientos de tierras y sequías. Haití sigue siendo uno de los tres países más afectados por fenómenos extremos en las dos últimas décadas.
Aproximadamente las tres cuartas partes de la población viven en zonas de riesgo, y un tercio se concentra en zonas del continente muy expuestas a catástrofes. La población urbana pobre es especialmente vulnerable a las catástrofes naturales, con elevados costes humanos y económicos, lo que afecta a las sociedades que sufren importantes desigualdades. Además, «El Niño» da lugar periódicamente a fenómenos meteorológicos catastróficos, como sequías e inundaciones, con importantes consecuencias humanitarias.
Las comunidades vulnerables afectadas por sequías prolongadas necesitan ayuda alimentaria, recuperación de sus medios de subsistencia y medidas de refuerzo de la resiliencia. En América Central, al menos 487 000 personas se vieron desplazadas internamente (PDI) como consecuencia de la violencia organizada en los tres países más violentos de la región (Guatemala, Honduras y El Salvador). Las comunidades afectadas necesitan protección como primera prioridad, con especial atención a las mujeres y los niños, que son los más expuestos a amenazas y a la violencia de género.