La Lista del patrimonio cultural inmaterial que precisa medidas urgentes de salvaguardia reúne elementos del patrimonio vivo cuya perennidad está amenazada y permite movilizar la cooperación y la asistencia internacional necesarias para reforzar la transmisión de estas prácticas culturales con la participación de las comunidades
Los elementos inscritos son:
‘Juraǔski Karahod’, ritual de primavera – Bielorrusia
Los habitantes del pueblo de Pahost celebran el ritual de primavera denominado «juraǔski karahod» el día de la festividad de San Jorge, patrono de la ganadería y la agricultura para los bielorrusos. En esta fiesta se cumple con un ritual especial en dos fases. Tradicionalmente, la primera fase tiene por escenario las caballerizas y establos de las granjas, donde se ejecutan actos ceremoniales para pedir la protección del ganado que va a salir al aire libre por primera vez después del invierno. La segunda fase guarda relación con las actividades agrarias y consiste en la preparación de un pan ceremonial, denominado «karahod», y de un pan negro sacrificial, del que se entierra un trozo en el campo impetrando a Dios que las cosechas sean buenas. A pesar de los esfuerzos que la comunidad ha venido haciendo de concierto para salvaguardar este elemento del patrimonio cultural vivo, su viabilidad corre peligro actualmente debido a los siguientes factores: el envejecimiento de la población de Pahost, la situación económica de la región, la falta de posibilidades de empleo en el pueblo, la mundialización y la folclorización del elemento.
La danza popular «seperu» y prácticas rituales conexas – Botswana
La danza popular “seperu” es un elemento del patrimonio cultural vivo que, además de la interpretación de bailes y cantos, engloba la ejecución de rituales sacros que revisten una gran importancia para los miembros de la comunidad veekuhane. Este elemento se practica con motivo de la celebración de ceremonias que marcan hitos importantes en la vida comunitaria. Las bailarinas se colocan formando un arco de herradura y los bailarines se sitúan frente a ellas, entre los extremos de dicho arco. El bailarín principal, que utiliza un espantamoscas para dirigir el baile, escoge a una de las mujeres, al mismo tiempo que los demás ejecutantes imitan el canto de un palomo macho. La bailarina escogida hace una exhibición de su talento reproduciendo con su vestido de faldas superpuestas (“mushishi”) la rueda de un pavo real. Aunque esta danza popular constituye un símbolo esencial de la identidad y autoestima de la comunidad veekuhane, el número de depositarios y practicantes activos del elemento ha disminuido, mermando su notoriedad y las posibilidades de transmitirlo a las generaciones más jóvenes. Hoy en día, hay solamente 194 practicantes activos y 12 maestros en la ejecución de este arte, y todos ellos tienen más de 70 años de edad. Los métodos tradicionales de transmisión se han visto perjudicados por la desvirtuación del significado cultural del “mushishi”, por las ceremonias matrimoniales celebradas según cánones modernos, por la orientación de los programas escolares vigentes y por los procesos de modernización que han obligado a los miembros de la comunidad veekuhane a emigrar a otras regiones del país.
«Buklog», ritual de acción de gracias del pueblo subanen – Filipinas
Este elemento del patrimonio cultural vivo atañe al elaborado ritual de acción de gracias denominado “buklog” que practica el pueblo indígena de los subanen, asentado en el sur del archipiélago filipino. El cabeza de la familia anfitriona de la celebración del ritual, que suele ser un jefe de aldea (“timuay”), se encarga de planearlo con detalle para rendir gracias a los espíritus. La ejecución del ritual tiene por objeto preservar la armonía entre los miembros de una familia, un clan o una comunidad, y también entre los seres humanos, la naturaleza y el mundo de los espíritus. El ritual puede consistir, por ejemplo, en solicitar permiso a los espíritus para recolectar productos de los bosques, en ofrendarles monedas, en invitar a los espectros de los difuntos a participar en festines y celebraciones, y en invocar a los genios del agua y de la tierra o de la música y la danza. Después de esas invocaciones, los participantes en los rituales suben a bailar al “buklog”, espacio social y sagrado formado por una alta plataforma de madera cuyo sonido se cree que resulta grato a los espíritus. A continuación, la comunidad ejecuta una danza para patentizar la renovación de los vínculos espirituales y sociales que unen a sus miembros. Aunque la ejecución de este ritual sigue siendo un componente esencial de la cohesión comunitaria de los subanen, diversos factores de índole sociopolítica y económica ponen en peligro la viabilidad del elemento, a saber: la influencia de otras culturas presentes en el territorio ancestral de este pueblo, la evolución de las relaciones familiares y la presión ejercida por la situación económica. Ante la conjunción de todas esas graves amenazas, se considera que el “buklog” se halla actualmente en una situación de gran vulnerabilidad, pese a la serie de medidas sumamente apropiadas que los subanen han venido adoptando para garantizar la supervivencia de su cultura.
Ritos y prácticas del santuario de Kit Mikayi – Kenya
Los rituales y prácticas relacionados con el santuario de Kit Mikayi constituyen un elemento del patrimonio cultural vivo de los luo del oeste de Kenya. Según la leyenda, la presencia de este santuario trae buena suerte a los seme y otros grupos étnicos de los luo que viven en sus alrededores. Los miembros de estas comunidades van al santuario por muy diferentes motivos: orar, prestar juramento, ejecutar rituales, realizar determinadas prácticas, o pura y simplemente para disfrutar de la belleza natural del sitio. Cuando se producían catástrofes como las hambrunas, los ancianos de las comunidades iban al santuario a ejecutar una serie de rituales rogativos para que se produjeran lluvias y se obtuviesen cosechas abundantes. Los ancianos y mujeres de alto rango social dirigían las ceremonias, los hombres se encargaban de los sacrificios de animales entre otras tareas, y las mujeres bailaban, cantaban y preparaban las comidas con las que se acompañaba la ejecución de las ceremonias rituales. Durante muchas generaciones, la comunidad consideró que el santuario era un sitio sagrado adonde se podía ir para comunicarse con la divinidad. Hoy en día, la viabilidad del elemento se ve amenazada por diversos factores: la frecuencia cada vez menor de la celebración de rituales y otras prácticas conexas; el envejecimiento de los depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio vivo; y la invasión de los espacios culturales del entorno del santuario. El hecho de que desde 1987 no se hayan ejecutado rituales importantes en el santuario pone de manifiesto no sólo el peligro de que éstos desaparezcan, sino también la falta de conocimientos que ha traído consigo el riesgo de que se desvalorice y desacralice este sitio venerado por la comunidad.
Música «sega» con tambor de las Islas Chagos – Mauricio
Originaria del archipiélago de las Chagos, la música con tambor de estas islas es una de las modalidades de la música “sega” de Mauricio. Al igual que las demás variantes de este género musical, se trata de una expresión cultural y artística emanada de la esclavitud, compuesta por melodías, danzas y canciones ligeras, sonoras y rítmicas interpretadas en el dialecto criollo de este archipiélago. El instrumento musical por excelencia de este elemento del patrimonio cultural vivo es un gran tambor redondo, semejante a un pandero, que se calienta antes de tocarlo para obtener los sonidos obsesivamente repetitivos que forman la base del ritmo. Las letras de las canciones, compuestas a menudo de forma espontánea, relatan episodios de la vida diaria con sus tristezas, alegrías y momentos de rebeldía. La ejecución de las melodías y danzas del “sega” de Chagos va acompañada del consumo de bebidas y platos tradicionales. Las piezas musicales evocan la nostalgia del pasado y de la tierra natal suscitada por la emigración a tierras lejanas, a fin de que los jóvenes no olviden sus raíces y estén siempre orgullosos de su país. Pese a los esfuerzos realizados para salvaguardar este elemento, varios factores ponen en riesgo su viabilidad. En efecto, aunque la gente de edad sigue practicando las músicas y danzas de este género artístico tradicional, las generaciones más jóvenes se están aficionando a otros tipos de música. Uno des principales peligros estriba en la desaparición de las personas mayores que mejor conocen los contextos y ambientes de la práctica del elemento. Además, las personas emigradas a otros territorios y países han tenido que afrontar problemas como la pobreza y la falta de cohesión social y comunitaria, lo que ha traído consigo su pérdida de la memoria del elemento y un desinterés por su práctica.
El Carnaval de Aalst retirado de la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad
El Comité intergubernamental de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial tomó la decisión de suprimir el Carnaval de Aalst (Bélgica) de la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
A raíz de una solicitud presentada por la Secretaría de la UNESCO, el Comité sustentó su decisión en el hecho de que las repeticiones recurrentes de representaciones racistas y antisemitas observadas en el Carnaval son incompatibles con la Convención de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural de la Humanidad, y en particular con su artículo 2, según el cual la Convención «tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos…»
La UNESCO es fiel a sus principios fundacionales de dignidad, igualdad y mutuo respeto entre los pueblos y condena cualquier forma de racismo, antisemitismo y xenofobia.