El empoderamiento de los hablantes de las lenguas indígenas es el principal punto de la hoja de ruta estratégica para el Decenio de las Lenguas Indígenas (2022-2032), aprobada el 28 de febrero en Ciudad de México al término de la reunión de alto nivel «Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas»
Más de 500 participantes de 50 países, entre ellos ministros de gobierno, líderes indígenas, investigadores, entidades públicas y privadas y otros expertos, aprobaron esta hoja de ruta, llamada «Declaración de Los Pinos», al término del evento de dos días organizado por la UNESCO y el gobierno mexicano. Bajo el lema «Nada sin nosotros», la Declaración sitúa a los pueblos indígenas en el centro de sus recomendaciones.
La Declaración, concebida para inspirar un plan de acción mundial para el Decenio, pide que se apliquen los derechos internacionalmente reconocidos de los pueblos indígenas, que se recogen en particular en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007 y el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas de 2017, y otros instrumentos normativos, como la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de 1960, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).
En sus propuestas estratégicas para el Decenio, la Declaración de Los Pinos hace hincapié en los derechos de los pueblos indígenas a la libertad de expresión, a la educación en su idioma materno y a la participación en la vida pública utilizando sus idiomas, como requisitos previos para la supervivencia de los idiomas indígenas, muchos de los cuales están actualmente al borde de la extinción.
Con respecto a la participación en la vida pública, en la Declaración se destaca la importancia de permitir el uso de los idiomas indígenas en los sistemas de justicia, los medios de comunicación, la esfera laboral y los programas de salud. También señala el potencial de las tecnologías digitales para apoyar el uso y la preservación de esos idiomas.
A partir de la experiencia adquirida durante el Año Internacional de las Lenguas Indígenas (2019), la Declaración reconoce la importancia de las lenguas indígenas para la cohesión y la inclusión social, los derechos culturales, la salud y la justicia. También destaca la utilidad de las lenguas indígenas para el desarrollo sostenible y la preservación de la diversidad biológica, ya que conllevan conocimientos ancestrales y tradicionales que unen a la humanidad con la naturaleza.
Los datos actuales indican que al menos el 40% de las 7.000 lenguas utilizadas en todo el mundo están en peligro de desaparecer. Aunque es difícil obtener cifras precisas, los expertos coinciden en que las lenguas indígenas son especialmente vulnerables porque muchas de ellas no se enseñan en la escuela ni se utilizan en la esfera pública.
El Atlas de las Lenguas de la UNESCO, una base de datos sobre prácticamente todas las lenguas humanas que estará disponible a finales de este año, aportará más información específica a este respecto.