Al principio de la pandemia, en la primavera boreal pasada, la UNESCO movilizó a más de 122 países para promover la ciencia abierta y reforzar la cooperación internacional
Este impulso creciente responde al llamamiento conjunto realizado en octubre de 2020 por la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para abrir la ciencia e impulsar la cooperación científica.
La pandemia desencadenó un fuerte apoyo a la Ciencia Abierta entre los Estados Miembros. Los científicos chinos secuenciaron el genoma del nuevo coronavirus el 11 de enero de 2020 y lo publicaron en línea, lo que permitió a los científicos alemanes desarrollar una prueba de detección, que luego fue compartida por la Organización Mundial de la Salud con los gobiernos de todo el mundo.
Desde el brote de la COVID-19, el mundo se ha embarcado en una nueva era de la investigación científica, que ha obligado a todos los países a construir las reglas compartidas y las normas comunes que necesitamos para trabajar más eficazmente en estos tiempos cambiantes.
Los recientes anuncios de diversos países a favor de la supresión de las patentes muestran el creciente apoyo a la cooperación científica abierta. Además, coinciden con la reunión de cinco días (del 6 al 12 de mayo) de los Estados Miembros de la UNESCO para definir un marco normativo mundial sobre la ciencia abierta, cuyo objetivo es desarrollar nuevos modelos para la circulación del conocimiento científico y sus beneficios, incluidos los bienes comunes mundiales.
Los resultados de la reunión conducirán a una Recomendación Mundial sobre Ciencia Abierta que será adoptada por los 193 Estados Miembros de la UNESCO en la Conferencia General de la Organización, en noviembre de 2021. Esta Recomendación pretende ser un motor para el acceso mundial compartido a los datos, las publicaciones, las patentes, los programas informáticos, los recursos educativos y las innovaciones tecnológicas, y para volver a implicar a toda la sociedad en la ciencia.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO ha dicho: la decisión de Estados Unidos y de muchos otros países de pedir el levantamiento de la protección de las patentes de las vacunas contra el coronavirus podría salvar millones de vidas y servir de modelo para el futuro de la cooperación científica. La COVID-19 no respeta fronteras. Ningún país estará seguro hasta que la población de todos los países tenga acceso a la vacuna.