La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, acoge con satisfacción la decisión del Comité del Nobel de designar a dos periodistas, Maria Ressa y Dmitry Muratov, como los galardonados con el Premio Nobel de la Paz 2021
Es la primera vez que se otorga el premio a periodistas en 86 años.
La Directora General elogia en particular a Maria Ressa, quien ha estado estrechamente involucrada en los esfuerzos de la Organización para combatir el acoso en línea de las mujeres periodistas, que según las investigaciones de la UNESCO afecta a casi tres de cada cuatro mujeres periodistas en todo el mundo.
En mayo de este año, la Sra. Ressa recibió el Premio Mundial de Libertad de Prensa UNESCO / Guillermo Cano , en reconocimiento a su destacada contribución a la defensa de la libertad de prensa frente al peligro. Al aceptar el premio en vivo durante la Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa organizada por la UNESCO en Windhoek, Namibia, en mayo, denunció especialmente el acoso coordinado en línea de periodistas y la falta de respuestas efectivas de las empresas de redes sociales.
También participó en varias ediciones anteriores de la Conferencia Mundial de Libertad de Prensa, así como en la reciente conferencia organizada por la UNESCO, el Programa Mundial de Alimentos y la Universidad de Carolina del Sur el 24 de septiembre de 2021.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO afirmó:Al otorgar este premio, el Comité Nobel ha expresado con fuerza su convicción de que la libertad de expresión y el acceso a la información son la base misma de la democracia y la paz. Estos ideales reflejan plenamente el mandato de la UNESCO: la libertad de expresión y el acceso a la información son la base misma de la democracia y la paz. Los periodistas están en la primera línea de la lucha por arrojar luz sobre los lugares más necesitados, y a menudo se enfrentan a un tremendo riesgo personal para hacerlo. Hoy, con razón se les considera defensores de la justicia y la verdad.
Los integrantes del jurado destacaron la valentía de Ressa y Muratov para defender los derechos humanos y la libertad de expresión. “Representan a todos los periodistas que defienden esos ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”, apuntó el Comité.
Maria Ressa es cofundadora del sitio de noticias Rappler y ha dedicado gran parte de su trabajo a reportar sobre la violenta campaña contra las drogas del presidente filipino Rodrigo Duterte, y ha mostrado la utilización de las redes sociales para propagar información falsa, acosar a los opositores del gobierno y manipular a la opinión pública.
Dmitry Muratov es cofundador del periódico independiente Novaja Gazeta, informando regularmente de las denuncias de corrupción y abusos oficiales en Rusia. Seis reporteros de la publicación han sido asesinados.
Afrontar al poder con la verdad
Las reacciones al anuncio de la presea no se hicieron esperar en el sistema de la ONU, liderado por el Secretario General António Guterres, quien se apresuró a felicitar a los ganadores.
“Este reconocimiento es un recordatorio de que ninguna sociedad puede ser libre sin periodistas que puedan investigar los delitos y afrontar al poder con la verdad”, afirmó Guterres en su mensaje.
“Una prensa libre es esencial para la paz, la justicia, el desarrollo sostenible y los derechos humanos en el mundo. Además, es la piedra angular para construir instituciones justas e imparciales”, apuntó.
Insistió en que ninguna sociedad puede ser libre y justa sin periodistas capaces de investigar las irregularidades, llevar información a los ciudadanos, “hacer que los líderes rindan cuentas y decir la verdad al poder”.
Ataques a la prensa
Guterres lamentó que la retórica anti mediática y los ataques, el acoso y la violencia contra los trabajadores de los medios vayan en aumento, tanto en persona como en línea, con las mujeres periodistas sometidas a peores abusos.
Del mismo modo, alertó sobre el doble filo de la tecnología que, si bien es una herramienta que facilita la comunicación, a menudo se usa para engañar a la opinión pública o alimentar la violencia y el odio.
“Las falsedades triunfan sobre los hechos y esto no puede convertirse en la nueva normalidad. El periodismo libre e independiente es nuestro mayor aliado en la lucha contra la información falsa y la desinformación”, apuntó el Secretario General de las Naciones Unidas antes de concluir con un llamado a apoyar unos medios de comunicación libres, independientes y diversos.
Trabajo en un entorno hostil
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, señaló que este Premio Nobel reconoce el trabajo de los periodistas en las circunstancias más difíciles.
“Los últimos años han visto un aumento de los ataques contra periodistas”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina, subrayando el trabajo crucial de esos profesionales.
Añadió que Maria Ressa ha participado en varios foros con la Alta Comisionada y ha sufrido ataques en Filipinas durante años.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aunó su voz a las felicitaciones a Ressa y Muratov.
“No hay democracia sin libertad de prensa. No hay libertad de prensa sin periodistas que confronten al poder con la verdad”, aseveró.
La paz, tan urgente como hace un año
Por su parte, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia acreedora al Premio Nobel de la Paz de 2020 manifestó satisfacción al pasar la antorcha a Maria Ressa y Dmitri Muratov, “convencido de que la necesidad mundial de paz es tan urgente hoy como lo era hace un año”.
David Beasley consideró que el premio subraya el importante papel de estos periodistas en la promoción de la paz.
Periodistas reconocidos en el pasado
El Premio Nobel de la Paz se había otorgado ya en dos ocasiones a periodistas.
La primera fue en 1907, cuando el italiano Ernesto Teodoro Moneta fue reconocido por su labor en la prensa y en encuentros de paz.
Más tarde, en 1935, el alemán Carl von Ossietzky fue distinguido por sus artículos reveladores de un programa de rearme que Alemania desarrolló en secreto en el periodo entre las dos guerras mundiales.
El galardón está dotado con una medalla de oro y diez millones de coronas suecas, o 1,1 millones de dólares aproximadamente.