Este año se cumplen 148 desde que ‘El barberillo de Lavapiés’ se estrenara en el Teatro de la Zarzuela allá por 1874
En todo este tiempo la obra de Francisco Asenjo Barbieri –de quien el año próximo se celebra el bicentenario del nacimiento–, con magnífico libreto de Luis Mariano de Larra –hijo del perspicaz intelectual romántico ‘Fígaro’–, ha cabalgado tres siglos distintos con idéntica suerte: el placer del público, de los amantes de la música, de los entusiastas del Teatro de altura.
Toda una fiesta de teatro musical que del 15 al 26 de junio volverá a alegrar el coliseo de la plazuela de Jovellanos con 10 funciones de la aplaudida producción propia firmada por Alfredo Sanzol y estrenada en este escenario en 2019.
El interés y la expectación de este Barberillo otra vez en el Teatro de la Zarzuela no se deben únicamente al excepcional material musical y literario que lo convierten en una incontestable obra maestra; una de las obras más divertidas y alegres del repertorio lírico que se ha mantenido en escena hasta nuestros días como un emblema de la lírica española.
También alcanza la calidad de acontecimiento, aun en su reposición (y la venta de entradas no engaña), por quienes son responsables de ponerla en pie. El director de escena y adaptador del texto, Alfredo Sanzol, Premio Nacional de Literatura Dramática de 2017 y uno de los nombres indispensables en la escena de hoy, o el maestro internacional José Miguel Pérez-Sierra, que, como en él es habitual, dará brío al foso al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro).
La producción cuenta con la singular escenografía y el colorido vestuario de Alejandro Andújar, la iluminación siempre reveladora de Pedro Yagüe y la coreografía (tan importante en este título) de Antonio Ruz, Premio Nacional de Danza 2018, quien con la poesía del movimiento contribuye a que la obra vuelva a ser actual y moderna.
Serán, además, dos los repartos (y tres Barberillos) los que canten la obra genial de Barbieri: Lamparilla, el Barberillo que pretende a Paloma la costurera, con quien se ve inmerso en una intriga política sin saber cómo ni por qué, será interpretado por los barítonos Borja Quiza y David Oller; Paloma estará encarnada por las mezzosopranos Cristina Faus y Carol García; la marquesita del Bierzo, intrigante política que mete a todos en el lío, y enamorada a su vez del sufridor Don Luis de Haro, será cantada por las sopranos María Miró y Cristina Toledo; los tenores Javier Tomé y Francisco Corujo darán vida a Don Luis, quien sufre el desdén político y amoroso de su querida Marquesita; el barítono Gerardo Bullón será el conspirador Don Juan de Peralta, y el bajo Abel García, Don Pedro de Monforte, defensor de la ley y la justicia.
Acompañará en el escenario a este doble elenco el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela, así como diez bailarines y ocho actores que también danzan en todos y cada uno de los números de baile.
Música y escena. Vigencia, comedia, belleza
José Miguel Pérez-Sierra, quien califica la obra como «una de las cimas del género», sostiene que la colaboración entre Barbieri y Larra es más que interesante, ya que «juntos crean una obra en la que se vive, se respira Madrid. Un Madrid dieciochesco en el argumento y decimonónico en lo musical, pero con un perfume atemporal que hace que aún hoy esta zarzuela tenga plena vigencia».
Alfredo Sanzol, por su parte, recalca que «el tono cómico y de aventuras de la función es lo que hemos potenciado sin olvidar nunca que ambas cosas van unidas a la búsqueda de la belleza». El director de escena apunta en cada uno de sus trabajos a la idea de que «la profundidad de la vida y sus difíciles conflictos necesitan de la visión de la comedia para encontrar soluciones liberadoras».
Barbieri y Larra mezclan una trama popular, la de los amores de Lamparilla y Paloma, con los devaneos sentimentales de dos aristócratas, la Marquesita Estrella y don Luis, y todo ello con un trasfondo político: la transición forzada de un gobierno de Grimaldi a Floridablanca.
Es un modelo temático que ya había utilizado Barbieri en Jugar con fuego, Los diamantes de la corona o Pan y toros, pero que con el texto de Larra —escrito en verso— se llena de aventuras, intrigas, política, amor y humor, funcionando como si hubiera sido escrito en estos días que corren.
La función del 17 de junio será emitida en directo en Radio Clásica de RNE.
Acto Primero
Sitio de El Pardo. Es el día de la Romería de San Eugenio, medio pueblo ha acudido para divertirse y merendar. En medio de la algarabía se encuentran con sus amigos el popular Lamparilla y una costurera llamada Paloma. Al mismo tiempo y en el mismo lugar, se han dado cita un grupo de nobles conspiradores: ellos quieren derrocar a Grimaldi para que pueda subir al poder a Floridablanca y así traer un nuevo gobierno para el País. Por allí aparece don Juan de Peralta y la Marquesita del Bierzo, Estrella, pero también se acerca don Luis de Haro, que se encuentra a su prometida con otro hombre; la situación se complica porque don Luis es sobrino de Grimaldi, así que los conspiradores tratan de que no sepa el motivo de su encuentro en el lugar. En ese momento, y por casualidad, las dos historias se cruzan: de esta forma el barbero y la costurera acaban enredados en la conspiración y ayudan, sin saber muy bien lo que ocurre, a la Marquesita y a los nobles que escapan de la emboscada de don Pedro de Monforte.
Acto Segundo
Plazuela de Lavapiés. Han pasado cinco días sin noticias de Lamparilla, pero este aparece y cuenta a todos lo que le ha ocurrido, aunque aún no entiende muy bien de qué se trata. Ahora aparecen la Paloma y Estrella, la Marquesita, que han arreglado la salida del barbero de la Cárcel de la Villa. En este momento por fin la Paloma comprende las verdaderas intenciones de la noble señora: conspirar contra Grimaldi para hacer ver al Rey Carlos III la valía de Floridablanca y poder hacer un nuevo gobierno más justo para el País. Estrella y don Luis se encuentran, pero su relación se complica a causa de los acontecimientos de los días anteriores. Sin embargo, el encuentro de Lamparilla y la Paloma va bastante mejor: ¡descubren que son ellos los que pueden salvar el País! Pero al ver los Guardias Valonas por los alrededores sospechan que es una nueva emboscada de don Pedro contra los conspiradores en la casa de la Marquesita, así que ahora son ellos dos los que organizan una revuelta popular para salvarlos con la ayuda de todos los vecinos del barrio.
Acto Tercero
Casa de la calle de Toledo. En la buhardilla de la casa de la Paloma se reúnen las costureras. Allí está también Estrella, la Marquesita, que desde que huyó de su casa, hace un mes, está escondida. Ahora se viste de maja y espera que Lamparilla, junto con sus amigos y vecinos, organice su huida de la ciudad para ir al extranjero. Don Luis se suma al plan del barbero vestido de majo porque quiere huir con su amada, la Marquesita. Sin embargo, esta vez don Pedro se adelanta con sus guardias y los apresa a todos. En ese preciso momento llega la noticia de que Madrid está revuelto porque Grimaldi ha sido destituido y Floridablanca es el nuevo Secretario de Estado. Esta eventualidad hace que don Luis decida marchar al exilio, y para su sorpresa la Marquesita dice que le acompañará; ella, que por fin ha visto colmados sus deseos de reforma, queda satisfecha, aunque Lamparilla le advierte de que la felicidad del País no dependerá de este cambio, ya que «siempre son los mismos perros con diferentes collares». Y la Paloma a su vez le advierte a su barberillo: ahora se puede dedicarse solo a afeitar…