José Abel Flores, del Grupo de Geociencias Oceánicas, forma parte de la investigación internacional liderada por el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC) –un centro mixto UGR-CSIC. El hallazgo data el antecedente de la que ahora es la corriente oceánica más grande de la Tierra hace 14 millones de años
José Abel Flores Villarejo, catedrático del Departamento de Geología y miembro del Grupo de Geociencias Oceánicas de la Universidad de Salamanca (USAL), forma parte del equipo internacional de científicos que ha descubierto la primera Corriente Circumpolar Antártica. El hallazgo, que data el antecedente de la que ahora es la corriente oceánica más grande de la Tierra, acaba de ser publicado por Nature Geoscience.
Concretamente, la investigación, liderada por el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC) –un centro mixto UGR-CSIC–, y que cuenta con la participación del Imperial College de Londres, la Universidad de Salamanca, la Universitat de Barcelona y la Université de Bordeaux, ha descubierto que una Corriente Circumpolar Antártica, con características similares a las actuales, no se formó hasta aproximadamente hace 14 millones de años.
La Corriente Circumpolar Antártica es la corriente oceánica más grande de la Tierra y conecta las tres principales cuencas del océano global, Atlántico, Pacífico e Índico.
Esta corriente regula el transporte de calor, humedad, carbono y nutrientes entre el Océano Austral y las regiones de bajas latitudes, influyendo sustancialmente en el CO2 atmosférico y el clima global.
A pesar de su papel fundamental en la circulación oceánica global, la dinámica climática y la estabilidad de la capa de hielo antártica, el cuándo y cómo la Corriente Circumpolar Antártica adquirió sus características actuales ha sido motivo de debate durante más de cuatro décadas.
Desentrañar este conocimiento es crucial para comprender la dinámica actual y futura de los frentes en el Océano Austral, especialmente frente al continuo calentamiento climático global.
Cambio de paradigma
El hallazgo reciente de este grupo de investigadores desafía la creencia generalizada de que el inicio de la Corriente Circumpolar Antártica fue desencadenado por la apertura y profundización de los Pasajes oceánicos de Drake y Tasmania.
Esa convicción previa sostiene que la apertura de los pasajes oceánicos y el inicio de la Corriente Circumpolar Antártica son clave en el aislamiento térmico de la Antártida y en el desarrollo de los mantos de hielo continental antárticos durante la Transición Eoceno-Oligoceno, hace aproximadamente 34 millones de años.
En esencia, los resultados de este estudio demandan un cambio de paradigma en nuestra comprensión de los procesos desencadenantes del inicio de la Corriente Circumpolar Antártica y de la interacción de dicha corriente con el manto de hielo antártico a lo largo de las épocas históricas y frente al cambio climático futuro.
La investigación, dirigida por el doctor Dimitris Evangelinos, del Imperial College London, destaca que la mencionada apertura y profundización de los Pasajes del Drake y Tasmania precondicionaron el desarrollo de un sistema de corriente circumpolar. No obstante, el verdadero desencadenante para el inicio de una Corriente Circumpolar Antártica con características similares a las actuales fue el marcado aumento en el contraste de densidad y la intensificación de los Vientos del Oeste del Sur a lo largo del Océano Austral.
Estos cambios fueron impulsados por el enfriamiento y la expansión del hielo antártico después de la Transición Climática del Mioceno Medio, que tuvo lugar hace 14 millones de años.
En definitiva, este estudio requiere una transformación en nuestro paradigma para comprender los procesos que llevaron al inicio de la Corriente Circumpolar Antártica y la interacción entre dicha corriente y los mantos de hielo antártico a lo largo de las épocas históricas, en medio de los desafíos presentados por el cambio climático en curso.
Referencia del artículo: https://www.nature.com/articles/s41561-023-01356-3