La contaminación por residuos plásticos es uno de los principales problemas medioambientales del planeta, ya que este material puede llegar a tardar entre 100 y 1.000 años para llegar a degradarse totalmente
Se calcula que desde 1950 a 2017 se produjeron 9.200 millones de toneladas de plástico, de las que casi 7.000 millones se convirtieron en residuos. Y cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico; se cree que la mitad de ese material se concibe para una vida útil de un solo uso.
Ante este reto, el PNUMA publicó un informe en 2023 en el que aboga por intensificar las políticas de economía circular en torno al plástico, con el objetivo de minimizar la contaminación que provoca en un 80% para 2040. Es una hoja de ruta para reducir de forma radical estos riesgos mediante la adopción de un enfoque circular que evite que los plásticos entren en los ecosistemas, en nuestros cuerpos y en la economía abogando por tres cambios en el mercado: reutilizar, reciclar y reorientar-diversificar los productos.
Aunque se logren aplicar todas las medidas, en 2040 todavía habrá que tratar de forma segura 100 millones de toneladas métricas de plásticos procedentes de productos de un solo uso y de vida corta, además del importante cúmulo de contaminación plástica existente. Esta cuestión puede solucionarse mediante la creación y aplicación de normas de diseño y seguridad para eliminar los desechos plásticos no reciclables, y mediante la atribución a los fabricantes de la responsabilidad de los productos que desprenden microplásticos, entre otras medidas.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha recogido el guante, y entre otras actuaciones ha puesto en marcha a través de la Fundación Biodiversidad la concesión de subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva para el impulso de la economía circular en los sectores del textil y la moda, y del plástico por un importe de 195 millones.
El objetivo es financiar proyectos y actuaciones que contribuyan de forma sustancial a la transición hacia una economía circular en los sectores del textil y la moda y del plástico. Concretamente, en el ámbito de la investigación y el desarrollo; la digitalización para innovar en materia de procesos y organización; el incremento del nivel de protección medioambiental, y la mejora de la gestión de residuos.
Pero, además, en este contexto, los emprendimientos verdes tienen un papel fundamental. No solo por su flexibilidad a la hora de poner en marcha un proyecto, sino por contribución a la investigación y desarrollo ante el reto de la reducción de plásticos.
Uno de los ejemplos más conocidos es el de Ecoalf, pionera en el uso de materiales plásticos reciclados para la fabricación de sus productos de moda orientados a la economía circular, con una línea específica que recoge residuos marinos del fondo del mar, los trata y los convierte en hilo para fabricar ropa y accesorios. En el mundo del textil también está The Running Republic, una firma de ropa deportiva que elabora sus prendas a partir de tejidos reciclados procedentes de botellas de plástico y basura plástica de los océanos. También, la marca de bañadores Now-Then crea colecciones de eco-lujo hechas de manera responsable y limitada. Investigan en los tejidos más sostenibles y es una marca asociada al proyecto ECONYL, reciclando basura rescatada del mar para darle una segunda vida en forma de tejido.
Otro caso es Sea2see fabrica gafas de sol a partir de materiales reciclables recuperados de los océanos. Para ello, cuentan con contenedores de plástico en las playas españolas y tienen acuerdos en puertos con cofradías de pescadores para obtener su materia prima. En este sentido también el proyecto Gravity Wave, que recoge y transforma la basura plástica en productos útiles, que ha involucrado a una comunidad de 7.000 pescadores tradicionales, con más de 130 puntos de recolección y la colaboración de más de 150 empresas que se han unido a su misión. Con todo ello, tienen el propósito de alcanzar el millón de kilogramos de plástico recuperado de mares y puertos. Hasta ahora han retirado 644,927.81 kilogramos.
De la mano de Andrew Turton y Pete Ceglinksi tenemos a Seabin Project, una iniciativa para instalar papeleras (seabins) de recogida de los residuos que flotan en el mar. Las seabins funcionan como puntos de un sistema automatizado de recogida de basura flotante.
SULAYR Global Service es una solución sostenible y rentable del mercado para el reciclaje tray-to-tray de todos los tipos de envases termoformados de PET. Cuentan con una tecnología patentada, que les ha hecho pioneros en la transformación de residuos industriales de láminas y bandejas de PET postconsumo.
EKOREC es otro referente en la economía circular del plástico dentro de España, especialmente en materiales PET. Reciclan botellas de PET a partir de residuos post-consumo y post-industriales. Las escamas resultantes (de color y transparentes) se transforman en gránulo de PET, aglomerado y lámina de PET.
Otra iniciativa destacada es Plastic Repair, que se especializa en la reparación de productos plásticos, extendiendo su vida útil y reduciendo así la cantidad de residuos generados.
Estos son solo algunos ejemplos de emprendimientos verdes en España, cuyo papel en la transición ecológica es fundamental para minimizar la contaminación que provocan los residuos plásticos.
→ Conoce otras experiencias inspiradoras de emprendimientos bajo el sector de la economía circular se han focalizado sus objetivos en el reciclaje para el cuidado de los océanos.