Una nueva evaluación sugiere que algunos Estados Miembros siguen ocultando información “específica y crucial” sobre el accidente aéreo que causó la muerte en 1961 del venerado titular de la ONU, quien se dirigía a negociar la paz en el Congo
Uno de los misterios más perdurables de la historia de las Naciones Unidas, el accidente aéreo de 1961 en el que perdieron la vida el Secretario General Dag Hammarskjöld y todos los que iban a bordo cuando intentaba negociar la paz en el Congo, perdura, ya que una nueva evaluación anunciada este viernes sugiere que un puñado de Estados Miembros sigue ocultando información “específica y crucial”.
Hammarskjöld ocupó el cargo de Secretario General desde abril de 1953 hasta su muerte a los 56 años, cuando el avión Douglas DC6 fletado en el que viajaba con otras personas, matriculado como SE-BDY, se estrelló poco después de la medianoche del 17 al 18 de septiembre de 1961, cerca de Ndola, entonces en Rodesia del Norte (actual Zambia).
Se dirigía a negociar un alto el fuego entre las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU y los separatistas de la región congoleña de Katanga, y posiblemente incluso un acuerdo de paz que abarcase todo el Congo recién independizado.
14 de los 15 pasajeros murieron en el impacto, y el único superviviente sucumbió a sus heridas unos días después.
Al parecer, una investigación inicial de las autoridades de Rodesia atribuyó el accidente a un error del piloto, pero la conclusión fue rebatida.
Testigos sugirieron varias hipótesis: que se observó “más de un avión” -posiblemente un reactor- en el aire, que “el SE-BDY estaba ardiendo antes de estrellarse” y/o que “otro avión disparó contra el SE-BDY o lo atacó activamente”.
Acción de la Asamblea General
A lo largo de los años, la Asamblea General de la ONU ha ordenado una serie de investigaciones sobre la muerte de Hammarskjöld y los que lo acompañaban. La más reciente, en diciembre de 2022, fue dirigida por Mohamed Chande Othman, ex presidente del Tribunal Supremo de Tanzania, con el título formal de persona eminente.
Othman también dirigió varias investigaciones previas sobre el fatídico accidente y los acontecimientos que lo rodearon.
El viernes, el Secretario General de la ONU, António Guterres, transmitió el último informe de Othman a la Asamblea.
Nueva información significativa
Según el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, para esta última actualización se ha presentado a la investigación “nueva información significativa”.
Entre ella se incluyen probables interceptaciones por parte de Estados miembros de comunicaciones relacionadas con el accidente, la capacidad de las fuerzas armadas de Katanga, u otras, para organizar un ataque contra el SE-BDY y la participación de personal paramilitar o de inteligencia extranjero en la zona en aquel momento.
También incluye nueva información adicional relevante para el contexto y los acontecimientos circundantes de 1961.
“En esta coyuntura, [Othman] considera que sigue siendo plausible que un ataque o amenaza externa fuera la causa del accidente. [Él] señala que las hipótesis alternativas que parecen seguir siendo plausibles son que el accidente fue el resultado de un sabotaje o de un error humano involuntario”, dijo Haq.
Documentos ocultos casi con toda seguridad
Sin embargo, Othman considera “casi seguro” que existe información específica, crucial y hasta ahora no divulgada en los archivos de los Estados miembros, dijo Haq.
El portavoz señaló que Othman no ha recibido, hasta la fecha, respuestas específicas a sus preguntas de algunos Estados miembros que se cree que poseen información útil.
“El Secretario General se ha ocupado personalmente de las solicitudes de información pendientes [de Othman] y pide a los Estados miembros que hagan públicos todos los registros pertinentes que obren en su poder”, añadió Haq.
“Como se han logrado avances significativos, el Secretario General hace un llamamiento a todos nosotros para que renovemos nuestra determinación y nuestro compromiso de buscar toda la verdad de lo que ocurrió aquella fatídica noche de 1961.”
Un hombre extraordinario
Nombrado con sólo 47 años, el sueco Dag Hammarskjöld sigue siendo el Secretario General de la ONU más joven.
Ampliamente considerado como un diplomático visionario y reformador, a Hammarskjöld se le atribuye el refuerzo del papel de la recién creada ONU durante un periodo de intensas tensiones globales, incluido el impulso para descolonizar África y Asia.
“Hammarskjöld no solía ser un hombre agradable, pero sin duda era un hombre extraordinario, y todos estábamos dispuestos -de hecho, ansiosos- de servirle sin rechistar hasta el límite de nuestras fuerzas y resistencia”, señaló Sir Brian Urquhart, antiguo funcionario de la ONU.
Su liderazgo fue fundamental durante los tumultuosos acontecimientos de 1956. Dirigió una misión de alto el fuego en Oriente Medio y continuó durante la crisis de Suez, donde ayudó a negociar la retirada de las fuerzas extranjeras de Egipto y supervisó el despliegue de la primera misión de mantenimiento de la paz de emergencia de la Organización, la Fuerza de Emergencia de la ONU.
Hammarskjöld era conocido por su integridad y dedicación al servicio público, y recibió el Premio Nobel de la Paz “por convertir a la ONU en una organización internacional eficaz y constructiva, capaz de dar vida a los principios y objetivos expresados en la Carta de las Naciones Unidas”.
Es el único Premio Nobel de la Paz que ha recibido esta distinción a título póstumo.