Iñaki Martín, catedrático en Historia Medieval de la USAL, lidera el proyecto financiado por la Agencia Estatal de Investigación con participación de universidades y centros de investigación de España, Italia, Reino Unido, Portugal y Argentina
El novedoso trabajo rompe con la perspectiva historiográfica donde reyes y élites son protagonistas y permite examinar cómo funciona una sociedad sociopolíticamente compleja sin un Estado o instituciones centrales fuertes.
La literatura y el cine han contribuido a grabar en el imaginario colectivo la idea romantizada de una época medieval dominada por tierras de castillos, caballeros y poblaciones sometidas a la leyes feudales y reyes batalladores. Si bien, las sociedades en la Tardoantigüedad e inicios del Medievo en Europa estuvieron marcadas por unas duras condiciones de vida, lo cierto es que la Alta Edad Media es un periodo histórico sobre el que escasea la información y que aún suscita muchas incógnitas para los estudiosos.
Tal es así, que el último proyecto de investigación internacional liderado por Iñaki Martín Viso, catedrático en Historia Medieval de la Universidad de Salamanca, ofrece una visión renovada de la sociedad y la política europea en los siglos VI al XII que, “rompe con la tradicional perspectiva historiográfica en la que reyes y élites son protagonistas principales y el pueblo llano un mero objeto pasivo”, informa el catedrático a Comunicación USAL.
El proyecto, titulado “Los escenarios de las micropolíticas: acción colectiva, sociedades locales, poderes englobantes (siglos VI-XII) – ESMICRO”, está financiado por la Agencia Estatal de Investigación y llegará a su fin en agosto de 2025, tras cuatro años de investigación en la que, junto a la USAL, participan, entre otras, las universidades españolas de Valladolid y Burgos y las extranjeras de Bérgamo y Roma Tre (Italia), la Universidade Nova de Lisboa (Portugal), la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y el centro de investigación CONICET-Universidad de Buenos Aires (Argentina), así como empresas y asociaciones locales que colaboran en diferentes líneas de actuación del estudio.
ESMICRO persigue estudiar las micropolíticas, entendidas como el conjunto de prácticas sociales y políticas de escala local basadas en la costumbre y con una serie de valores compartidos. Unas micropolíticas que “resultaron ser clave para la configuración de las relaciones sociales y la diferenciación interna a lo largo de estos siglos, caracterizados, al contrario de lo que se podría pensar, por el protagonismo de las sociedades locales y la debilidad de los Estados y las élites”, subraya.
En palabras del responsable de la iniciativa y director del Departamento Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la USAL, “se trataría de un momento en el que las sociedades locales gozaron de una mayor capacidad de actuación y dispusieron de mecanismos para ordenar su territorio y crear sus propios paisajes”. En este contexto, el proyecto y los estudios sobre la Alta Edad Media “permiten examinar cómo funciona una sociedad en términos sociopolíticos complejos, sin un Estado o instituciones centrales fuertes”.
Micropolíticas, nuevo concepto de gobierno a escala local
Los siglos VI al XII se caracterizaron por “unos Estados y élites mermados, lo que también explica la relativa ausencia de informaciones de este período”, incide al respecto. Estas sociedades “no eran igualitarias ni actuaban completamente al margen de los poderes superiores, pero sí tuvieron una gran autonomía”.
Para entender el trabajo plenamente tenemos que visualizar una aldea del siglo X en mitad de la Meseta, por ejemplo. En ella convivirían en torno a unas 20 familias campesinas, algunos asentados en la propia aldea, otros más apartados, con campos de labranza dentro y fuera del territorio, con elementos como molinos, de tipo comunal o propiedad del señor feudal y, entre los habitantes, una o dos personas que, sin estar necesariamente ordenadas, funcionarían como clérigos en un momento previo a la creación de las parroquias y a los siglos de esplendor de la Iglesia.
En esas aldeas, la presencia de un señor o un dirigente político no era una experiencia cotidiana, se produciría en momentos puntuales. Por lo que el gobierno ejercido a escala local se sustentaba en una micropolítica que afectaba a la gente en su vida diaria. Y, a pesar de que en muchos de los territorios la legislación de origen romano aún se conservaba, la realidad era que estos conflictos no se resolvían necesariamente acudiendo a la norma, sino haciendo una interpretación particular de la misma, acorde con el contexto.
Eran “normas no codificadas, prácticas conocidas y compartidas por la población local que servían para organizar esos mundos a pequeña a escala y permitían gestionar los conflictos y resolver problemas locales sin tener que llegar a recurrir a la justicia oficial”, sugiere.
Sociedades locales “con capacidad total de actuación propia, no determinadas desde arriba y cuya forma de proceder también condicionaba cómo podía actuar el poder y la intervención señorial para con ellas”, una gestión que también propició el nacimiento de pequeñas élites locales entre los vecinos.
En definitiva, “toda una serie de detalles que nos muestran un periodo mucho más dinámico y complejo de lo que hasta ahora estábamos entendiendo”, resalta el profesor y miembro del Grupo de Investigación Antigüedad Tardía y Alta Edad Media de la USAL.
Pequeñas poblaciones, intensos conflictos
El estudio descubre que, a pesar de la inexistencia de grandes o poderosos reinos en muchas zonas de Europa, los campesinos son perfectamente capaces de construir sus propios lugares de residencia y sus zonas de producción. Por otra parte, son emplazamientos “donde las labores agrarias también dejan lugar a muchos momentos de esparcimiento, donde todo el mundo se conoce, donde hay mucha interrelación entre ellos, con lo cual, los conflictos van a ser muy intensos”.
Sin olvidar que, “la gente pertenece a una comunidad en la medida que puede acceder a espacios que son esenciales, por lo que entender cómo se gestionan, quién participa en ello y cómo se relacionan con otros grupos son elementos de sumo interés”. Por ello, en un paisaje de cuatro o cinco aldeas articuladas en torno a los mismos recursos tuvieron que ser recurrentes los problemas en torno a la defensa colectiva de un territorio o sobre el derecho de uso de espacios comunales para el ganado, la labranza o la recolección de leña y frutos, entre otros.
Así, ESMICRO apuesta por una visión de estudio ‘desde abajo’, que destierra la perspectiva tradicional. Una historia diferente, hecha desde la óptica de la mayoría de la población, que subraya la capacidad de actuación de esos grupos y la necesidad de atender a lo local en una perspectiva global o “glocal”.
Gracias a ello, ha permitido revelar que paralelamente, existió otra política que fue menor, “pero no en cuanto a que fuera menos importante, sino a que se desarrolló en una escala micro, local, más pequeña”, refiere el profesor de la USAL.
Una imagen que no coincide con la perspectiva historiográfica más ampliamente difundida sobre este tiempo, que describe, principalmente, una época de decadencia y de retroceso. Un retrato propiciado por la mayoría de estudios científicos disponibles, enfocados casi en su totalidad en los siglos postreros del Medievo y en la historia de reyes, príncipes y élites.
Fuentes escritas, arqueología y vertiente internacional
Pablo de la Cruz Díaz, catedrático del Área de Historia Antigua de la USAL y especializado en el mundo visigodo de la Alta Edad Media, es el otro investigador principal del proyecto, en el que participan una veintena de científicos, nacionales e internacionales. Para su ejecución, el consorcio investigador emplea una metodología mixta, apoyada, por una parte, en el examen de documentación escrita sobre tres tipos de caso de estudio: el mundo visigodo; el cuadrante noroccidental peninsular entre los siglos IX-XII (diócesis de León, Astorga y Zamora, Extremadura y el Este de Galicia; y la comparación con casos específicos en el Norte de Italia y el mundo franco, principalmente.
Por otra, complementada con una importante actividad de carácter arqueológico para la prospección de yacimientos como, El Castillón (Santa Eulalia de Tábara, Zamora), Peñafiel (Valladolid), Nuestra Señora de la Encina (Encina de San Silvestre, Salamanca) o áreas comunales de la Serra do Montemuro (Portugal), entre otros.
En cuanto a su vertiente internacional, la investigación forma parte de una línea de trabajo desarrollada durante los últimos 15 años a escala europea, con especial conexión con Francia, Italia y Portugal en la que “pretendemos no solo ver lo local, sino entenderlo y ver cómo se configuraba esa micropolítica, comprobando similitudes y diferencias entre países para compartir protocolos de trabajo, reflexiones y teorías”.
Estas sinergias han permitido corroborar tanto similitudes entre España y Portugal, como diferencias con otros territorios, en este caso con respecto a la Península Itálica, donde, para este periodo, se evidencia “una herencia mucho más fuerte de lo que llamamos estatalidad, de la idea de Estado y de la presencia del Estado. En esas localidades se ve más fuerte la intervención y presencia desde arriba”.
Identificar los escenarios de poder y su evolución
Concretamente, los científicos dirigen su atención a averiguar cómo estas micropolíticas crearon nuevos paisajes dotados de contenido social y cultural.
Frente a un mundo romano dominado por la ciudad, los siglos posteriores vieron la aparición de territorios que tenían escenarios determinados de poder o lugares centrales en torno a los que se articulaba su ordenamiento, “especialmente las iglesias rurales, las fortificaciones, los lugares de reunión y las tierras comunales”, especifica.
Para el proyecto, que engloba a su vez, a cuatro subproyectos coordinados entre sí y radicados en la Universidad del País Vasco, en la Universidad de Oviedo y en el CSIC, es esencial “determinar cuáles eran los escenarios donde se llevaban a cabo las micropolíticas, cómo funcionaban y quién los controlaba, además de examinar su evolución en el tiempo”.
Al respecto, entre los elementos sometidos a estudio en profundidad destacan los terrenos comunales, las fortificaciones y las iglesias rurales, concebidas por entonces como espacios multifuncionales en los que tanto se celebraban ritos, se impartía justicia o eran utilizadas como lugares de reunión.
En este sentido, identificar los lugares de reunión y de administración de justicia siempre ha despertado un especial interés y los investigadores quieren dar respuesta a las preguntas fundamentales de dónde se celebraban y los motivos para ello. Entendiendo que debían de ajustarse a procedimientos y/o contar con la presencia de personas concretas según la naturaleza del asunto a tratar, aspectos para los que la elección del escenario podría ser importante.
Publicación en la prestigiosa colección Reti Medievali
Como parte de las actividades de ESMICRO, la USAL organizó en 2022 un importante congreso internacional en el marco de la red de proyectos coordinados con el título “Paisajes políticos en la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media (siglos V-XI)”. A lo largo de las sesiones los investigadores del consorcio y los responsables de los subproyectos pusieron en común los avances encontrados, a la vez que reputados especialistas invitados españoles, británicos e italianos presentaron ponencias en torno al tema.
El contenido del encuentro fue recogido en un volumen científico de acceso abierto, según promueve la Ley de Ciencia y las instituciones europeas, que recientemente acaba de ver la luz en formato digital. Pendiente de ser editado próximamente en papel, ha sido publicado en inglés, español e italiano por Firenze University Press en la prestigiosa colección Reti Medievali e-book, tras un riguroso procedimiento de revisión por pares.
La publicación nace como obra de referencia para los estudiosos del área y ofrece una visión científica completamente renovada sobre la sociedad y la política en los siglos VI al XII en Europa, haciendo especial hincapié en la pluralidad de lugares, de espacios y de territorios. Pero, sobre todo, contiene un crisol de artículos con investigaciones actualizadas sobre cómo las sociedades locales fueron capaces de crear sus propios paisajes políticos.
Múltiples aspectos que nos ayudan a comprender que “las sociedades estatales no son la única forma de organizar una determinada sociedad, sino que hay otras fórmulas que debemos de examinar y entender para, de alguna manera, comprender nuestra realidad actual”, determina. En resumen, todo un abanico de artículos científicos que ofrece novedosos aspectos e interesantes detalles, hasta ahora no descritos, sobre las micropolíticas de la Alta Edad Media en Europa.
Tradición de Estudios Medievales en la USAL
La Universidad de Salamanca es “heredera de una tradición de estudios medievales iniciada en los años 70 por el profesor José Luis Martín, que se ha ido continuando con investigadores muy potentes como José María Mínguez o Ángel Barrios”, recuerda. A pesar de ello, los especialistas centrados en el estudio de este período concreto del Medievo son una minoría, una imagen que se repite en el resto de universidades del país.
Iñaki Martín y su grupo de investigación trabajan en la Alta Edad Media de forma continuada desde 2006 en múltiples proyectos nacionales, autonómicos y/o internacionales, centrándose los últimos años en el estudio de las sociedades locales. Cada generación de historiadores “avanzamos en el conocimiento de la Edad Media de acuerdo a unas preocupaciones científicas distintas, como también avanzan los medios de los que disponemos y las teorías”.
Ahora, el desarrollo e implantación de una línea específica de arqueología medieval en el grupo de investigación de la USAL supondrá un impulso para sus trabajos, especialmente para el estudio de los siglos VIII y IX, de los que “prácticamente no tenemos noticias escritas para una parte de la Meseta del Duero”. Combinar el manejo crítico de la documentación escrita disponible, con las fuentes arqueológicas y el apoyo en diferentes métodos y técnicas de investigación contribuirá “a la interpretación y revelado de nuevos datos y, seguramente, a cambiar paradigmas de este periodo de nuestra historia aún por descifrar”, concluye.