El Premio Nobel de la Paz 2014 ha sido otorgado conjuntamente a Kailash Satyarthi y Malala Yousafzay «por su lucha contra la supresión de los niños y jóvenes y para el derecho de todos los niños a la educación.»
Este premio rinde homenaje al extraordinario compromiso de Kailash Satyarthi y Malala Yousafzay para promover la educación como un derecho humano básico para todos y para el valor único que han traído a tomar esto adelante.
“La concesión del premio Nobel de la Paz a estos dos ardientes defensores de la educación es un mensaje que da cuenta de la importancia de la educación para la construcción de una paz duradera en el mundo”, declaró Irina Bokova, Directora General de la UNESCO.
Este llamamiento es de plena actualidad, puesto que 58 millones de niños siguen sin estar escolarizados en primaria, y más de la mitad son niñas. El mismo número de niños de secundaria no van a clase y cada vez más escuelas son objeto de ataques. Estos hechos ensombrecen el desarrollo sostenible de sociedades enteras en momentos en que los países buscan alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los objetivos de la Educación para Todos de aquí a 2015.
Este premio Nobel de la Paz reconoce el poder de la educación. La educación es esencial para la dignidad humana y el respeto; es la condición necesaria para lograr sociedades más resilientes y un desarrollo más sostenible e integrador. Estos son los fundamentos de una paz duradera, tal y como lo expresó hace casi 70 años la Constitución de la UNESCO.
“La educación es una fuerza para la enseñanza del respeto y la tolerancia, para la comprensión mutua y el diálogo y para la erradicación de la pobreza”, declaró la Directora General de la UNESCO. “El fundamento más sólido de la paz reside en el respeto de la igual dignidad de cada niña y cada niño, de cada mujer y cada hombre por eso la educación es tan esencial”.
La UNESCO trabaja en estrecha colaboración con ambos ganadores del Nobel. Kailash Satyarthi estuvo en la vanguardia del movimiento mundial para poner fin a la esclavitud de los niños y la explotación de las niñas desde los años 1990. Como fundador y presidente de la Campaña Mundial por la Educación y de la Marcha contra el Trabajo Infantil, puso su pasión y su coraje al servicio del derecho a la educación de cada niño. La UNESCO apoya el trabajo de Malala Yousafzai en su lucha para promover el acceso a una educación de calidad para todos, en particular de las niñas.
La educación de las niñas es una prioridad en todas las acciones de la UNESCO, ya que es una fuerza poderosa de transformación positiva de las sociedades. Ese es el objetivo del Fondo Malala para la educación de las niñas, lanzado por la UNESCO y el gobierno de Pakistán para mejorar la formación de los docentes y defender la igualdad de género en la educación y gracias a ella.
“Este premio Nobel es un premio Nobel para la educación, un premio para la educación de las niñas, porque el lugar donde debe estar un niño es la escuela: todas las niñas y niños deben ir a la escuela y no debería impedírselo ni el matrimonio precoz, ni el trabajo ni el hecho de que se trate como mercancías o productos”, declaró Irina Bokova.
“Por eso es imperativo que la educación figure en el centro del nuevo programa mundial de desarrollo sostenible que los Estados están diseñando para después de 2015: porque la educación de calidad y el aprendizaje para todos a lo largo de toda la vida es la fuerza más poderosa que existe para un desarrollo y una paz duraderos”, agregó.
En los años 1990, Satyarthi fundó Bachpan Bachao Andolan (Movimiento para salvar a la primera infancia) y se dedicó a luchar contra el trabajo infantil como una cuestión de derechos humanos y no sólo de bienestar o caridad. A continuación, integró su movimiento en los esfuerzos para lograr la educación para todos. Hasta ahora, su organización ha liberado a más de 80.000 niños de la esclavitud, integrándolos en la sociedad mediante la educación. En 2001, Satyarthi dirigió la campaña en favor del derecho fundamental a la Educación, que consistió en una marcha de 15.0000 km a través de la India con la que logró que se modificara la Constitución del país y que el Parlamento instaurara el derecho a la educación gratuita y obligatoria. Ha trabajado durante muchos años con la UNESCO y fue miembro del consejo de administración de la Alianza Mundial por la Educación.
Malala Yousafzai se hizo famosa por su activismo en pro de la educación femenina, en particular en el valle de Swat (Pakistán), donde nació y en donde grupos talibán prohíben a las niñas ir a la escuela. En 2009, con 11 años de edad, Malala comenzó a hacer campaña por la educación en los medios de comunicación. Un año después, un hombre armado subió en el autobús escolar en el que viajaba y le asestó tres disparos. Gravemente herida, fue trasladada a un hospital de Birmingham (Reino Unido) para recuperarse. Hoy vive en Birmingham, donde continúa estudiando y militando a favor de la educación infantil. La UNESCO y el gobierno de Pakistán pusieron en marcha un fondo que lleva su nombre, el Fondo Malala, para financiar programas educativos.