Fundación Telefónica muestra la biodiversidad natural y cultural amenazada por el hombre a través de la Colección Fotográfica de OKAIMAL comisariada por el profesor Esteban Manrique
Fundación Telefónica muestra en La diversidad amenazada. Naturaleza-hombre-cultura la biodiversidad natural y cultural amenazada por el hombre a través de la colección fotográfica de Eduardo Aznar “Okaimal”, que abre sus puertas en el Espacio Fundación Telefónica hasta el 7 de junio.
La colección de fotografías de “Okaimal”, comisariada por el profesor de Investigación del C.S.I.C. en el Museo Nacional de Ciencias Naturales Esteban Manrique, quiere mostrar el cambio global sin precedentes al que estamos asistiendo y la necesidad de poner los medios para evitarlo.
En su afán de dominar la Tierra en su beneficio, el hombre ha olvidado sus orígenes y su dependencia del medio, esquilmando recursos y contaminando: los cambios que hoy está produciendo pueden ser ya irreversibles y las consecuencias desastrosas si no se pone un límite ahora mismo. La muestra quiere hacer ver las consecuencias, lo que perderíamos, si el ser humano no actúa con firmeza y celeridad.
La muestra, de 98 fotografías, se ha articulado en las siguientes secciones: la tierra en cambio continuo y la diversidad, resultado de la evolución (diversidad de paisajes, diversidad biológica, fauna y flora); el hombre como especie, diversidad de tipos humanos (pueblos, etnias y culturas), adaptación y transformación del entorno (ganadería, agricultura y pesca); bosques, manglares y corales; el agua, un recurso vital (ríos y lagos); el antropoceno, un rápido cambio ambiental global (tecnología y sobreexplotación de recursos y gases de efecto invernadero) ocasionado por el ser humano; el cambio climático (deshielo), vulnerabilidad y adaptación; y “Aún estamos a tiempo”, que cierra la exposición con una puerta a tender una mano para evitar el desastre ecológico.
Vanishing World Diversity
El proyecto Vanishing World Diversity nace como respuesta a la amenaza para la rica biodiversidad de la Tierra y la extinción de infinidad de especies vegetales y animales, pueblos, lenguas y culturas, condenados a desaparecer por el modelo global hegemónico. La colección de fotografías tomadas a lo largo de casi medio siglo de viajes de “Okaimal” por países de cuatro continentes ofrece un testimonio de los territorios, pueblos y culturas que van sucumbiendo a esta dinámica de destrucción.
Para alertar sobre esta enorme pérdida, Vanishing World Diversity quiere difundir en distintos soportes fotografías seleccionadas del archivo de “Okaimal”: ediciones 3 limitadas (dieciséis volúmenes sobre cuarenta países), “Cuadernos de Viaje” (compendio en tres tomos de mayor tirada), exposiciones de fotografías, vídeos y banco fotográfico.
Actividades paralelas
Con motivo de esta exposición se llevarán a cabo diversas mesas redondas en las que se hablará del cambio climático y la biodiversidad, además de otros aspectos relacionados con el medio ambiente:
15 de Abril, 19:00h. Mesa redonda sobre el cambio climático coordinada por el biólogo e investigador del C.S.I.C. Fernando Valladares.
13 de Mayo, 19:00h. Conferencia sobre biodiversidad del zoólogo e investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Rafael Zardoya.
21 de Mayo, 19:00h. Mesa redonda “Testigos: los viajeros” con la participación de la periodista y escritora Cristina Morató; el catedrático emérito, geógrafo y escritor Eduardo Martínez de Pisón; el periodista y fotógrafo Paco Nadal, y el autor de las fotografías, Eduardo Aznar “Okaimal”.
Las actividades educativas girarán de igual forma en torno a la preservación del medio ambiente y estarán dirigidas a niños, jóvenes y adultos: “Recreando la biodiversidad”, actividad para público familiar, se celebrará el 30 de mayo y el 6 de junio, y “¿Cambiamos la ciencia ficción?”, dirigida a adolescentes, tendrá lugar el 22 de mayo; ambas para un máximo de 25 personas.
Por último, también la Instagramers Gallery Madrid, ubicada en el Espacio, exhibirá a partir del 4 de mayo hasta el 7 de junio las fotografías de los ganadores del concurso de Instagram sobre biodiversidad que se celebra a raíz de la serie documental Los años que vivimos peligrosamente (Years of Living Dangerously) que emite actualmente el Canal Odisea, una producción dirigida por, entre otros, James Cameron, y que ha sido ganadora del Premio Emmy a la Mejor Serie Documental de 2014. Los intérpretes Harrison Ford, Jessica Alba o Matt Damon presentan esta serie que ahonda en las consecuencias del cambio climático para los habitantes del planeta. Consulta nuestra web para conocer todos los detalles de las actividades programadas: espacio.fundaciontelefonica.com
La diversidad natural y cultural, en peligro
En la larga historia de la vida sobre el planeta Tierra, el ser humano es un recién llegado cuya presencia en el planeta se remonta a tan sólo unos 2,8 millones de años. Pero en su expansión sin precedentes ha provocado profundos cambios a escala planetaria. Hoy es responsable de alteraciones ecológicas irreversibles y de la extinción de numerosas especies, perturbaciones cuyas consecuencias desconocemos y que, posiblemente, terminen volviéndose contra nosotros mismos en un futuro no muy lejano.
La población humana en la Tierra ha experimentado un crecimiento extraordinario. En tan sólo medio siglo, del año 1950 al 2000, hemos pasado de ser 2.500 millones a 6.000 millones de habitantes. Ahora mismo se calcula que somos unos 7.400 millones de habitantes en el planeta. De éstos, 4.500 millones, más de la mitad, están en Asia y 1.100 millones en África. Para el año 2050, con la tasa de crecimiento actual, se prevén 9.000 millones de habitantes.
La necesidad de mantener a la población ha llevado a la explotación de los recursos naturales sin control y a la contaminación del suelo, aire y aguas hasta proporciones gravísimas. Estos cambios también afectan al clima y suponen una gran amenaza para la rica diversidad biológica que la Tierra alberga, provocando extinciones a una velocidad alarmante, y para el propio ser humano. Estamos asistiendo al efecto sobre la diversidad de los pueblos, sus lenguas y sus culturas, condenados a desaparecer por el proceso de la globalización, que homogeneiza los modos de vida independientemente de las características geográficas locales.
Desde que la Tierra comenzó a enfriarse hace 4.500 millones de años, los cambios en el ambiente han ocurrido de forma continua a lo largo de su historia y seguirán sucediendo, pero esos cambios, siempre graduales, dieron tiempo a la adaptación de las especies.
Los efectos de la agricultura y la ganadería sobre los bosques y las selvas
La producción de alimento en suficiente cantidad no está exenta de consecuencias. La agricultura, la ganadería y la pesca son los mejores aliados para alimentar a una población cada vez más numerosa, pero son también las actividades que más han modificado el entorno.
Los bosques y selvas constituyen un refugio para la biodiversidad, y actúan regulando el ciclo del agua y como reservorios de carbono. Las talas masivas y los incendios descontrolados están acabando con este recurso, eliminando hábitats y facilitando la erosión y la desertificación, y liberando a la atmósfera el carbono atrapado donde actúa como gas de efecto invernadero (GEI). Según el informe de la FAO de 2011, los bosques en 2010 ocupaban 4.033 millones de ha (31% de la superficie terrestre), habiéndose detectado una disminución de 13,5 millones de hectáreas de bosque, la superficie de Grecia, entre 1990 y 2010. En 1990 había almacenadas en los bosques 218,7 millones de toneladas de carbono, en 2010 el almacenamiento se ha reducido a 215,2 millones de toneladas.
El 5º informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, publicado en 2014, indica que el ser humano es el responsable del cambio climático, que perdurará por muchos años, décadas e incluso siglos, aunque parásemos de forma radical nuestro modo actual de vida.
El aumento de la temperatura de la atmósfera conlleva consecuencias como el deshielo de los glaciares y de las nieves permanentes, la reducción en la disponibilidad de agua para consumo humano o el regadío, y el incremento del nivel medio de los mares y océanos.
Consecuencias sociales
Las diferencias en la respuesta del ser humano se deben a factores no climáticos como la desigualdad, a menudo producida por procesos de desarrollo dispares. Las personas que están social, económica, cultural y políticamente marginadas son especialmente vulnerables al cambio climático y a algunas respuestas de la adaptación y la mitigación. La mayor vulnerabilidad se debe a la interacción de procesos sociales tales como la discriminación por motivos de género, clase, etnia, edad y discapacidad.
Las cifras hablan: los océanos y la atmósfera en peligro
La muestra indica que la atmósfera y los océanos se han calentado entre 0,65˚C y 1,06˚C entre 1880 y 2012, así como incrementado el número de episodios climáticos extremos: ciclones, huracanes, etc. La superficie de las masas de hielo y nieve permanentes (criosfera) también ha disminuido y el permafrost se está descongelando rápidamente. El nivel medio del mar ha subido 0,19 m entre 1901 y 2010. Los océanos mundiales seguirán calentándose durante el siglo XXI y afectará a la circulación oceánica. La cubierta de hielo del Ártico y el manto de nieve en primavera en el hemisferio norte seguirán menguando. El volumen global de los glaciares continuará reduciéndose y el nivel medio global del mar seguirá aumentando durante el siglo XXI a un ritmo aún mayor.
Las ingentes necesidades energéticas del ser humano moderno están agotando los recursos no renovables (carbón, petróleo, gas), expulsando a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases causantes del calentamiento de la atmósfera terrestre a una velocidad nunca antes conocida. Las concentraciones en la atmósfera de gases de efecto invernadero y la acidez de los océanos se han incrementado. Para contener el cambio climático será necesario reducir de forma sustancial y sostenida las emisiones de GEI (CO2, CH4, NOx, etc.).
Aún estamos a tiempo
Hemos de ser conscientes de que el ser humano, en su afán de dominar la Tierra está provocando cambios más allá de lo que el planeta puede resistir. Debemos ser nosotros mismos quienes tendamos una mano para evitar el desastre ahora que aún estamos a tiempo.