El poeta Pablo García Baena deposita en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado personal cuyo contenido no ha querido desvelar
“No soy más que un poeta de provincias”, ha declarado Pablo García Baena al depositar en la Caja de las Letras un legado personal cuyo contenido no ha querido desvelar quien, para el director del Instituto Cervantes, es “uno de los más destacados autores de la literatura española contemporánea y de todos los tiempos”.
El poeta cordobés, cofundador del grupo Cántico allá por 1947, solo ha apuntado lo que la “caja misteriosa” número 1.518 guardará bajo llave durante los próximos 50 años: “unos textos míos y otras cosas que no quiero decir”. Un contenido que, “desde el astral anfiteatro”, el autor dedica a sus 27 nietos y bisnietos, que podrán asistir –así lo espera- a la apertura del legado dentro de medio siglo, el 12 de mayo de 2065.
A punto de cumplir 94 años, García Baena ha declarado sentirse “anonadado, asombrado y unido para siempre al Instituto Cervantes” tras las palabras de elogio que le ha dedicado Víctor García de la Concha. “En la poesía –decía el director del Cervantes- se han dado muy pocas veces versículos de tan amplio desarrollo como los de Pablo García Baena”.
Y éste manifestaba, en el tono pausado e intimista que le caracteriza, su “gratitud inmensa” al Instituto Cervantes y a la Fundación Loewe (representada por sus responsables, Enrique Loewe y Sheila Loewe, entre otros) por el doble homenaje que recibió.
Les acompañaron en la Caja de las Letras Luis Antonio de Villena, Joaquín Pérez Azaústre, Chus Visor y José Infante, entre otros admiradores de la obra del veterano poeta, que cuenta en su haber con destacados galardones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2008.
Coloquio organizado con la Fundación Loewe
García Baena mantuvo un coloquio, abierto al público, con los poetas José Infante, Guillermo Carnero, Luis Antonio de Villena, Juan Antonio González Iglesias y Joaquín Pérez Azaústre.
Cada uno de ellos habló de la poesía de García Baena y leyó un poema de éste que haya sido importante o tenido un especial significado. A continuación, García Baena recitó varios de sus poemas desde el atril antes de cerrar el acto.