Al sur de la Ciudad de México, una de las ciudades más pobladas y urbanizadas del mundo, se encuentra Xochimilco. Una zona rodeada de naturaleza cuya imagen recurrente es la de una fiesta de comensales y mariachis sobre trajineras que navegan por una red de canales de agua y chinampas (jardines flotantes)
En contraste y más allá de los primeros y más frecuentados embarcaderos, diferentes grupos como el de Abejas de Barrio intercambian conocimientos científicos, locales y ancestrales por el medioambiente, y demuestran como una visión renovada y corresponsable del turismo junto con el aprovechamiento de las tecnologías digitales permite extender sus beneficios, reducir sus impactos negativos, fomentar prácticas dignas para el territorio, los recursos naturales y la cultura de las comunidades receptoras, e incluso desplegar acciones por la seguridad alimentaria y la revaloración del trabajo agropecuario.
A poco más de un 1 km de la zona más frecuentada de embarcaderos de trajineras en Xochimilco está la zona de canales del barrio de la Santísima Trinidad Chililico, donde se fabrican y reparan trajineras, se cosecha hortalizas, flores, entre otras actividades. Ahí, Abejas de Barrio desarrolla actividades desde 2016 de apiturismo, de divulgación científica sobre las abejas y la apicultura, venta de productos de colmena locales, entre otras, para promover el cuidado de una de las especies polinizadoras cada vez más amenazadas por la actividad humana y así fortalecer paulatinamente la seguridad alimentaria del planeta.
De las abejas depende casi el 90% de las plantas con flores, dos terceras partes de los cultivos alimentarios y 35% de las tierras agrícolas de todo el mundo.
Sandra Corales, fundadora del colectivo, explicó que su motivación fue que las personas cuestionen y conozcan a profundidad lo que comen, a la par de valorar el trabajo del campo, para lo cual era necesario intercambiar conocimientos sobre la biodiversidad y prácticas agrícolas sustentables. Para ella, identificar qué alimentos son los más naturales permite mejorar la salud de las personas y respetar el poder de decisión sobre algo tan cotidiano y aparentemente tan simple como el comer.
“Lo más radical hoy en día es que comer sea un acto de soberanía de las personas y que, en lugar de alimentarte de algo sobre lo que no tienes idea, sepas de dónde viene”.
Abejas de Barrio invita constantemente a niñas, niños y personas adultas a charlas y a conocer de cerca el trabajo de apicultura que realizan sobre una chinampa, un modelo de cultivo y expansión territorial flotante que sigue en pie gracias a sus habitantes. Su experiencia los ha llevado a colaborar en encuentros con otros productores y con estudiantes desde el nivel básico hasta de educación superior de la Ciudad de México y otros estados, como Oaxaca e Hidalgo. Las actividades de divulgación las realizan mediante trueque, pero han logrado identificar en un turismo responsable una opción para sostener su misión.
“El campo es real, palpable y tangible, y los recurridos o experiencias turísticas llevan a las personas visitantes hacia dentro de dichos procesos de una manera pedagógica y amable”, dice Sandra, por lo que invita a las personas a que sean apicultoras por un día, organiza degustación de mieles y charlas técnicas para confrontar y desmitificar prejuicios sobre las abejas y sobre el trabajo agropecuario, en especial de habitantes de zonas urbanas donde el campo parece no ser cercano.
Abejas de Barrio entabla colaboraciones con productores de Xochimilco y de zonas cercanas desde sus inicios, pero al crear su página de Internet ampliaron su exposición y se incrementaron las visitas desde otros estados de México, con quienes intercambian puntos de vista y mejores prácticas. Esto también les permitió reconocer una forma de acelerar las acciones de concientización ambiental, por lo que transitaron a otras plataformas digitales para beneficiar más a la comunidad y atraer a un público que ya estaba en movimiento mediante el turismo.
El sector turístico es uno de los principales empleadores, con una de cada 10 personas en todo el mundo, en especial mujeres y personas jóvenes, pero las oportunidades suelen seguirse concentrando en la hotelería y en zonas predominantes. Por lo que Airbnb y la UNESCO en México implementaron un proyecto de capacitación para fomentar un nuevo modelo de turismo responsable, cultural y creativo construido junto con emprendedores locales y sus comunidades, para la creación y mejora de recurridos turísticos, también llamadas Experiencias.
Sandra compartió que ya había realizado ensayos en la plataforma de Airbnb y que al inicio de la serie de capacitaciones no tenía muchas expectativas, pero ahora considera compartir sus aprendizajes con otros apicultores al identificar prácticas sostenibles que reducen impactos negativos, que impulsan una economía local circular y que fomentan que las personas visitantes sean responsables y respetuosas del patrimonio, la diversidad cultural y el territorio.
Tras el primer mes de haber participado en los talleres, Abejas de Barrio duplicó las visitas a su Experiencia que llamaron Apicultor por un día.
Me encantó. Antes ya había convivido con abejas, pero nunca me había puesto a reflexionar en la importancia de cada detalle. Fue una experiencia enriquecedora que además de dejar un dulce sabor de boca (literalmente a miel), me enseñó la importancia de estos pequeños seres en el mundo, dijo, Emilio, turista mexicano
El proyecto impulsó la profesionalización de la experticia con la que ya contaban y transformar sus perspectivas. Sandra comparte que creía que en la medida en que hubiera más personas por cada tour se mejorarían los ingresos del apiturismo que realizan para dar continuidad a las actividades ambientales y productivas del colectivo, pero no querían que fuese masivo para mantener un equilibrio y un cuidado adecuado tanto de la comunidad, como de los recursos naturales y especies animales. Sin embargo, identificó alternativas durante los talleres para seguir trabajando con grupos pequeños y mantener prácticas responsables, lo cual puede considerarse difícil de conciliar.
La productora de miel mencionó que su acercamiento con la UNESCO y Airbnb fue sobre todo por la parte de patrimonio, pero no únicamente por las zonas Patrimonio Mundial de Xochimilco, sino de otros más. El recorrido de Abejas de Barrio tiene como punto de encuentro a la Capilla de la Santísima Trinidad de Chililico, con un importante valor histórico, cultural y social, pero poco conocido.
En el área se grabaron escenas de la película María Candelaria de 1944, dirigida por Emilio “El Indio” Fernández y protagonizada por la emblemática actriz Dolores del Río. Además, es de donde salen trabajadores que venden y distribuyen flores por toda la Ciudad de México, como centros comerciales y áreas verdes públicas.
Xochimilco también fue la cuna del tlacuilo (o escriba) Juan Badiano, a quien se le atribuye junto con Martín de la Cruz, nacido en Tlatelolco, el Libellus de medicinalibus indorum herbis (Libro sobre las hierbas medicinales de los pueblos indígenas) o mejor conocido como Códice de la Cruz-Badiano, que es uno de los registros más antiguos de herbolaria mesoamericana, escrito en la época virreinal y traducido del náhuatl al español. “Deberíamos tenerla impresa en la entrada del barrio. Esa es mi locura. Para que la gente sepa que es muy valioso, explorar ese documento, verlo, conocerlo, saber qué dice”, dijo Sandra.
A veces crees que naces en un barrio pobre, en un espacio donde tú crees que no hay nada y, al contrario, está lleno de riqueza. Hay que ser los locales quienes lo aprovechemos.
La participación de Abejas de Barrio en la plataforma de Airbnb permite recibir visitantes internacionales, lo cual no sólo fortalece una economía circular para el barrio de La Santísima Trinidad, sino que también amplía las posibilidades de conectar con productores y personas interesadas en la conversación y producción apícola de otras partes del mundo para mejorar los procesos locales en Xochimilco, y fortalecer el papel de los habitantes como guardianes del patrimonio y la diversidad cultural.