Durante una visita al Líbano, el Alto Comisionado ACNUR, Filippo Grandi, expresó el apoyo del organismo a más de 100.000 personas que se vieron gravemente afectadas por la explosión que devastó la capital, Beirut, el 4 de agosto pasado
La asistencia se centra en ayudar en las reparaciones de emergencia de las viviendas y asesoramiento ante situaciones traumáticas para los libaneses, los refugiados y otras poblaciones afectadas por el estallido.
Grandi destacó los múltiples desafíos a los que se enfrentan estas personas, como la crisis económica que asolaba al país antes de la detonación, el impacto que supone el conflicto en Siria y la pandemia de la COVID-19.
“Todos tenemos que desempeñar un papel en la respuesta. No podemos dejar que la gente duerma a la intemperie, sin techo y sin privacidad, expuestos a la inseguridad alimentaria, a la falta de agua y de medicamentos».
Recordó que Líbano alberga el mayor número de refugiados per cápita del mundo acogiendo a palestinos, iraquíes y sirios durante décadas, y llamó a la comunidad internacional a no abandonar a los sirios.
ACNUR al rescate de los libaneses
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) destina 35 millones de dólares para su respuesta de emergencia a los hogares más afectados y vulnerables de Beirut. El paquete incluye 32,6 millones para operaciones de refugio y 2,4 millones para actividades de protección durante los próximos tres meses.
Durante su visita, Grandi se reunió con el presidente de la República, el primer ministro en funciones, varios funcionarios locales y estatales y representantes de la Cruz Roja Libanesa.
ACNUR trabaja con las 100.000 personas que resultaron más afectadas tras la explosión y ha enviado inmediatamente sus reservas existentes de equipos de emergencia para viviendas, que son distribuidos por su personal y el de sus socios.
Grandi se dirige a los libaneses
El Alto Comisionado se reunió con las familias de los refugiados y escuchó relatos sobre las crecientes dificultades y desafíos. Durante los últimos meses, y como resultado de la profunda crisis económica y financiera exacerbada por la COVID-19, el porcentaje de refugiados que viven bajo el umbral de la pobreza extrema pasó del 55%a más del 75%.
Grandi pudo visitar a los barrios devastados de la capital donde ya se han distribuido más de 3140 equipos de emergencia para viviendas de los hogares más afectados, de los que se han beneficiado más de 10.000 personas hasta la fecha.
El problema de la corrupción en Líbano
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló hoy un problema todavía más profundo y devastador para Líbano: la falta de rendición de cuentas y la corrupción generalizada y sistémica.
De acuerdo con algunas estimaciones, Líbano pierde cada año hasta 5000 millones de dólares debido a la corrupción. Esta cifra equivale a casi el 9% del PIB del país durante el año pasado.
Sólo en el puerto de Beirut, las pérdidas ocasionadas por la falta de transparencia se estiman, según un estudio, en casi 800 millones de dólares al año, y se prevé que el costo anual de la corrupción en las aduanas supere con creces los mil millones de dólares.
Más allá del motivo que causara la detonación, el PNUD explicó que hay una combinación de al menos tres deficiencias de administración impropias de la custodia de materiales altamente explosivos en los almacenes del Puerto de Beirut.
La mala aplicación de los procedimientos para el almacenamiento y la gestión de esos materiales.
La fragmentación de los mecanismos de supervisión y control entre las diversas autoridades que tienen jurisdicción sobre el Puerto, con funciones solapadas y filiaciones políticas a grupos políticos rivales.
La ineficacia de los procedimientos judiciales y seguimiento de la aplicación de las decisiones judiciales conexas.
“¿Quién tiene la culpa de esta situación? Puede que nunca lo sepamos. Y esto, por sí solo, es otro ejemplo del profundo déficit de responsabilidades”, afirmó Arkan El Seblani, asesor técnico para Anticorrupción e Integridad, del Centro Regional del PNUD en los Estados Árabes.
El Seblani indicó que es probable que esas carencias también repercutan en las actividades de respuesta y recuperación, incluida la asistencia internacional asociada.
Respuesta del PNUD a la corrupción
En respuesta a la explosión del puerto de Beirut, y como parte de las actividades de recuperación, el PNUD tiene previsto ampliar su labor de apoyo a la aplicación de la estrategia nacional de lucha contra la corrupción, reforzar sus lazos con los medios de comunicación y fomentar el diálogo y la actuación sobre una serie de temas emergentes, empezando por la transparencia y la rendición de cuentas en la asistencia internacional.
Entre esas medidas se busca aumentar el apoyo para la aplicación de la ley de acceso a la información, el respaldo a las coaliciones de la sociedad civil para supervisar y auditar la ayuda, y la participación proactiva en los procesos de coordinación de los donantes.
Durante los últimos meses también convocó reuniones mensuales del grupo de coordinación de la lucha contra la corrupción en las que también participan la Unión Europea, el Banco Mundial y organismos para el desarrollo de Líbano.