Teniendo en cuenta que 128 millones de estudiantes que se encuentran a mitad del año académico, un total de 561 millones de estudiantes, es decir, uno de cada tres, asistirá a clases durante este período.
Este año, 900 de los 1.500 millones de estudiantes que hay en el mundo de preescolar a secundaria volverán a la escuela entre agosto y octubre. Sin embargo, según las cifras de la UNESCO, sólo la mitad de ellos -433 millones en 155 países- volverán a las aulas en ese lapso.
Mil millones de estudiantes, dos tercios de la población estudiantil mundial, se enfrentan al cierre de escuelas o a la incertidumbre. Las poblaciones más vulnerables, en particular las niñas, corren un riesgo especial.
La UNESCO ha subrayado que para más de la mitad de los 900 millones de estudiantes que comienzan el nuevo año académico, se espera que la escolarización sea totalmente remota, o para algunos, una mezcla de aprendizaje a distancia y en el aula. Sin embargo, la mayoría de esos estudiantes y sus familias siguen esperando una orientación clara sobre lo que se espera cuando comience el año académico 2020-21, aunque las fechas de inicio previstas están a pocas semanas de distancia.
Esta situación plantea problemas importantes, habida cuenta de las persistentes desigualdades asociadas con la enseñanza a distancia, que afectan en particular a las poblaciones vulnerables.
«La crisis educativa sigue siendo grave», dijo Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, el principal organismo de las Naciones Unidas para la educación en todo el mundo. «Varias generaciones se enfrentan a la amenaza del cierre de escuelas, que afecta a cientos de millones de estudiantes y ha durado muchos meses. Se trata de una emergencia para la educación mundial», añadió.
Hasta la fecha, los estudiantes del mundo han perdido un promedio de 60 días de escolaridad desde que comenzaron los cierres, en febrero y marzo. En una situación así, el riesgo de abandono escolar, la disminución de la calidad del aprendizaje y los impactos sociales y económicos negativos es alto. Por lo tanto, es fundamental que las autoridades educativas trabajen rápidamente para determinar la mejor manera de garantizar un regreso seguro a la escuela, protegiendo al mismo tiempo la salud y la seguridad de los estudiantes y el personal educativo.
Para ayudar a los países a preparar el calendario, las condiciones y los procesos de reanudación de las instituciones educativas, la UNESCO, en colaboración con el UNICEF, el PMA y el Banco Mundial, ha elaborado un marco para la reapertura de las escuelas y están trabajando en estrecha colaboración con los ministerios de educación en planes para que los estudiantes vuelvan a las aulas.
La UNESCO, por conducto de la Coalición Mundial para la Educación, está poniendo en marcha la campaña #LaeducaciónContinúa para garantizar la continuidad del aprendizaje de las niñas durante el cierre de las escuelas y su regreso seguro cuando vuelvan a abrirlas, a la luz de los numerosos obstáculos a los que se enfrentan fuera del ámbito de la educación, entre ellos el embarazo en la adolescencia, el matrimonio precoz y forzoso y la violencia.
Por conducto de las asociaciones de la Coalición, se ha elaborado un conjunto de instrumentos de comunicación y promoción y una guía para el regreso de las niñas a la escuela, que se están difundiendo a todos los agentes interesados.