La investigación aparejada a la restauración aporta datos de interés sobre la vida a bordo del barco
Recientemente se ha cumplido un año del regreso a España del patrimonio recuperado del pecio Nuestra Señora de Las Mercedes. Los expertos del Museo Arqueológico Nacional y del Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQUA continúan trabajando en las 574.553 monedas de oro y plata, sometiéndolas a un complejo y laborioso proceso de documentación, catalogación, conservación y restauración.
En aquel momento el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, calificó la recuperación del patrimonio como de un hecho histórico, que marcaría un antes y un después en la protección internacional del patrimonio subacuático.
En la actualidad se está trabajando en el diseño de una exposición permanente del conjunto del patrimonio de La Mercedes que será instalado en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, en Cartagena. Paralelamente también se está diseñando una exposición temporal itinerante que será ofrecida a las Comunidades Autónomas de España. Ambas podrán verse a partir del segundo semestre de este año.
Investigación y restauración
Nunca antes se había tenido que gestionar un patrimonio cultural subacuático de tan grandes dimensiones. En ese sentido, las labores de restauración están sentando también un precedente científico. En marzo, un Comité de expertos determinará el sistema por el cual realizar la restauración de forma masiva de estos bienes.
Entre tanto, la restauración avanza por métodos tradicionales que están arrojando datos interesantes sobre la vida a bordo del barco. Ejemplo de ellos es el hallazgo de una charretera de botones de oro con la corona real que es una prueba arqueológica de la presencia de personal de la Marina Real a bordo de la embarcación y contextualiza la fecha del hundimiento en 1804.
Al encontrarse amalgamada, permite elaborar la hipótesis de que el tripulante se había quitado esta botonadura al estar en desuso, tras el reglamento de 1802, que ordenaba sustituirlas por la que presenta una corona real sobre ancla, y las portaba en una bolsa de tela, al encontrarse fragmentos de ésta adheridos al cúmulo de botones.