Se ha designado a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para que facilite la celebración del Año en colaboración con los gobiernos, las organizaciones pertinentes, las organizaciones no gubernamentales y las demás instancias pertinentes
El Año Internacional de las Legumbres 2016 se propone sensibilizar a la opinión pública sobre las ventajas nutricionales de las legumbres como parte de una producción de alimentos sostenible encaminada a lograr la seguridad alimentaria y la nutrición. El Año brindará una oportunidad única de fomentar conexiones a lo largo de toda la cadena alimentaria para aprovechar mejor las proteínas derivadas de las legumbres, incrementar la producción mundial de legumbres, utilizar de manera más apropiada la rotación de cultivos y hacer frente a los retos que existen en el comercio de legumbres.
¿Qué son las legumbres y por qué son importantes?
Las legumbres son cultivos leguminosos anuales que producen entre uno y doce granos o semillas de tamaño, forma y color variables dentro de una vaina, los que se utilizan para alimento y forraje. El término “legumbres” se limita a los cultivos cosechados de manera exclusiva para grano seco, por lo que quedan excluidos los cultivos cosechados verdes para alimento, que se clasifican como hortalizas, así como los cultivos utilizados principalmente para la extracción de aceite y los cultivos leguminosos, que se utilizan exclusivamente para fines de siembra.
Los cultivos leguminosos como las lentejas, los frijoles, los guisantes y los garbanzos son un elemento fundamental de la cesta de alimentos. Las legumbres son una fuente esencial de proteínas y aminoácidos de origen vegetal para la población de todo el mundo, y se deben consumir como parte de una dieta saludable para combatir la obesidad y prevenir y ayudar a controlar enfermedades como la diabetes, las afecciones coronarias y el cáncer; también son una importante fuente de proteína de origen vegetal para los animales.
Además, las legumbres son plantas leguminosas que tienen la propiedad de fijar el nitrógeno, lo que puede contribuir a aumentar la fertilidad del suelo y que tienen efectos positivos en el medio ambiente.
Cinco cosas que aprendimos en el lanzamiento del Año Internacional de las Legumbres
El lanzamiento oficial del Año Internacional de las Legumbres (AIL) se celebró el 10 de noviembre en la Sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma. Con más de 200 participantes físicos y una audiencia mucho más numerosa en todo el mundo, el evento contó con una elevada participación a nivel ministerial, de la sociedad civil y del sector privado. Los oradores e invitados especiales subrayaron los muchos beneficios de las legumbres, y pusieron también de relieve algunos de los obstáculos con que se encuentran la producción, suministro y comercio mundial de legumbres.
He aquí cinco hechos clave que hemos aprendido sobre las legumbres de los participantes y oradores destacados durante el lanzamiento del AIL:
- Las legumbres son un cultivo indispensable para las comunidades vulnerables de los países en desarrollo.
En los países en desarrollo, las legumbres constituyen el 75 por ciento de la dieta media, en comparación con el 25 por ciento en los países industrializados. Suponen una alternativa económica a la proteína animal: las legumbres contienen del 20 al 25 por ciento de su peso en proteína, frente al trigo que tiene un 10 por ciento y la carne del 30 al 40 por ciento. Las legumbres son un cultivo cada vez más importante para los pequeños agricultores, en particular las mujeres, que suponen la mayor parte de la mano de obra para cultivarlas.
- Lentejas, frijoles y garbanzos son parte esencial de la dieta humana desde hace siglos.
Los restos arqueológicos encontrados en Anatolia (actual Turquía) muestran que la antigua producción agrícola de garbanzos y lentejas se remonta a 7000-8000 a.d.C. Hoy en día, todavía se encuentran parientes silvestres de las lentejas y guisantes en el sureste de Anatolia, cuyas muestras se han recolectado y están protegidas en los bancos de germoplasma de Turquía.
- El consumo de legumbres está disminuyendo.
Aunque la producción mundial de legumbres ha aumentado en más del 20 % en los últimos 10 años, el consumo ha visto una disminución lenta pero constante tanto en los países desarrollados como en desarrollo en ese mismo período. Esto puede deberse en parte a la incapacidad de la producción de legumbres de mantener el ritmo del crecimiento demográfico, así como el cambio hacia una dieta más centrada en la carne que han experimentado muchos países.
- Las innovaciones científicas y tecnológicas pueden ayudar a cerrar la brecha de rendimiento en la producción de legumbres.
El mejoramiento genético de los cultivos, la reproducción selectiva y la agricultura intensiva sostenible han demostrado poder incrementar el potencial de rendimiento y las situaciones límite ante el cambio climático de las legumbres. Las variedades mejoradas de habas tolerantes al calor en Sudán ayudaron a aumentar la producción en 60 kilogramos por hectárea. En Turquía, la variedad especial de garbanzo gokce ha resistido la sequía severa y se produce allí donde la mayoría de los otros cultivos fracasaron.
- La producción legumbres hace un uso muy eficiente del agua, en especial en comparación con otras fuentes de proteínas.
La producción de daal (guisantes o lentejas partidos) requiere 50 litros de agua por kilogramo. Por el contrario, un kilogramo de pollo necesita 4 325 litros de agua, un kg de carne de cordero 5 520 litros, y para un kilogramo de carne de vacuno se llega hasta 13 000 litros de agua. Esta reducida huella hídrica hace de la producción de legumbres una opción inteligente en áreas y regiones más áridas y propensas a la sequía.
Más información (A/RES/68/231)