La muestra de Gadea reúne en el Museo Reina Sofía alrededor de 120 obras, fundamentalmente pinturas de gran formato y una serie de cartulinas realizadas desde los años noventa
Atomic-Circus es la primera retrospectiva dedicada a la obra de la artista Patricia Gadea (Madrid, 1960 – Palencia 2006), personaje primordial en la renovación de la pintura española de las décadas de los ochenta y noventa. Su pintura surge en un momento de experimentación de las libertades, al amparo de la movida madrileña en España y de un ambiente de euforia provocado por el cambio democrático.
Además, se puede ver un conjunto de dibujos realizados desde 1999 hasta su fallecimiento, la mayoría de ellos inéditos, ya que entre 2000 y 2006, alejada de los circuitos artísticos, la pintura pasó a un segundo plano y el dibujo tuvo un mayor protagonismo en su producción.
Dentro de la exhibición destaca la serie Circo (1991-1994), que resume el acontecer de ese periodo en España en forma de mensajes contundentes e impregnados de ironía, como el resto de la obra de la artista, que a fecha de hoy siguen siendo de una aplastante lucidez y contemporaneidad.
Relacionada con los artistas de la nueva figuración, en su obra se apropia de elementos del cómic, utilizados junto a personajes de la cultura popular y a imágenes que provienen de la publicidad gráfica para, a través de ellos, reflexionar sobre su propia época. Estos elementos son alterados usando en sus obras la técnica del collage para ofrecer una nueva visión crítica de la realidad. En palabras de la propia artista: “Me gusta la sensación del momento, el riesgo de mi historia real, en la que lo complejo pueda llegar a ser muy simple. Ironizar sobre los distintos lenguajes y las imágenes dislocadas”.
Su estancia en Nueva York, en el último lustro de la década de los ochenta, supone un punto de inflexión en su carrera. En esta ciudad, Gadea forma el colectivo Estrujenbank junto al también pintor Juan Ugalde y al poeta Dionisio Cañas. El trabajo dentro del colectivo trajo consigo una mayor politización de su lenguaje, especialmente apreciable en la serie Circo, donde pone de manifiesto, a modo de sátira, el modelo de promoción de la imagen del país en los inicios de los años 90 y el desencanto que dejó tras de sí el proceso democrático. El circo, es una metáfora en la que los logos de partidos políticos y personajes del gobierno caricaturizados, comparten cartel con los payasos, la mujer trapecista y el tigre, figuras a partir de entonces, recurrentes en su iconografía.
Con su traslado a Palencia en 1996, ciudad en la que permanecerá hasta su muerte, su trabajo se torna más intimista, sereno e introspectivo, en el que el papel, utilizado como soporte prioritario, ofrece un aspecto de fragilidad acentuado por la estética abocetada de su imaginario más onírico. Una serie de estos dibujos, inéditos hasta este momento, se muestran por primera vez en esta exposición.