Se ha celebrado el acto de conmemoración de la tragedia de Halabja. El acontecimiento ha sido organizado por el Gobierno Regional de Kurdistán, a través de su oficina de Representación en España, el Ministerio de Mártires y Asuntos de Anfal en colaboración con Casa Árabe
El acto fue inaugurado oficialmente por el Director de Casa Árabe, Eduardo López Busquets y el Representante del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) en España, Daban Shadala; contando también con la presencia del embajador de España en Irak, José Turpin Molina.
Durante el acto se ofreció una conferencia sobre la tragedia de Halabja, ofrecida por el escritor y periodista, Manuel Martorell, especializado en información sobre Oriente Medio y Kurdistán. Es el autor del primer libro sobre historia kurda escrito en español, “Los Kurdos: historia de una Resistencia” y el libro “Kurdistán: viaje al país prohibido”, una descripción panorámica de las sociedades islámicas más importantes que ayudan a comprender mejor su religión actual, su complicidad cultural y política, basada en experiencias personales.
Este año es el 25 aniversario de los ataques con gases tóxicos sobre la ciudad de Halabja, también conocido como la masacre de Halabja o Viernes Sangriento –Una masacre contra el pueblo kurdo que tuvo lugar el 16 de marzo de 1988, durante los últimos días de la Guerra Irán-Irak, cuando las fuerzas armadas del gobierno iraquí utilizaron armas químicas en el pueblo kurdo de Halabja, en el Sur del Kurdistán.
En el ataque murieron entre 3.200 y 5.000 personas, y entre 7.000 y 10.00 personas resultaron heridas, la mayor parte de las víctimas eran civiles; miles fallecieron después del ataque por las complicaciones, enfermedades y defectos al nacer. El incidente, que ha sido oficialmente definido como un crimen de genocidio contra el pueblo kurdo en Irak, fue y todavía es el mayor ataque químico contra la población civil de la historia.
Actualmente, el Gobierno Regional de Kurdistán se está esforzando para que se reconozca de manera oficial el asesinato masivo del pueblo kurdo de Irak como un genocidio. En el marco de este movimiento, se han organizado campañas activistas y debates parlamentarios en algunos gobiernos como el de Reino Unido y Suecia, que reconocen que el asesinato masivo es un crimen de genocidio.