Con Rosh Hashaná, Año Nuevo Judío, comienzan las fiestas hebreas otoñales
Al atardecer, con la salida de las tres primeras estrellas, dio comienzo el 02 de octubre de 2016 esta festividad judía con una cena en la que las familias se reunen en torno a la mesa y que se prolongará hasta el día 3. En el calendario hebreo, corresponde al primer día del mes de Tishrei del año judío 5777.
A Rosh Hashaná le siguen otras celebraciones como el menos conocido Ayuno de Guedaliá (Ayuno de Godolías); Yom Kippur (Día del Perdón); Sucot (Fiesta de las Cabañas); Sheminí Atzéret (final de Sucot); y acabará el ciclo con Simját Torá (la Alegría de la Torá).
Los días que transcurren entre Rosh Hashaná y Yom Kippur forman en la tradición judía una unidad llamada ‘Yamím Noraím’ (Días Terribles), días de arrepentimiento, expiación e introspección, de balance de los actos realizados en el pasado, y de plegaria, con el fin de comenzar «un año bueno y dulce», «shaná tová umetuká», como se desea en estas fiestas.
Yom Kipur, Día de la Expiación, es un día de ayuno y oración que se celebra el 10 del mes hebreo de Tishrei, 10 días después de Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío.
Yom Kipur marca el final de los “Diez Días del Arrepentimiento” o “Días Terribles” (Yamím Noraím) y ofrece a los judíos la última oportunidad de obtener el perdón y la absolución de sus pecados del año anterior.
El día se dedica al arrepentimiento espiritual y se adopta el compromiso de iniciar el año nuevo con la conciencia limpia, para que Dios perdone los malos actos.
Durante estos días en la comunidad judía se desean unos a otros: ‘gmar jatimá tová’ ‘que seas inscrito para bien en el Libro de la Vida’.
Sucot, llamada también ‘Fiesta de las Cabañas’ o ‘Fiesta de los Tabernáculos’, hace referencia al bíblico festival judío anual de agradecimiento por una abundante cosecha y que, más tarde, vino a conmemorar la narración histórica bíblica de los cuarenta años por el desierto del pueblo hebreo en su camino a la Tierra Prometida.
Los judíos religiosos deben cumplir durante estos días de Sucot con el precepto de morar o pasar tiempo en una cabaña temporal o ‘sucá’, que simboliza las frágiles cabañas en las que los israelitas vivieron durante su deambular por el desierto desde el Éxodo de Egipto.
El ‘Lulav’ (rama de palmera) y el ‘etrog’ (citrón, fruta especial similar al limón): forman parte de la celebración, el Levítico 23:40 ordena: ‘El primer día tomarás el fruto de un árbol esplendoroso (etrog), ramas de palmera, ramas de mirto y sauce, y os regocijaréis ante Dios’.
‘Simját Torá’, (שמחת תורה), ‘La Alegría de la Torá’, seguramente es el día festivo más alegre del calendario hebreo. Durante su celebración, los fieles realizan siete procesiones en la sinagoga portando todos los Rollos de la Torá sacados del Arón Haqodesh (el Arca Sagrada) cantando y bailando.
Por una vez en el año se da la oportunidad a tantos fieles como sea posible de llevar en sus brazos el libro más sagrado del judaísmo.
Los judíos se regocijan, cantan y danzan por el reestablecimiento de su pacto con la Torá.
Es el día en que se termina de leer en las sinagogas la última parte del Rollo de la Torá (la Bíblia hebrea) en el ciclo anual y se comienza a leer de nuevo por el principio, por el libro del Génesis.
A los niños se les dan regalos de dulce y fruta porque, como está escrito en la Torá, los “mandamientos de Dios son más dulces que la miel.”