En ella se inició el Camino de Santiago, de ahí el dicho: “Quien va a Santiago y no va al Salvador, visita al criado y deja al Señor”
Por Juan Ignacio Vecino, director/editor de la revista digital www.patrimonioactual.com. Miembro del Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO (CID-UNESCO). Colaborador del programa Viajan D.O. de Informa Radio.
La Catedral de San Salvador de Oviedo fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1985 con extensión en 1998 con los criterios (i) (ii) y (iv).
ANTECEDENTES: PRERROMÁNICO ASTURIANO
Se conoce con el nombre de Prerrománico Asturiano al conjunto de iglesias, edificios y manifestaciones artísticas vinculadas al Reino de Asturias, cuya historia se desarrolla entre los siglos VIII y X (718-910).
Se trata de un estilo arquitectónico original y singular y como tal fue identificado por el ilustrado Melchor Gaspar de Jovellanos (1744-1811), al calificarlo como “Arte Asturiano”, reconociendo así su excepcionalidad y su vinculación con el territorio del Reino de Asturias.
El Prerrománico es el arte de un reino, el de Asturias, cuyos monarcas son promotores y artífices de un arte único en la historia del arte occidental europeo.
La Diócesis de Oviedo está comprometida en la conservación, la promoción y la gestión sostenible de este excepcional legado cultural y espiritual, uno de los mejores exponentes de la riqueza patrimonial del Principado de Asturias y uno de los elementos de su identidad.
Es un gran conjunto arquitectónico con 1200 años de historia dedicado al Salvador y los doce apóstoles, que reúne estilos artísticos de diversas épocas y esta vinculada al Camino de Santiago. Cuenta con esplendidas capillas barrocas que modernizaron la obra medieval.
UN POCO DE HISTORIA
Durante la Edad Media Oviedo fue el segundo lugar de peregrinación de la España cristiana después de Santiago de Compostela. Su catedral está consagrada a San Salvador a la que acudían multitud de peregrinos que se desviaban en León para llegar a la capital del Principado de Asturias.
Se convirtió en un gran centro de peregrinación sobre todo por la Cámara Santa, y se decía: “el que va a Santiago y no va al Salvador visita al criado y deja al Señor”.
En el año 711 d.C. se produce la invasión en la Península Ibérica por parte de los árabes. Pero, después de llegar hasta allí sin ninguna resistencia se encuentran con un gran personaje de la historia de España, Don Pelayo, que en la batalla de Covadonga vence a los intrusos musulmanes, iniciándose en ese momento la Reconquista, formándose el Reino de Asturias.
Hubo muchos reyes desde entonces, pero Alfonso II El Casto, fue el que decidió que la capital de Asturias fuera Oviedo, construyendo iglesias donde hoy se encuentra la Catedral gótica de San Salvador y primer peregrino del Camino de Santiago. La catedral prerrománica fue derribada en el siglo XIV para construir una más grande que pudiera acoger a la gran cantidad de peregrinos que llegaban a la catedral que cuentan con las reliquias de San Salvador de Oviedo.
La construcción gótica de la catedral se inició por la sala capitular en 1293. Es una estancia cubierta con bóveda gallonada donde se reunían los canónigos y la Junta General del Principado. A continuación de dicha sala, se continuo con el maravilloso claustro, que sustituyó al románico. La edificación duró más de un siglo, estando las galerías adaptadas al gusto artístico de cada momento, gótico clásico en el lado norte, manierista (que es una reacción al clasicismo renacentista, que buscaba romper con reglas y proporciones estrictas y explorar nuevas formas de expresión artística) en el sur y parte de la oeste, y gótico de influencia flamenca en la este, terminándose a mediados del siglo XV.
Se pasó de basílica prerrománica a una extraordinaria iglesia gótica. El nuevo templo se diseñó con planta de cruz latina de tres naves, cabecera poligonal y pórtico a los pies. Las naves laterales son de menor amplitud que la central se realizaron nuevas capillas privadas con función funeraria. El templo fue terminado por el maestro Bartolomé de Solórzano en 1498.
En 1500, la realización de la fachada, el pórtico y las torres fueron encargadas al maestro de la Catedral de León, Juan de Badajoz, el Viejo, pero fue el maestro Juan de Cerecedo, el Viejo el que culminó la única torre en 1551, quedando por la culpa de un rayo muy dañada, siendo Rodrigo Gil de Hontañón el encargado de su reconstrucción introduciendo un cuerpo bajo su célebre aguja.
Entre los años 1512 y 1531 se realizó el gran retablo mayor que ocupa el ábside del templo gótico, siendo uno de los retablos hispano-flamencos más importantes de España. Cuenta con una cuadricula de 23 escenas que ilustran pasajes de la vida de Jesucristo y la Virgen María.
Pero el crecimiento de la Catedral no se detuvo ya que a lo largo de los siglos su superficie se incrementó. La primera se realizó en 1621 con la construcción de la girola que está situada tras el altar mayor con cinco capillas dedicadas al culto a los apóstoles.
También, nos encontramos con la construcción en el siglo XVII de la capilla de Santa Eulalia de Mérida, patrona de la diócesis y del Principado.
En el siglo XVIII al claustro se le elevó una planta más, se levantó la nueva fachada y se realizó la nueva escalera de acceso a la Cámara Santa. A finales del siglo XVIII concluyeron las reformas más importantes de la Catedral de San Salvador. Pero durante los conflictos bélicos del siglo XX todo el conjunto catedralicio sufrió muchos daños, incluida la voladura de la Cámara Santa que se repararon posteriormente.
En el siglo IX la llama del cristianismo se mantuvo viva en la península Ibérica en el pequeño reino de Asturias. Allí se creó un innovador estilo arquitectónico prerrománico que desempeñaría un papel importante en el desarrollo de la arquitectura religiosa de la península. Sus mayores logros se pueden ver entre otros lugares en la Cámara Santa, dentro de la Catedral de San Salvador de Oviedo.
La Cámara Santa es un edificio de dos plantas similar a las estructuras funerarias de la Roma clásica. De hecho, la Cámara Santa da testimonio de estos modelos romanos reproducidos por la arquitectura paleocristiana para sus santuarios martiriales.
Cada uno de los seis elementos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial ilustra un aspecto específico del prerrománico asturiano, aquí hablamos ahora de la Catedral de San Salvador de Oviedo.
La capilla o cripta inferior, dedicada a la Santa toledana Leocadia, mártir muy venerada en época visigoda, fue destinada a acoger bajo el altar los restos de los mártires cordobeses Eulogio y Leocricia, traídos a Oviedo en enero de 884, bajo el obispado de Hermenegildus I (868-891) y reinando Alfonso III el Magno (866-910). Concebida en principio como cripta martirial, fue utilizada posteriormente como panteón episcopal.
La capilla superior, tradicionalmente considerada capilla palatina vinculada a construcciones palaciegas adosadas a la Catedral, podría haber tenido la función de capilla privada episcopal, apartada de los cultos relacionados con la basílica de San Salvador, y formaría parte de las construcciones del clero al servicio de la Catedral.
La dedicación a San Miguel Arcángel consta desde el siglo XII, momento en que experimenta una profunda transformación.
Hacia el último tercio de este siglo, una vez desarrollada la peregrinación jacobea y difundido el culto a las reliquias del Arca Santa, afrontó un proceso de reforma funcional, estructural y ornamental. Desde entonces comenzó a funcionar como una capilla relicario. Se sustituyó la cubierta primitiva por bóveda de cañón apoyada sobre dos arcos fajones, se construyó un arco triunfal ante la zona del santuario y se derribó el altar precedente para, en su lugar, disponer el Arca Santa.
Sin lugar a dudas, la zona más representativa es el Apostolado labrado en los fustes de las columnas que actúan de soporte para los arcos fajones. Emparejados de dos en dos aparecen: en el muro norte, San Simón y San Judas, Santiago y San Juan, San Andrés y San Mateo; en el muro sur, Santo Tomás y San Bartolomé, San Pedro y San Pablo, Santiago el Menor y San Felipe.
A los pies de la nave se emplazó un Calvario del que tan solo se conservan las cabezas esculpidas de Cristo, María y San Juan, complementadas con el resto de sus elementos figurativos pintados sobre el muro, que en la actualidad no se conservan.
Un repertorio iconográfico que, en su conjunto, alude a la salvación del hombre a través de la Redención y posterior Resurrección del Señor, difundida en todo el mundo por el colegio apostólico.
En el santuario de esta capilla se custodia el Tesoro y Relicario de la Catedral de Oviedo, presidido por el Santo Sudario y el Arca Santa (siglo XI), La Cruz de los Ángeles (808), La Cruz de la Victoria (908), y la Caja de las ágatas (910), entre otras muchas reliquias, que conforman uno de los conjuntos más significativos de la alta Edad Media hispana y europea.
CÁMARA SANTA DE LA CATEDRAL DE SAN SALVADOR DE OVIEDO
La Cámara Santa de la Catedral de Oviedo ha sufrido modificaciones, sobre todo en lo que se refiere a su cubierta, la misma de madera fue desmontada en el siglo XII y sustituida por una bóveda de cañón sostenida por arcos fajones, que descansa sobre columnas con tambores en los que se han tallado apóstoles, y que está considerada como una de las cumbres de la escultura románica española.
La Cámara Santa de la Catedral, de dos cuerpos, conserva su función funeraria en la cripta de Santa Leocadia. Su primer cuerpo ha sido acondicionado y reconvertido en santuario de la Catedral de Oviedo.
La Cámara Santa se integra dentro del conjunto arquitectónico de la Catedral de Oviedo, cuyo origen está en el templo erigido por el rey Fruela I (757-768), dedicado al Salvador y a los doce Apóstoles, y reconstruido por su hijo, Alfonso II el Casto (791-842).
Se localiza en su lado meridional, entre la girola y el claustro, y fue construida adosada a una torre más antigua, de carácter defensivo, conocida como la “torre de San Miguel”, a través de la cual se accedía al piso superior de la Cámara Santa, y cuya estructura puede verse actualmente desde la capilla de Covadonga.
La primitiva construcción se concibió como un santuario doble de planta rectangular, con una única nave y dos alturas superpuestas sin comunicación entre ellas. Ambos pisos, con accesos independientes, se articulan en dos espacios: nave y santuario, cubierto con bóveda el piso inferior, y con techumbre de madera el superior.
Por el número e importancia de las reliquias que se custodian en la Cámara Santa, la Catedral de Oviedo recibe el nombre de Sancta Ovetensis.
La voladura de la Cámara Santa durante los sucesos revolucionarios de 1934 afectó gravemente el edificio. Los trabajos de recuperación se desarrollaron entre los años 1939 y 1942 e intervinieron Manuel Gómez Moreno y Alejandro Ferrant, en el desescombro y apeo de las ruinas, y Luis Menéndez- Pidal y Álvarez y Víctor Hevia Granda en su meritoria reconstrucción.
Está declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y en ella se guardaban los tesoros y reliquias desde Alfonso II el Casto. Cuenta con dos plantas, en la inferior podemos ver la cripta de Santa Leocadia y en la superior la capilla de San Miguel. Aquí nos encontramos la Cruz de la Victoria, la Cruz de Los Ángeles y la Caja de las Ágatas, siendo estas las tres joyas de la orfebrería de la época prerrománica.
La Cruz de los Ángeles la donó Alfonso II El Casto, siendo el símbolo de Oviedo. La Cruz de la Victoria fue donada por Alfonso III y su esposa Jimena en el año 908, es una cruz latina de madera rematada con tres lóbulos cubierta con láminas de oro, pedrería y esmaltes, figurando en el escudo de Asturias, siendo está, según historiadores, la que llevó Don Pelayo en la Batalla de Covadonga, siendo actualmente el emblema de Asturias. La Caja de las Ágatas fue donada por Fruela II y su esposa Nunulo en el año 910, destinada a contener reliquias. Es una caja relicario de madera de ciprés con láminas de oro y piedras de ágata.
El Arca Santa es la otra gran obra románica de orfebrería del siglo XI de la Cámara Santa, cuenta con un repujado de plata, regalo del rey Alfonso VI, y hasta esa fecha se desconocía que contenía el Arca que se abrió en marzo del año 1075 encontrándose en su interior ochenta y tres maravillosas reliquias que eran las más buscadas por toda la cristiandad y consistían en restos de la cruz y la túnica con la sangre de Cristo, un trozo de pan de la Última Cena, leche de la Virgen, más un gran número de restos de santos, mártires y algunos Apóstoles. Por tal motivo San Salvador de Oviedo es el gran relicario de España, convirtiéndose en un gran centro de peregrinación desde entonces.
El sudario expuesto es una replica para su conservación ya que el original se muestra tres veces al año, siendo las grandes diferencias entre la Sábana Santa de Turín (Italia) y el Sudario de Oviedo (España) que en la primera se ve un rostro, en el segundo solo se observan manchas de sangre.
EL CAMPANARIO
En el siglo XI la torre viaja se engalana con un nuevo campanario, se utilizaba de forma defensiva pero se modificó a torre campanario siendo una de las primeras muestras del románico en Asturias añadiendo, también un claustro románico.
La última obra importante de la catedral de San Salvador es la talla de San Salvador del siglo XIII.
La sala capitular es donde se reunían los canónigos par decidir en asuntos de gobierno, siendo donde se decidió que se iniciaran las obras de la nueva catedral gótica. Actualmente podemos contemplar los maravillosos restos de la sillería gótica.
El claustro románico fue derribado y la duración de la construcción del nuevo fue de cien años finalizando en el siglo XV. Siendo el segundo piso un añadido en el siglo XVIII.
Como siempre, y en cualquier reforma, la misma fue muy penosa por falta de fondos. Para conseguir dinero debieron vender determinados tesoros que albergaban la catedral. Asimismo, fue una de las que más tardaron en acabarse pues duró más de siglo y medio, como dije por la falta de recursos y la crisis económica que se produjo al final del medievo.
La fachada fue lo último en realizarse, a principio del siclo XVI la torre la termina Rodrigo Gil de Hontañón, La historia de la torre tiene muchos inconvenientes en 1575 fue derribada por un rayo y a Gil de Hontañón se le encarga el último piso y la aguja que culmina la torre que alcanza setenta metro de altura. Su diseño es muy especial, convirtiéndose dicha torre el símbolo de la ciudad de Oviedo.
Además, todos sabemos de la importancia de los campanarios y sus campanas, que por cierto, la UNESCO declaro Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad “el toque manual de las campanas en el año 2022, por tanto San Salvador también cuenta con un excelente patrimonio en este sentido que es una campana de comienzos del siglo XIII que pertenecía a la catedral antigua y tiene un inscripción que dice: “Para Honrar a Dios y a la Patria” se llama la Wamba.
La portada de la catedral cuenta con tres puertas que dan acceso a cada una de las naves del templo. La puerta superior esta rematada con un relieve de mármol que representa la escena de la Transfiguración del Señor. Pero el retablo de madera policromada de su interior es magnífico que comenzó en 1512 y representa la vida de Cristo en veinte tres escenas, desde su nacimiento hasta su resurrección, estando el retablo presidido por una imagen de El Salvador, patrono de la catedral. FESTIVIDAD DE SAN MATEO.
TORRE GÓTICA CATEDRAL DE OVIEDO
La altura total de la torre gótica es de 78 metros y la visita guiada dura 60 minutos. Se sube por la puerta principal de Santa Bárbara, La subida es dificultosa y se realiza en tres etapas los 43,50 metros a través de una estrecha escalera de caracol, con un total de 187 peldaños hasta el cuerpo renacentista que equivale a un edificio de 15 plantas.
Primer tramo 56 escalones. Cuerpo de contrapesas del reloj que están aseguradas para que no se muevan. Allí vemos las gárgolas de escayola con las que se realizan las piezas de diversas parte de la torre y reproducirlas en piedra.
Segundo tramo 67 escalones. Cuerpo de campanas, y nos encontramos con muchas inscripciones en su paredes que se fueron dejando a lo largo de la historia, se puede decir que eran los grafitis actuales. Cuenta con una tarima de castaño para resistir los efectos de la intemperie, además están las antiguas vigas que son tratadas con productos especiales de conservación.
Hay siete campanas en funcionamiento entre ellas la Wamba la más antigua del mundo en funcionamiento de 1219 que ha sobrevivido a incendios, bombardeos, rayos y las inclemencias del tiempo. Cuenta con 1,22 metros de diámetro y mesa más de 800 kilos, que solo toca tres veces al año en las grandes solemnidades, además, cuenta con una inscripción que dice “Para dar honra a Dios y libertada ala Patria. Cristo nos llama. Cristo vence. Cristo impera. Cristo reina, en nombre del Señor. Amén”. También está la campana Santa Cruz de 1324 o la Santa Bárbara, entre otras. El reloj del siglo XVIII con una maquinaria hoy a la vista y que en tiempos activaba las campanas. Los grafitis de aquella época son espectaculares, pero no los desvelamos para que los visitantes los descubran. La gárgola más llamativa es la del hombre desecando una metáfora de la expulsión de los pecados al exterior. También está por descubrir el secreto de las dos llaves.
Tercer tramo 61 escalones. Cuerpo renacentista punto más alto para visitar. Vista espectacular de toda la ciudad y alrededores.
PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD
Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias declarados por la UNESCO en el año 1985 con los criterios (i) (ii) y (iv)
Valor Universal Excepcional
Durante el siglo IX, la llama del cristianismo se mantuvo viva en la península Ibérica en el pequeño Reino de Asturias, donde se creó un innovador estilo arquitectónico prerrománico que desempeñaría un papel significativo en el desarrollo de la arquitectura religiosa de la península. Las iglesias de Santa María del Naranco (construida entre 842-850 bajo el reinado de Ramiro I), San Miguel de Lillo (también construido bajo el reinado de Ramiro I), Santa Cristina de Lena (construida hacia 850), la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo y San Julián de los Prados (popularmente llamado “Santullano” y construido bajo el reinado de Alfonso II, entre 791-842), ubicadas en la capital ovetense y sus alrededores, son los ejemplos más representativos. El conjunto también incluye la notable estructura de ingeniería hidráulica conocida como la “Foncalada”, que probablemente data de la primera mitad del siglo IX. Históricamente, este conjunto de edificios es testigo de las tradiciones culturales relacionadas con el Reino de Asturias.
La Foncalada es un ejemplo excepcional de ingeniería hidráulica de la Baja Edad Media en funcionamiento, basada en modelos romanos. La arquitectura de Santa María del Naranco se inspira en la Antigüedad Tardía y en el Paleobizantino, como lo ilustran sus motivos decorativos e iconografía, así como el diseño de sus fachadas. San Miguel de Lillo conserva una decoración que refleja un completo registro de tradiciones, expresado en la primera escultura original del Reino de Asturias. La Cámara Santa de la Catedral de Oviedo es un edificio de dos plantas similar a las estructuras funerarias de la Roma clásica. De hecho, la Cámara Santa da testimonio de estos modelos romanos reproducidos por la arquitectura paleocristiana para sus santuarios martiriales. Por último, Santa Cristina de Lena es un ejemplo único de la arquitectura prerrománica asturiana por su distribución y disposición interior.
En conjunto, estas construcciones asturianas de pequeñas dimensiones con una superficie total de 815,72 m2 casi todas las características de la arquitectura europea de la época: coexistencia de múltiples diseños tipológicos, cierta compartimentación espacial, evidente en los vestigios exteriores, uso de materiales similares al camuflaje, interiores más bien sobrios, decoración heterogénea basada en la panoplia de la Antigüedad tardía. Estas características se deben en gran parte a sus promotores: pequeñas comunidades monásticas.
Criterio (i): La arquitectura prerrománica asturiana representa un logro artístico único que no es ni una metamorfosis del arte paleocristiano ni un rasgo del arte carolingio. Estas iglesias, de planta basilical, totalmente abovedadas y que utilizan columnas en lugar de pilares, presentan una decoración muy rica inspirada en elementos árabes, así como formas que las asocian con los grandes santuarios de Asia Menor.
Criterio (ii): Los monumentos asturianos han ejercido una influencia decisiva en el desarrollo de la arquitectura medieval en la península Ibérica.
Criterio (iv): Los palacios e iglesias del entorno de Oviedo constituyen un testimonio eminente de la civilización del pequeño Reino cristiano de Asturias durante el esplendor del Emirato de Córdoba.
Integridad
Estos monumentos prerrománicos constituyen un conjunto representativo de las iglesias y edificios no litúrgicos de este estilo artístico conservados en Asturias. Cada uno de los seis elementos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial ilustra un aspecto específico del prerrománico asturiano.
Autenticidad
Santa María del Naranco es una antigua residencia real construida en dos niveles. Las excavaciones realizadas entre 1930 y 1934 revelaron la existencia de unas termas en una de las estancias inferiores. Este palacio ramiriano de planta rectangular, reconvertido en iglesia entre 905 y 1065 y que cuenta con escaleras exteriores en el extremo norte y un balcón en el sur, se abre al este y al oeste mediante logias que actúan como miradores dispuestos sobre vanos con aberturas en los tres lados. Su origen se remonta a la Antigüedad Tardía y a la época paleobizantina, como lo demuestra no solo su decoración e iconografía, sino también el diseño de sus fachadas.
San Miguel de Lillo, concebido desde el principio como iglesia, sólo ha conservado los dos primeros tramos, admirablemente equilibrados, de un ambicioso edificio que guarda un gran parecido con el Palacio del Naranco y que conserva una decoración que da testimonio de un completo registro de tradiciones, reflejado en la primera escultura original del Reino de Asturias.
Aunque se trata de la capilla de un dominio real de Ordoño I, Santa Cristina de Lena es una versión armoniosa pero de menor tamaño de estas magníficas creaciones, y encarna la fase final de la incomparable arquitectura asturiana entre 850 y 866. San Julián de los Prados posee una decoración tallada y minimalista, pues sólo cuenta con una serie de arcos con ocho capiteles, posiblemente la transformación de una estructura visigoda. Los muros interiores están cubiertos de pinturas. La mayoría de las de los muros norte y sur han desaparecido con el tiempo, pero quedan un número suficiente para poder descifrar la iconografía, en su mayor parte clásica, pero sin permitir una interpretación completa.
En cuanto a las iglesias de San Julián de los Prados y Santa María del Naranco, las construcciones se conservan íntegramente en su estado original, salvo transformaciones puntuales o modificaciones a lo largo del tiempo. Así, San Julián de los Prados sólo conserva una puerta de acceso practicable, por el pórtico oeste, mientras que en su origen esta iglesia contaba con otras cuatro puertas. En cuanto a Santa María del Naranco, la principal modificación se refiere a la desaparición de un mirador de guillotina, que se situaba adosado a la fachada sur, conservándose únicamente la planta y los arranques de la cimentación inferior.
La Cámara Santa de la Catedral de Oviedo y la Iglesia de Santa Cristina de Lena han sufrido modificaciones, sobre todo en lo que se refiere a su cubierta. En el caso de la Cámara Santa, su cubierta de madera fue desmontada en el siglo XII y sustituida por una bóveda de cañón sostenida por arcos fajones, que descansa sobre columnas con tambores en los que se han tallado apóstoles, y que está considerada como una de las cumbres de la escultura románica española. En el caso de Santa Cristina de Lena, se llevó a cabo una importante restauración entre 1892 y 1893, que dio lugar a la reconstrucción de la bóveda de la nave de acuerdo con argumentos arqueológicos bien fundados.
La iglesia de San Miguel de Lillo fue el monumento que sufrió la transformación más importante. A finales del siglo XI el edificio quedó parcialmente en ruinas. De su estructura original sólo se conserva un tercio: el lado oeste del edificio. Durante el siglo XII se completó con una capilla oriental de trazado bastante rudimentario.
Las distintas iglesias desempeñan en ocasiones una función pastoral, destacando Santa Cristina de Lena, San Miguel de Lillo y Santa María de Naranco. Como iglesia parroquial, San Julián de los Prados desempeña esta función de forma permanente. La Cámara Santa de la Catedral, de dos cuerpos, conserva su función funeraria en la cripta de Santa Leocadia. Su primer cuerpo ha sido acondicionado y reconvertido en santuario de la Catedral de Oviedo.
La Foncalada conserva tres elementos que integran el edificio: el estanque, el edículo y el canal gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas recientemente que han devuelto al edificio su magnificencia monumental. Se trata de un testimonio todavía funcional de la arquitectura de ingeniería hidráulica de la Alta Edad Media.
La mayoría de los edificios históricos conservan un grado aceptable de autenticidad, a pesar de la necesidad de restauración tras el levantamiento de 1934 y la Guerra Civil.
Rutas de Santiago de Compostela: Camino Francés y Rutas del Norte de España declarados por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad el año 1995 con extensión en 2015 con los criterios (ii) (iv) y (vi)
Un ermitaño había visto en el bosque de Libredón unas extrañas luces que señalaban un sepulcro donde, según todos los indicios, yacían los restos del apóstol Santiago. El monarca, Alfonso II, quiso trasladarse con su séquito a contemplar el hallazgo con sus propios ojos y ordenó levantar en el lugar un templete funerario que puso bajo la encomienda de una comunidad de monjes.
Eso es lo que cuenta la leyenda. El descubrimiento de la tumba de Santiago, cabe advertirlo, no le venía nada mal al rey en un momento en el que necesitaba aplacar las revueltas internas y consolidar la guerra de reconquista que tenía abierta con los musulmanes. Si un siervo del Señor había elegido como última morada los territorios asturianos, tenía que ser porque éstos se encontraban bendecidos por la gracia divina. En consecuencia, los de dentro debían estar unidos y los de fuera tenían razones para preocuparse y dar por frustradas las expectativas de su invasión.
El sitio, que forma parte de la red de cuatro rutas de peregrinación cristiana del norte de España, es una extensión del Camino de Santiago, un sitio en serie inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993.
La extensión representa una red de casi 1.500 km: costa, interior del País Vasco-La Rioja, Liébana y rutas primitivas.
Incluye un patrimonio construido de importancia histórica creado para satisfacer las necesidades de los peregrinos, incluidas catedrales, iglesias, hospitales, albergues e incluso puentes.
La extensión abarca algunas de las primeras rutas de peregrinación a Santiago de Compostela, tras el descubrimiento en el siglo IX de una tumba que se cree que es la de Santiago el Mayor.
Asturias mantiene con el Camino de Santiago una relación privilegiada desde el mismo momento del descubrimiento de la tumba del apóstol en lo que hoy es Compostela, hace cerca de 1200 años. En cierta medida, puede afirmarse que la ruta jacobea es una de las grandes aportaciones de Asturias a la historia de la humanidad, al igual que lo son el arte paleolítico de nuestras cuevas y abrigos o la arquitectura prerrománica vinculada a la época del Reino de Asturias.
La peregrinación jacobea que, con mayor o menor intensidad se ha mantenido en el tiempo a lo largo de casi 1200 años, ha generado en torno a sí una historia de relaciones e intercambios entre los distintos pueblos de la Europa occidental, tanto en el ámbito cultural y artístico como en el social y económico, especialmente durante la Edad Media, pero que en la actualidad ha vuelto a cobrar un impulso, tras la revitalización que el Camino de Santiago ha experimentado en las dos últimas décadas.
Esos intercambios son los que le dan un carácter tan especial al Camino de Santiago, que va mucho más allá de lo estrictamente religioso. Fenómenos como la extensión del arte románico por el occidente europeo, la creación de una malla de villas y pequeñas ciudades en el norte de España con población franca o el impulso al comercio urbano en las centurias centrales de la Edad Media están estrechamente ligados a la extensión de las peregrinaciones jacobeas.
En la actualidad el Camino de Santiago suma a su papel religioso, de vía de peregrinación, el factor cultural y turístico, habiéndose convertido en uno de los ejes culturales más activos del continente europeo, algo testimoniado por el número de personas que lo transitan y por el movimiento asociativo surgido en torno al mismo, reflejado en las decenas de asociaciones de amigos del Camino que han ido surgiendo en las últimas décadas y que tienen por objeto la promoción y revitalización de todo lo relacionado con las rutas jacobeas, en lo que constituye un caso excepcional de implicación social en la preservación y realce de un bien cultural.
Asturias cuenta en la actualidad con 560 kilómetros de ruta jacobea oficialmente reconocida como bien de interés cultural (BIC) mediante un Decreto de fecha 22 de junio de 2006, publicado en el Boletín Oficial del Principado de Asturias del 29 de junio de 2006.
Se distribuyen través de los siguientes itinerarios:
- Camino primitivo entre Oviedo y Santiago por el interior del occidente asturiano.
- Camino costero entre Bustio (en Ribadedeva) y Vegadeo.
- Camino del Salvador, que procedente de León entra en Asturias por Payares y alcanza Oviedo.
- Enlace entre el camino costero y el primitivo a través de Villaviciosa, Sariego, Siero y Oviedo.
El Camino Primitivo
El primer itinerario data de principios del siglo XI, cuando el rey asturiano Alfonso II “el Casto” (791-842) partió desde Oviedo, entonces sede de su corte, hacia el “Campus Stellae” para visitar el recién descubierto sepulcro del apóstol Santiago. La ruta se fue configurando aprovechando las antiguas calzadas construidas por los romanos, por las que transitaban los peregrinos para visitar las reliquias del santo, aunque con riesgos, dado que la mayor parte de la Península Ibérica estaba ocupada por los musulmanes.
Con la construcción de la Catedral de San Salvador, Alfonso II quiso dar a conocer al mundo las maravillas que encierra el Arca Santa, reliquias de la pasión y muerte de Cristo, de la Virgen María, de santos y mártires. De esta forma, se dotó a la primera ruta de peregrinación de un segundo lugar sagrado y se legitimó la capital de su reino, Oviedo.
Aunque en un principio Oviedo rivalizaba con Santiago, más tarde esta ruta se consideró una etapa alternativa en el camino. Este itinerario también era utilizado por los peregrinos que venían por el Camino Francés, tomando el camino de Oviedo desde León para visitar las reliquias de su catedral: ‘ Quien ha estado en Santiago y no en la catedral de San Salvador, visita al criado y descuida al amo ‘, era un dicho usado en la Edad Media.
Existen en Asturias más de una treintena de albergues de peregrinos que dan soporte a la peregrinación de los cientos de personas que cada año atraviesan nuestra comunidad camino de la tumba del apóstol Santiago. Muchos de esos albergues se localizan en los mismos lugares que en la Edad Media conocieron la presencia de hospitales o alberguerías de peregrinos, siendo destacable el caso de Borres, en el concejo de Tineo, el primer lugar en el que se documenta la existencia de un albergue jacobeo, a finales del siglo IX, y que en la actualidad cuenta con un centro de idéntica finalidad.
Criterio (ii): El Camino de Santiago desempeñó un papel crucial en el intercambio bidireccional de avances culturales entre la Península Ibérica y el resto de Europa, especialmente durante la Edad Media, pero también en los siglos posteriores. La riqueza del patrimonio cultural que ha surgido en asociación con el Camino es enorme, marcando el nacimiento del arte románico y presentando ejemplos extraordinarios de arte gótico, renacentista y barroco. Además, en contraste con el declive de la vida urbana en el resto de la Península Ibérica durante la Edad Media, la recepción y las actividades comerciales emanadas del Camino de Santiago llevaron al crecimiento de ciudades en el norte de la Península y dieron lugar a la fundación de otras nuevas.
Criterio (iv): El Camino de Santiago ha conservado el registro material más completo de todas las rutas de peregrinación cristiana, con edificios eclesiásticos y seculares, enclaves grandes y pequeños y estructuras de ingeniería civil.
Criterio (vi): La Ruta de Santiago de Compostela ofrece un testimonio destacado del poder y la influencia de la fe entre personas de todas las clases sociales y orígenes en la Europa medieval y posterior.
El Camino Primitivo, a su paso por Asturias, puede distribuirse en siete etapas, aunque éstas admitan tantas subdivisiones como los peregrinos quieran, gracias a la suficiente oferta de albergues y alojamientos que permiten tomarse un descanso cuando los pies se fatiguen. La ruta discurre en sentido único hasta la cuarta etapa. Una vez allí, los caminantes tendrán dos opciones: continuar hasta Pola de Allande, tal y como marca el itinerario oficial, o tomar la llamada variante de Hospitales, en cuyo caso se aconseja pernoctar en Campieḷḷu o en Bourres.
Se cree que el tramo de Hospitales -así llamado por las ruinas de los establecimientos para peregrinos que en él se conservan- formó parte del recorrido original del Camino Primitivo, aunque su extrema dureza, con pendientes muy pronunciadas que atraviesan tierras completamente despobladas, hizo que paulatinamente los peregrinos optaran por dirigirse a Pola de Allande. Quienes decidan seguir esta ruta disfrutarán de un entorno magnífico en el que la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor, aunque es imprescindible tener una buena forma física. La variante de Hospitales vuelve a unirse on el trazado oficial en Montefurado, a unos ocho kilómetros de Berducedo.
Las fuentes históricas no son muy fiables y no existen datos que permitan concretar cuál fue el itinerario exacto que siguió el rey asturiano. Parece lógico que él y los suyos se encaminasen hacia aquel remoto rincón de la Gallaecia siguiendo la calzada romana que unía Lucus Asturum (la actual Lugo de Llanera) con Lucus Augusti (Lugo), y que enlazaran allí con la que llegaba hasta Bracara Augusta (Braga) atravesando Iria Flavia (Padrón).
Un itinerario que no sólo sigue fielmente los pasos que Alfonso II habría dado en su calidad de primer peregrino hacia la tumba del apóstol, sino que ha sobrevivido manteniendo las esencias de las peregrinaciones primigenias. Eso explica que suscite el interés de un número cada vez mayor de romeros que lo eligen para encaminarse, al estilo de los romeros medievales, hacia la lejana Compostela.
El primer Camino de Santiago discurría, pues, por los territorios del Reino de Asturias, erigido en el último reducto de la cristiandad en un tiempo en el que los musulmanes ocupaban la mayor parte de la Península Ibérica. El hecho de que cubriera el trayecto entre la sede regia, Oviedo/Uviéu, y el último confín del mundo conocido -Compostela, en el finis terrae- añadía a su condición de ruta de peregrinación un fuerte valor simbólico. Esa carga histórica y sentimental se continúa manteniendo en nuestros días, aunque por razones distintas. Quienes conocen bien los itinerarios jacobeos, no dudan en señalar que el Camino Primitivo, con sus 321 kilómetros, es el que mejor ha sabido conservar las esencias que rodeaban a los antiguos caminantes que abandonaban sus hogares para ir en busca de la tumba de Santiago. Esa aseveración, que es cierta, puede explicarse a partir de factores geográficos, económicos y sociales.
De Oviedo/Uviéu a Grandas de Salime, la ruta recorre lo que vendría a ser la franja central del suroccidente asturiano, cruzando los concejos de Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Allande y Grandas de Salime.
Se trata de un área de la región con orografía compleja que dificultó hasta tiempos muy recientes el desarrollo de las infraestructuras y que, por tanto, permaneció un tanto apartada de la zona central de la comunidad autónoma, donde se concentra el grueso de la población merced a una potente industrialización y un auge creciente del sector servicios. Así, las tierras de ese particular «fin del mundo» que atraviesa el Camino Primitivo han mantenido su vinculación con la agricultura y la ganadería y conservado en buena medida el entorno de sus villas y sus aldeas, caracterizado por un paisaje agreste y de gran belleza que puede presentar dificultades mínimas para los caminantes menos avezados, pero que regala a cambio una experiencia tan singular como inolvidable por algunos de los rincones menos conocidos de Asturias.
El Camino Primitivo nace a las puertas de la catedral de Oviedo/Uviéu, un templo de planta gótica en el que se dan cabida varios estilos arquitectónicos y donde, además de su única torre, destaca por derecho propio la Cámara Santa, construcción prerrománica que fue capilla palatina de Alfonso II. Se conservan en ella las cruces de la Victoria y de los Ángeles, verdaderos emblemas de la comunidad autónoma y de la ciudad -que las llevan en sus respectivos escudos-, y también el Arca Santa, donde se custodiaban numerosas reliquias, entre ellas el Santo Sudario, que hicieron de Oviedo/Uviéu una plaza fuerte de la cristiandad en el Medievo. La Cámara Santa experimentó una importante ampliación en los siglos del románico. Eso la privó de su fábrica prerrománica original, pero a cambio la dotó de otro de sus más importantes tesoros: un soberbio apostolado que algunos han querido atribuir al Maestro Mateo, escultor del compostelano Pórtico de la Gloria.
También se adscribe al románico la talla de El Salvador, en el lado sur del transepto catedralicio, ante la que muchos peregrinos dan por iniciado su viaje hacia Santiago por razones obvias. En los primeros pasos nos regalará joyas como las termas romanas de Santa Eulalia de Valdunu y la capilla de los Dolores, en Grau/Grado, cuya sencillez exterior esconde unas exuberancias churriguerescas casi inverosímiles. A su vera, el palacio de los Miranda-Valdecarzana y la muralla medieval, reconstruida recientemente, dan fe de la importancia que llegó a tener la villa moscona, cuyo mercado dominical continúa siendo uno de los más famosos y frecuentados de Asturias.
PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL
El toque manual de campanas inscrito en 2022 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
A lo largo de los siglos, el toque de campanas ha servido como medio de expresión y comunicación en España, cumpliendo una serie de funciones sociales, desde el intercambio de información hasta la coordinación, la protección y la cohesión.
Los mensajes codificados que se transmiten a través de los distintos tañidos son reconocidos por las distintas comunidades y contribuyen a estructurar la vida local.
Existe una gran variedad de sonidos determinada por las técnicas (repique, volteo o medio volteo) combinadas con las habilidades de los campaneros y las características físicas y propiedades acústicas de las campanas, torres y campanarios.
Estos elementos convergen para crear un profundo y rico repertorio tanto en el ámbito religioso como en el cívico para marcar distintos momentos del día, alertar a la población de acontecimientos naturales, como incendios o inundaciones, o de cortejos fúnebres, y anunciar decretos y otras noticias.
Los toques de campana son también una parte central de los eventos, celebraciones y espectáculos locales.
La práctica se transmite de los campaneros a las generaciones más jóvenes y a través de grupos u organizaciones de campaneros que, además de documentar e investigar la práctica, también tocan, transmiten, instruyen y difunden el arte del toque tradicional de las campanas.
La mayoría de las personas que transmiten estos conocimientos son a su vez jóvenes que intentan reclutar nuevos entusiastas para continuar la práctica.
AGRADECIMIENTOS
Desde nuestra revista digital patrimonioactual.com, queremos agradecer las facilidades y aportaciones que nos dispensaron en la Catedral de San Salvador de Oviedo, haciendo mención especial al Excelentísimo Cabildo de la Catedral de Oviedo y a D. Benito Gallego Casado; a Jennifer Puertas, coordinadora; y a Carmen Labra, historiadora.