La Catedral de Santiago de Compostela, tras su famosa fachada barroca y el incomparable Pórtico de la Gloria, da paso a una de las joyas arquitectónicas más importantes del arte románico español. Además constituye, desde que en el siglo IX se descubriera la tumba del Apóstol Santiago, el principal centro de peregrinación de Europa. Cuando uno conoce esta Catedral no sabe si es más fascinante el propio templo catedralicio, o el trasfondo histórico que encierra el origen de su creación. La Catedral y la ciudad vieja de Santiago de Compostela fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1985.
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El lugar que ocupa actualmente la Catedral de Santiago estuvo precedido por otras construcciones cuyos restos – aunque escasos – aún se pueden apreciar en el subsuelo. El descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago en el siglo IX marcó sin duda el comienzo de una nueva época. Bajo el reinado de Alfonso II el Casto, y siendo Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, se construyó una modesta iglesia y un monasterio. Esta iniciativa, se vio favorecida por la fundación de una comunidad monástica e incluso el propio Obispo traslado su residencia al lado de la Tumba apostólica.
Medio siglo después, y dada la masiva afluencia de devotos, este pequeño templo de materiales deleznables fue sustituido – durante el pontificado de Sisnando I y reinado de Alfonso III el Magno -, por otro más amplio y de materiales más nobles. El nuevo santuario fue declarado por el Papa Nicolás I sede secundaria de la Iria Flavia. En el año 997 Almanzor saqueó la iglesia, tras lo cual se tuvo que abordar la reconstrucción del templo del Apóstol. Una vez vistos los precedentes, a partir del descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago, nos podemos preguntar, ¿cómo llegaron estos a Galicia?
El camino hacia el Pórtico de la Gloria
Después de la muerte de Jesucristo el apóstol Santiago vino a España a predicar, por lo que es considerado el introductor del cristianismo en España, cuya doctrina creció rápidamente en la Península Ibérica, Santiago además fue el primer mártir de los doce apóstoles , y sus restos son hoy día a todas luces el motivo de la existencia de la Catedral.
La historia cuenta que Santiago fue descabezado en el año 44 por Harold Agrippa, y sus restos puestos sobre un barco a la deriva, el cual quiso la providencia que llegara a las costas de Galicia. El posterior descubrimiento de los restos del apóstol por un pastor llamado Pelayo, supuso el nacimiento de Compostela, y con ello las peregrinaciones de cristianos venidos de todo el mundo para su fe por el santo que llevó el cristianismo a España.
Construcción de la Catedral
La actual Catedral de Santiago de Compostela es una de las obras arquitectónicas más bellas del arte románico, y constituye un compendio de las tendencias artísticas europeas de siglos posteriores. Su construcción durante el reinado de Alfonso VI, supuso el centro de desarrollo urbanístico posterior de la ciudad. El inicio de obra se fecha hacia el año 1075, bajo un dibujo original de Don Arturo Franco Taboada, y por iniciativa del Obispo Diego Peláez. El 5 de diciembre del año 1095 se convirtió en la primera catedral de Santiago, y la obra quedó concluida en el año 1122. La construcción de la Catedral hizo necesarios el derribo de la iglesia monástica, lo que provocó problemas con los monjes de Antealtares durante más de doscientos años.
La planta de la catedral es de cruz latina, con tres naves y tribuna que recorren todo el perímetro. Una gran cabecera con deambulatorio por donde transitan los fieles, posibilita la afluencia de peregrinos a la basílica sin provocar interrupciones en el culto, al tiempo que las múltiples capillas absidales permiten simultanear varias misas sin causar interferencias. Las naves laterales tienen bóveda de arista, mientras que la central está cubierta con bóveda de cañón, y el triforio con cuatro de cañón.
En la cripta, situada en el presbiterio catedralicio, se guarda la arqueta que contienen los restos del apóstol Santiago y sus discípulos Atanasio y Teodoro. Este lugar, originaria basílica del siglo I, es la parte inferior del Mausoleo del Apóstol encontrado durante las excavaciones del siglo XIX. La urna contiene el anagrama de Cristo en la tapa, y un Cristo Pantocrátor con los símbolos de los evangelistas y acompañado de los Apóstoles en el frontal.
Sobre la cripta se encuentra el magnífico altar, de exuberancia barroca y presidida por la figura del apóstol Santiago.
En el centro de crucero cuelga en ocasiones excepcionales el extraordinario botafumeiro, un gigantesco incensario impulsado al vuelo por los tirabuleiros. El claustro, del siglo XVI, es considerado la edificación más importante del Renacimiento compostelano. Desde este se accede a la sala capitular, que es barroca y guarda una colección de tapices de Teniers, Rubens y Goya.
Fachada del Obradoiro
La fachada principal, llamada del Obradoiro, se diferencia de las demás en que sus torres son más grandes.
Esta fachada contiene el genuino Pórtico de la Gloria, que inicialmente estaba abierto al exterior. En el siglo XV comenzó a desviarse la Torre de las Campanas, lo que obligo a apuntalarla con un bloque que aún persiste. Fue entonces cuando se transformó el antiguo segundo cuerpo románico por un cubo gótico que llega a la altura de la tronera de las campanas.
En 1838 Fernando Casa Novoa fue el encargado de realizar la fachada cuya belleza y majestad han convertido la Catedral en símbolo de Santiago y de toda Galicia. La obra, que finalizó en 1850, es de estilo barroco churrigueresco. Contiene una torre más cercana al claustro, llamada de las Campanas, y la gemela conocida como de la Carraca, porque en ella está la carraca que suena entre el Jueves Santo y el inicio del Domingo de Pascua.
Fachada de las Platerías
La fachada de las Platerías, de estilo románico y rica iconografía, fue terminada hacia el año 1103, siendo la más primitiva de las fachadas. Las esculturas originales de esta puerta datan del último tercio del siglo IX, a las que se añadieron posteriormente otras, procedentes en muchos casos de las otras portadas. El mensaje bíblico es difícil de desentrañar debido a esta sucesión en el tiempo, lo cual no quita que admiremos la belleza de algunas estatuas, como la del rey David, Eva, la mujer del león y los apóstoles, obras todas ellas del maestro Esteban.
Junto a esta fachada destaca la torre del Reloj, obra fundamentalmente de Don Berenguel de Lamdora, y conocida hoy día como la Berenguela, de cuya época tan sólo queda el enorme cubo que sirve de base a la construcción que Domingo de Andrade hizo a partir de 1675. El reloj actual funciona desde 1833, y es obra del ferrolano Andrés Antelo. En cuanto a la campana, fabricada en 1988, es una réplica de la original de 1737, que se encuentra en el claustro de la Catedral.
La Puerta Santa
La fachada que da a la puerta de la Quintana es obra del arquitecto castellano José de La Peña del Toro a petición del Obispo Vega Verdugo. De esta lo más importante es sin duda la Puerta Santa, que únicamente se abre los Años de Jubileo, que son aquellos en los que el día 25 de julio, día del Martirio del Apóstol Santiago, coincide en domingo. El interior de la puerta es románico, y es la única que se conserva de las originales del siglo XI.
Exteriormente coronan el dintel la estatua del Apóstol del Peregrino, y sus discípulos San Anastasio y San Teodoro. A ambos lados se reparten las estatuas de veinticuatro poetas y santos, procedentes del coro desmontado durante los siglos XVI y XVII. La cuarta de las fachadas que posee la catedral es de la Azabacheria, al norte.
Las capillas
Cada una de las capillas de la Catedral guarda celosamente su individualidad y su parte de historia. Cabe destacar – comenzando desde el Pórtico de la Gloria -, la de la Comunión o del Sagrado Corazón, del siglo XV, neoclásica y cubierta por una gran cúpula. A continuación la entrañable capilla de la Corticela, obra del siglo XIII que ya existía en el siglo IX como edificio exento. En el centro de la girola, pegada a la Puerta Santa, se ubica la capilla románica del Salvador, que es la más antigua de todas y el lugar por donde se inició la construcción de la Catedral. Aquí se daba antiguamente de comulgar a los peregrinos, además de otorgarles un pergamino que reconocía su peregrinaje. Otra importante es la capilla del Pilar, de factura barroca y llevada a cabo por alguno de los mejores artistas de la época en Galicia, como Domingo de Andrade y Fernando Casa Novoa, que realizaron una cúpula octogonal. La capilla de las Reliquias, cubierta con una bóveda de crucería, contiene el sepulcro del Obispo Teodomiro, y de San Fernando guarda del tesoro de la catedral, que cuenta con la mejor colección de orfebrería litúrgica gallega desde el siglo XI al XX.