Los niños sin escolarizar suman 78,2 millones, mientras que 120 millones más van a la escuela, pero no alcanzan las competencias mínimas en matemáticas o lectura
El número de niños afectados por crisis que requiere ayuda urgente en materia de educación aumenta de manera alarmante, alertó este martes el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas, precisando que la cifra pasó de 75 millones en 2016 a 222 millones en la actualidad.
Según un nuevo informe de La Educación No Puede Esperar, de ese total, 78,2 millones de niños no están escolarizados y 120 millones sí van a clases pero no tienen los niveles mínimos de competencia en matemáticas o lectura.
Más aún, sólo el 10% de los que cursan la educación primaria o secundaria alcanza los estándares de competencia.
Según el estudio, el 84% de los niños sin escolarizar por motivos de crisis vive en países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Mali, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán, Sudán del Sur o Yemen, donde hay guerras y otros factores que alejan o impiden que los pequeños acudan a la escuela. En Ucrania, se estima que en pocos meses el conflicto ha afectado a 5,7 millones de menores en edad escolar.
Campaña de recaudación
Los recursos para responder a esta realidad acuciante son insuficientes y la pandemia de COVID-19 ha ensanchado el déficit, por lo que La Educación No
Puede Esperar y sus socios presentaron hoy en Ginebra una campaña para movilizar recursos.
La iniciativa “#222MillonesDeSueños” busca recaudar fondos de los donantes, el sector privado y otros actores para ampliar sus operaciones, que ya ofrecen educación de calidad a más de cinco millones de niños en más de 40 países afectados por crisis.
“El mundo cuenta con los recursos económicos para asegurar que cada niño reciba una educación de calidad. Ahora, debemos tomar medidas responsables para los 222 millones de niños niñas y adolescentes en emergencias y crisis prolongadas. Los gobiernos, el sector privado y las fundaciones pueden y deben desbloquear estos recursos”, subrayó Gordon Brown, enviado especial de la ONU para la Educación Mundial.
Brown agregó que sólo así los niños contarán con las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial.
Hagamos realidad sus sueños
Por su parte, la directora de La Educación No Puede Esperar, Yasmine Sherif, instó a la acción global, argumentando que los sueños de 222 millones de niños están basados en sus vivencias de las guerras y desplazamientos forzados.
“Este es nuestro momento para empoderarles a convertir sus sueños en realidad. Sueñan con convertirse en su propio potencial en lugar de ser víctimas. No los defraudemos. Es nuestro deber empoderarlos a través de la educación y hacer que sus sueños se hagan realidad”, puntualizó Sherif.
En la Agenda 2030, los líderes mundiales se comprometieron a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y a promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, como lo plantea Objetivo de
Desarrollo Sostenible 4.
Sin embargo, se estima que la pandemia y otros factores revirtieron dos décadas de avances en la esfera educativa. Según la ONU, muchos de los países menos adelantados tienen una infraestructura escolar básica deficiente: sólo el 54% de los centros disponen de acceso a agua potable, apenas el 33% cuentan con un suministro eléctrico fiable y únicamente 40% cuenta con instalaciones para lavarse las manos.
En septiembre próximo, la ONU celebrará la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, convocada por el Secretario General, António Guterres, con el propósito de impulsar acciones políticas y solidaridad para transformar la educación y recuperar el terreno perdido.