Después de diez años, la operación de paz conjunta de la ONU y la Unión Africana en la región sudanesa terminará oficialmente sus funciones junto con el 2020. El gobierno de Sudán asumirá entonces la responsabilidad de proteger a la población civil de la zona
La Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) terminó su misión el 31 de diciembre de 2020 de manera oficial por mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, que consideró el pasado día 22 que los avances del gobierno de transición de Sudán le permitirán gestionar el conflicto en esa región del país.
En octubre de este año, dos años después de la movilización popular que produjo el derrocamiento del presidente Omar Al-Bashir en abril de 2019, se alcanzó un acuerdo de paz histórico entre las autoridades sudanesas y dos grupos armados de Darfur.
La UNAMID llevará a cabo los últimos patrullajes, y a partir del 1 de enero de 2021 las tropas y el personal de policía de la misión brindarán seguridad un periodo de seis meses durante el cual disminuirán gradualmente su presencia y funciones.
Retirada gradual
Este operativo implicará la repatriación de tropas, vehículos y otros equipos; así como la separación del personal nacional e internacional y el cierre de las bases de operaciones y oficinas de la misión.
El proceso culminará con la retirada de Sudán de todo el personal civil y uniformado de UNAMID antes del 30 de junio de 2021, a excepción de un equipo de liquidación que resolverá las cuestiones pendientes y completará el cierre administrativo de la misión.
Además de la responsabilidad de proteger a los civiles, el gobierno sudanés asumirá la tarea fundamental de apoyar el proceso de paz, facilitar la prestación de asistencia humanitaria y respaldar la mediación de conflictos entre comunidades.
Continuará el apoyo
Por su parte, la ONU continuará apoyando a través de su Equipo de País y de la Misión Integrada de Asistencia para la Transición en Sudán (UNITAMS), cuya labor es asistir al Consejo Soberano militar-civil que gobierna al país por ahora y hasta que se celebren elecciones. La nueva misión también lo asesorará en la reforma de la gobernanza y los esfuerzos para resolver la profunda crisis económica.
El Secretario General de las Naciones Unidas y el presidente de la Comisión de la Unión Africana refrendaron el compromiso de respaldo de las organizaciones que lideran para la consolidación de la paz en Sudán tras el cierre de UNAMID.
En una declaración conjunta, António Guterres y Moussa Faki Mahamat pidieron a todos los actores sudaneses que garanticen la retirada segura y ordenada de misión en los meses por venir.
“El establecimiento de esta operación híbrida única fue una empresa histórica en la que tanto las organizaciones como varios países y donantes que aportan tropas y fuerzas de policía trabajaron conjuntamente para proteger a los civiles y ayudar a construir la paz en Darfur”, dice el comunicado.
“El presidente y el Secretario General reiteran su compromiso de continuar ayudando al gobierno y al pueblo de Sudána consolidar los avances logrados en el proceso de paz y a implementar el Plan de Acción Nacional de Protección Civil”, agrega el texto.
Establecimiento y mandato
La UNAMID fue establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU en julio de 2007, luego de un sangriento conflicto en la región. Su mandato fue proteger a los civiles sin perjuicio de la responsabilidad del gobierno de Sudán, facilitar la entrega de asistencia humanitaria y garantizar la seguridad del personal de socorro.
Sus funciones también incluyeron la mediación entre el gobierno de Sudán y los movimientos armados no signatarios sobre la base del Documento de Doha para la Paz en Darfur; y el apoyo a la mediación de conflictos comunitarios, incluyendo medidas que abordaran sus causas de raíz.
La misión estuvo compuesta de 4050 efectivos militares y 2500 asesores y unidades de policía.
Su despliegue actual es de 4005 militares, 480 asesores de policía, 1631 agentes de unidades de policía, 483 funcionarios civiles internacionales, 64 voluntarios y 945 funcionarios civiles nacionales.
La misión sufrió 288 muertes entre su personal civil y uniformado, de las cuales 73 fueron resultado de ataques.