A pesar de un relativo relajamiento del cierre de las escuelas debido a la COVID-19 y de la tendencia creciente a la reapertura, más de mil millones de educandos en todo el mundo siguen afectados por el cierre de los centros educativos
En este ámbito, los trastornos que han afectado a la educación no tienen precedentes. El COVID-19 deja pocas vidas y lugares intactos, pero su repercusión, incluido en el ámbito educativo, es mayor en los grupos que ya son vulnerables como es el caso de los refugiados.
¿Cómo puede afectar el cierre de las escuelas debido al COVID-19 la educación de los refugiados?
Antes de la COVID-19, ya los niños refugiados tenían dos veces menos de probabilidades de escolarizarse con respecto a los restantes niños, y a pesar de la mejora de su tasa de alfabetización, solo el 63% de los refugiados estaban matriculados en la escuela primaria y el 24% en la secundaria. La pandemia puede provocar un retroceso en los modestos logros alcanzados y puede resultar catastrófica para determinados grupos, como los adolescentes.
Durante estos últimos años, se han desplegado grandes esfuerzos para incluir a los educandos refugiados en los sistemas educativos nacionales, pero las dificultades en lo relativo a la educación persisten y pueden incluso agravarse debido a la pandemia.
También resulta preocupante constatar que la discriminación y la xenofobia contra las poblaciones de refugiados aumentan, algo que perjudica la escolarización y permanencia de estas en la escuela.
¿Qué podemos hacer para garantizar una educación de calidad a los educandos refugiados?
La primera etapa consiste en defender y garantizar el derecho a la educación de los refugiados velando por que puedan aprender en casa y regresen a la escuela en seguridad.
Algunos indicios prometedores demuestran que los gobiernos aceleran la inclusión de los refugiados en sus respuestas a la COVID-19, algo que proporciona la oportunidad de trabajar en la consecución de los compromisos del Pacto Mundial sobre los Refugiados.
A medida que se haga menos hincapié en el aprendizaje a distancia y en el cierre de las escuelas, y más en lo relativo a la reapertura y el regreso a la escuela, resulta conveniente dar especial atención a las desigualdades existentes y exacerbadas a las que deben hacer frente los refugiados, en particular las niñas en edad de escolarización en la secundaria, que con respecto a sus compañeros masculinos tenían dos veces menos de posibilidades de matricularse. Se espera que estas condiciones empeoren.
Estudios recientes realizados por el ACNUR demuestran que es posible que el 20% de las niñas refugiadas escolarizadas en la educación secundaria no regresen a la escuela cuando esta vuelva a abrir después del COVID-19. Es a partir de ahora que debemos actuar para solucionar las desigualdades y la situación dramática a la que se ven confrontados los educandos refugiados.
¿Por qué es urgente y qué es lo que está en juego?
Los educandos refugiados deben hacer frente durante y después de la COVID-19 a numerosos desafíos. Se espera un aumento considerable de los abandonos escolares, algo que significa que se perderá esta generación si dejamos que se aleje de la educación. La situación educativa de los refugiados ya era precaria en muchos países antes de la pandemia, ya que muchos carecían de varios años de escolarización y tenían que esforzarse mucho para recuperar su retraso. Ahora deben hacer frente a otros trastornos en su aprendizaje.
Los que no estaban inscritos en los planes educativos corren aún más riesgo de no regresar al aprendizaje. La falta de acceso a las infraestructuras, al material y a la conectividad, las condiciones de vida y la dificultad de acceso a muchas de las zonas que acogen a los refugiados, implica la posibilidad de que los niños refugiados no puedan acceder a los programas nacionales de aprendizaje a distancia puestos en marcha por los gobiernos en el marco de la respuesta al COVID-19.
¿Qué hace la UNESCO para que progrese el derecho a la educación de los refugiados?
Mediante la Coalición Mundial para la Educación, la UNESCO facilita las alianzas entre las partes interesadas con miras a proporcionar oportunidades de aprendizaje a los niños, jóvenes y adultos, entre los que figuran los refugiados que han sido afectados por los trastornos en la educación debidos a la pandemia.
La UNESCO se ha comprometido y se esfuerza en reforzar los sistemas educativos nacionales proporcionando a los Estados Miembros la experiencia y orientaciones técnicas para la concepción, la aplicación y la planificación de políticas en favor de la inclusión de los refugiados en todos los niveles de los sistemas educativos nacionales.
El Pasaporte de cualificaciones de la UNESCO para refugiados y migrantes vulnerables presentado en 2019 tiene como objetivo facilitar la integración de los educandos en el sistema educativo y en el mercado laboral mediante evaluaciones. El proceso garantiza el reconocimiento de los elementos clave tales como cualificaciones, competencias, experiencia profesional adecuada y dominio de la lengua.
El 13 de julio, entre las 16h 00 y las 17h 30 CET, el ACNUR y la UNESCO llevarán a cabo una mesa redonda virtual de alto nivel que congregará a refugiados para escucharlos referirse a sus necesidades y acerca de las respuestas que deben proporcionarse en el terreno. El evento ha sido convocado y será presidido por Angelina Jolie en calidad de Enviada Especial y organizado conjuntamente por Canadá y el Reino Unido. Visualice el evento.