El desierto del Teneré (Níger) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991 junto con los macizos montañosos de Aïr. Un año más tarde, se le incluyó en la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro debido a la inestabilidad política y disputas entre las poblaciones. Se encuentra en el fondo de lo que en tiempos fue un gran lago rico en pesca, situado en el sur central del Sahara. Es uno de los desiertos más áridos de la tierra. La palabra Teneré en lenguas Tuareg significa desierto, y traducida al árabe, Sáhara.
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Reservas de Biósfera
La Organización específica que Reservas de Biosfera son «zonas de ecosistemas terrestres o costeros/ marinos, o una combinación de los mismos, reconocidas como tales en un plano internacional en el marco del Programa MAB (Programa sobre el Hombre y la Biósfera) de la UNESCO«. Sirven para impulsar armónicamente la integración de las poblaciones y la naturaleza, a fin de promover un desarrollo sostenible mediante un diálogo participativo, el intercambio de conocimiento, la reducción de la pobreza, la mejora del bienestar, el respeto a los valores culturales y la capacidad de adaptación de la sociedad ante los cambios.
Las reservas de biosfera deben cumplir tres funciones de manera integrada:
- Conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural.
- Desarrollo económico socio-cultural y ambientalmente sostenible.
- Apoyo logístico a la investigación, la educación ambiental y la formación.
Actualmente la UNESCO cuenta en la Red Mundial de Reservas de la Biósfera con 598 reservas en 117 países.
Desierto del Teneré
Situado en Níger (uno de los países más pobres del mundo), tiene 700 kilómetros de largo y 500 de ancho. Las altas temperaturas y el clima desértico ponen al territorio nigerino en permanente peligro a causa de las sequias periódicas. Con una media de 52 grados centígrados por el día y llegando durante la noche a los 30 grados bajo cero, es el lugar de la tierra que experimenta mayor cambio de temperatura por el fenómeno de la insolación, y son pocos los lugares en el que refugiarse. Uno de esos lugares era muy especial para las gentes que cruzan el desierto: el Árbol de Teneré, allí en medio de la nada, vivía hasta que en 1973 un conductor con un camión fue a chocar contra la encina, que era el único ser vivo en 400 kilómetros a la redonda. Se le consideraba el árbol más aislado del mundo, era el punto de referencia para las caravanas de camellos que cruzan la región del Teneré en el desierto del Sahara. La encina arrancada, sobrevivía debido a que sus raíces llegaban al agua acumulada a 36 metros de profundidad. Hoy día el árbol se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Níger en, su capital Niamey.
La belleza abrumadora e impresionante de ese paisaje sin fin esconde un considerable infierno de fuego, arena y silencio. Es una de las reservas naturales que se ubica en una de las áreas protegidas más grandes de África junto con los macizos montañosos de origen volcánico de Aïr, estando su pico más alto en el monte Bagzame con 2.022 metros de altitud. Más de las tres cuartas partes de su territorio se encuentra en el desierto de Sáhara.
Culturas
En el Teneré vive un verdadero crisol de grupos étnicos, costumbres y culturas muy distintas. En el centro y sureste habitan los Haussa con un alto índice de mestizaje. En las fronteras con Benín y Mali viven los Songhay. Los Tuaregs ocupan el Macizo de Aïr. En las llanuras entre Tibesti y Chad residen los Tubu, mientras que los Peul se ubican en las regiones meridionales. Todas estas etnias sobreviven en uno de los territorios más pobres del continente africano y del mundo. La esperanza de vida de los nigerinos ronda los 48 años, la mortalidad infantil es muy elevada y únicamente 17 habitantes de cada 100 están alfabetizados. La UNESCO continúa haciendo importantes esfuerzos para que la población infantil y adulta, obtengan un grado de instrucción mínima, aprendiendo a leer y escribir. Se trata de “saber para poder”.
Esta sociedad multiétnica se distribuye entre nómadas y sedentarios, estos últimos, se dedican fundamentalmente a la agricultura del mijo, el olivo silvestre y el sorgo constituyendo el alimento básico de la población. El cacahuete se destina a la exportación. Apenas quedan restos de bosques que hasta mediados del siglo pasado ocupaban la parte sur del territorio y que fueron talados para usarse como leña.
La escasa actividad agropecuaria está limitada por los apenas 700 km2 de tierras con regadío y el apenas 4,1% de la superficie nacional que es apta para los cultivos. Además de los cultivos mencionados, Níger produce camote, maíz, arroz, plátanos y tomates. Está potentemente influenciada por el comercio como forma de vida. Los hábitos no obedecen solo a la religión sino a una manera de vivir que les permite enfrentarse a condiciones adversas establecidas por el clima y la geografía pero agravadas por las oscilaciones de su economía y la pobreza extrema que padecen.
La alimentación no es precisamente uno de los puntos fuertes de Níger. Se caracteriza por la sencillez de sus comidas basadas en los vegetales, el pescado de agua dulce y la carne. La singularidad son los pescados del río Níger preparados simplemente a la plancha o con alguna salsa aderezada con sésamo o dátiles. La carne es principalmente de vaca, cabra y oveja aunque se pueden degustar filetes de gacela o de camello. Los acompañamientos suelen ser arroz, mijo, sésamo o mandioca. Entre los platos típicos hay que mencionar el tofú, mandioca fermentada y machacada, las brochetas y una agradable pasta de maíz. También podemos encontrar fruta fresca o dulces preparados con exquisitos dátiles de la zona. En cuanto a las bebidas es imprescindible beber el agua embotellada, también tomamos té y algo de café.
Entre los límites del Sáhara con el Sahél se mueven los Boruro, un pueblo de pastores nómadas que viajan durante todo el año en busca de los escasos pastos. Vagan libremente sin considerar las fronteras que les impusieron el siglo pasado. En el mes de septiembre cuando termina la estación de lluvias, se desplazan hacia el norte para festejar el nacimiento de los nuevos pastos.
Durante un par de semanas se organizan las fiestas de esta tribu, dispersa durante el resto del año. Es una gran ocasión para reforzar los lazos tribales y reafirmar su identidad, además de favorecer los pactos entre los diferentes clanes y hacer cristalizar historias de amor.
El Gerewol que es como se llama esta fiesta, consistente en un concurso de belleza masculino donde el jurado compuesto por mujeres elige a los varones más atractivos. Los hombres maquillados y situados unos junto a otros, bailan hasta el amanecer tras tomar un brebaje. Demuestran todas sus cualidades masculinas en un ligero baile donde es fundamental la mímica y el delirante movimiento de los ojos. En la oscuridad de la noche destacan las blancas dentaduras en las pintadas caras con colores ocres y amarillos. En plena danza donde ellos dan chasquidos con los dientes, ellas los examinan detenidamente y se los llevan de paseo tras las dunas, así saben si realmente el elegido es un hombre con todos sus atributos.
Cada etnia tiene más o menos su espacio delimitado así como la actividad económica. Al norte una de las extensiones más grandes de desierto sin nada de vegetación y con escasos pozos, el Teneré. El Aïr emerge del centro de este desierto, conformando una zona habitable dado su microclima propicia la existencia de un ecosistema. Los tuareg consideran el Macizo Aïr una zona exclusiva y cuna de su cultura.
Grabados y pinturas rupestres de una abundante vida silvestre, animales domésticos y carretas, así como una compleja cultura que se remonta por lo menos al X milenio a. C., que se destacó por sus obras en cerámica así como por su técnica en el desarrollo de arcos y flechas, quedaron impresos en la roca como muestra de un pasado mucho más húmedo que el actual. De ese periodo quedan asimismo huellas de una activa hidrografía, cuando durante el neolítico el clima se hizo compasivo, y el río Níger y el lago Chad registraron sus máximos niveles. Hoy circulan por sus valles algunas avestruces y gacelas resistiendo el despiadado avance del Sáhara.
El desierto del Teneré es el escenario donde año tras año cientos de caravanas lo surcan entre Agadez y Bilma. Una economía de trueque antigua, mantiene a los Tuareg como grandes transportistas de sal en este severo desierto con solo tres pozos de agua en la ruta.
Flora y fauna
El macizo de la Air también constituye una zona de tránsito para un gran número de afrotropical y paleárticas aves migratorias. En total, se han identificado 40 especies de mamíferos, 165 especies de aves, 18 especies de reptiles y uno de anfibios de la reserva. Hay poblaciones significativas de camellos, pero también encontramos especies amenazadas como la Gacela Dorcas, la Gacela Dama. Dentro de los carnívoros se localiza una resistente población de Zorros y una cada vez menor población de Guepardos. En cuanto a las aves migratorias podemos destacar la Paleártica migrante. También es importante mencionar al Avestruz y la Avutarda Nubia. La representación de reptiles la componen el Lagarto Monitor, el Viper de arena y varias especies de Boa de arena.
En cuanto a la flora, la estepa contiene especies de Acacia ehrenbergiana, Acacia raddiana, Balanites aegyptiaca Maerua crassifolia y a menores altitudes especies de Panicum turgidum y Stipagrostis vulnerans. En los grandes valles donde abunda el agua de lluvia en los depósitos, ha desarrollado un hábitat muy específico de asociar un denso estrato leñoso de Palmas de doum, datileras, Acacia nilotica, Acacia raddiana Boscia senegalensis, Salvadora persica y un estrato herbáceo con, entre otros, Stipagrostis vulnerans.
El poco riego artificial y la escasa superficie de tierras cultivables conllevan otros problemas, como el sobrepastoreo que se produce cuando las plantas están expuestas al pastoreo intensivo de ganado bovino y caprino durante largos períodos, o sin períodos de recuperación suficiente. El sobrepastoreo reduce las zonas de hojas de plantas aceptables, lo que reduce la interceptación de la luz solar y el crecimiento de la planta. Generalmente aumenta la erosión del suelo, reducción de la profundidad del suelo, materia orgánica del suelo y la fertilidad del suelo puede afectar la productividad futura de la tierra. La fertilidad del suelo a veces puede ser mitigada mediante la aplicación de cal adecuada y fertilizantes. Sin embargo, la pérdida de profundidad del suelo y la materia orgánica tarda siglos de corregirse. Su pérdida es fundamental en la determinación de agua del suelo y la capacidad de retención.
Otros problemas ecológicos del país son la caza furtiva, la presión sobre las numerosas especies en peligro de extinción, la erosión, la deforestación y la desertización que lo entendemos como el proceso por el que un territorio que no posee las condiciones climáticas de los desiertos, principalmente una zona árida, semiárida o subhúmeda seca, termina adquiriendo las características de éstos. Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la erosión del suelo y de la falta de agua, si a este proceso natural le sumamos la acción del hombre, incrementando o favoreciendo este proceso como consecuencia de sus actividades.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 35% de la superficie de los continentes puede considerarse como áreas desérticas. Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de persistente sequía y escasez de alimentos. Se considera que la expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas. Cuando el proceso es sin intervención humana, es decir, por causas naturales se llama desertización. La UNESCO está trabajando para poder corregir todas estas deficiencias y proporcionar una vida mejor a todos sus habitantes.
2 Comentarios
Amedar Consulting
Hello.This article was really fascinating, particularly since I was investigating for thoughts on this subject last Tuesday.
admin
Thank You!!
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