En diciembre de 1948, la UNESCO fue el primer organismo de las Naciones Unidas que situó la Declaración Universal en el centro de toda su acción, para promoverla en todo el mundo a través de la educación y los medios de comunicación
El Día de los Derechos Humanos se celebra cada año el 10 de diciembre, día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos da poder a todos. Los principios consagrados en la Declaración son tan relevantes hoy como lo fueron en 1948. Tenemos que defender nuestros propios derechos y los de los demás. Podemos tomar medidas en nuestra vida diaria para defender los derechos que nos protegen a todos y así fomentar las relaciones de afecto entre todos los seres humanos.
Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, dijo: «En un mundo en el que se multiplican los conflictos y las crisis, el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, es una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso inquebrantable con esa visión de una humanidad común, arraigada en valores compartidos, porque, cuando los derechos fundamentales se ven amenazados, lo que está en peligro son nuestras sociedades en su conjunto. Por eso la UNESCO se esfuerza desde hace 75 años por proteger y fortalecer los derechos y la dignidad humanos.»
La UNESCO y la Declaración Universal de Derechos Humanos
Cuando, al final de la Segunda Guerra Mundial, se creó la UNESCO tras la creación de la Comisión Internacional de Cooperación Intelectual, ésta se basaba en la convicción de que la solidaridad intelectual y moral de la humanidad y el respeto de la justicia y los derechos humanos eran esenciales para una paz duradera.
La Constitución de la Organización establece en su Artículo I como primer objetivo la contribución al mantenimiento de «… la paz y la seguridad promoviendo la colaboración entre las naciones mediante la educación, la ciencia y la cultura, a fin de asegurar el respeto universal a la justicia, a la ley, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales”.
El lugar central que ocupan los valores universales de los derechos humanos en el mandato de la UNESCO explica su compromiso inicial con la elaboración de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En 1947, la UNESCO creó un comité sobre las bases teóricas de los derechos humanos, integrado por destacados intelectuales, filósofos y politólogos. El objetivo del Comité es estudiar los fundamentos filosóficos de los derechos humanos a fin de poner de relieve las convergencias entre las diversas culturas y escuelas de pensamiento y facilitar así la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Se envió un cuestionario a políticos y académicos, como Mohandas Gandhi o Aldous Huxley, solicitando su opinión sobre la idea de la Declaración. Una de las principales conclusiones del informe resultante fue que, a pesar de las diferencias culturales, los Estados Miembros de las Naciones Unidas compartían el compromiso con «el derecho a vivir una vida libre del miedo inquietante a la pobreza y la inseguridad».
La UNESCO fue el primer organismo de las Naciones Unidas en reconocer mediante una resolución especial, inmediatamente después de la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948, que tiene claras repercusiones en todos los ámbitos de la actividad de la Organización: educación, ciencias naturales y sociales y humanas, cultura y comunicación e información. Al mismo tiempo, se comprometió a dar a conocer la Declaración Universal lo más ampliamente posible mediante programas de comunicación de masas y material didáctico en las escuelas, y a incorporarla en los programas pertinentes de la UNESCO.
Derechos para todos, en todas partes
Dentro del sistema de las Naciones Unidas, cinco derechos específicos son competencia directa de la UNESCO:
- Derecho a la educación – Artículo 26
La educación está en el centro de la misión de la UNESCO y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es un derecho de empoderamiento, que permite a niños y adultos salir de la pobreza y participar plenamente en la sociedad.
El derecho a la educación establece que la educación primaria debe ser gratuita y obligatoria. Al promover los artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), los planes de estudio deben fortalecer el respeto de los derechos y las libertades fundamentales.
Como principio clave que sustenta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el ODS 4, se reconoce que el derecho a la educación es una herramienta esencial para promover la inclusión y el desarrollo económico, social y cultural.
La Educación es un derecho humano fundamental que ocupa el centro mismo de la misión de la UNESCO y está indisolublemente ligado a la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y a muchos otros instrumentos internacionales en derechos humanos. El derecho a la educación es uno de los principios rectores que respalda la Agenda Mundial Educación 2030, así como el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), adoptado por la comunidad internacional. El ODS 4 está basado en los derechos humanos y tiene el propósito de garantizar el disfrute pleno del derecho a la educación como catalizador para lograr un desarrollo sostenible.
Sin embargo, millones de niños y adultos siguen privados de oportunidades educativas, en muchos casos debido a factores sociales, culturales y económicos.
Por su carácter de derecho habilitante, la educación es un instrumento poderoso que permite a los niños y adultos que se encuentran social y económicamente marginados salir de la pobreza y participar plenamente en la vida de la comunidad.
Para ello, deben existir la igualdad de oportunidades y el acceso universal. Los instrumentos normativos de las Naciones Unidades y la UNESCO estipulan obligaciones jurídicas internacionales que promueven y desarrollan el derecho de cada persona a disfrutar del acceso a la educación de calidad. A este marco legal (enlace Acción Normativa) los Estados Miembros y la comunidad internacional le asignan una gran importancia con miras a hacer realidad el derecho a la educación.
La UNESCO asiste a los Estados para que puedan elaborar marcos jurídicos e institucionales nacionales sólidos con miras a fomentar las bases y las condiciones para alcanzar una educación de calidad sostenible. A su vez, corresponde a los gobiernos el cumplimiento de las obligaciones, tanto de índole política como jurídica relativas al suministro de una educación de calidad para todos, así como a la aplicación y seguimiento más eficaces de las políticas y estrategias en los sistemas educativos.
- Derecho a participar en la vida cultural – Artículo 27
El acceso a la cultura y la posibilidad de disfrutarla sin temor a repercusiones son condiciones necesarias para garantizar el derecho a participar en la vida cultural.
La vida cultural se manifiesta en la comunicación, la expresión y las tradiciones cotidianas. No se debe negar a las minorías lingüísticas y religiosas su derecho a abrazar las dimensiones de la vida cultural por ningún motivo.
Proteger el patrimonio y fomentar la creatividad
En el mundo interconectado en el que vivimos, es fácil constatar que la cultura tiene el poder de transformar las sociedades. Sus diversas manifestaciones, que abarcan desde los más preciados monumentos históricos y museos hasta los ritos tradicionales y el arte contemporáneo, enriquecen nuestro día a día de múltiples maneras.
El patrimonio constituye una seña de identidad y favorece la cohesión de las comunidades que no asimilan bien los cambios rápidos o que sufren el impacto de la crisis económica. La creatividad contribuye a la edificación de sociedades abiertas, inclusivas y pluralistas. El patrimonio y la creatividad contribuyen a la construcción de sociedades del conocimiento dinámicas, innovadoras y prósperas.
La UNESCO está convencida de que ningún progreso puede ser duradero si no tiene una componente cultural fuerte. De hecho, únicamente se conseguirán resultados sostenibles, inclusivos y equitativos si se aborda la cuestión del desarrollo dándole prioridad al ser humano y basándose en el respeto mutuo y el diálogo entre las diferentes comunidades. No obstante, la cultura ha sido excluida de los debates sobre el desarrollo hasta hace poco tiempo.
Para asegurarse de que los planes y estrategias de desarrollo tienen en cuenta la cultura, la UNESCO ha adoptado una táctica basada en tres ejes: Además de encabezar la defensa de la cultura y el desarrollo a nivel mundial, también colabora con la comunidad internacional para establecer acuerdos y marcos reglamentarios y lleva a cabo actividades en el terreno para ayudar a los gobiernos y a los actores locales en la conservación del patrimonio, el fortalecimiento de las industrias creativas y el fomento del pluralismo cultural.
Los reputados convenios culturales de la UNESCO constituyen una plataforma mundial única para la cooperación internacional y establecen un órgano de gobierno cultural completo basado en los derechos humanos y los valores comunes. Estos tratados internacionales tratan de proteger y conservar el patrimonio cultural y natural de nuestro planeta como los yacimientos arqueológicos, el patrimonio subacuático, los fondos de los museos, el patrimonio inmaterial –las tradiciones orales, por ejemplo– y otras formas de patrimonio. También fomentan la creatividad, la innovación y el afloramiento de sectores culturales dinámicos.
- Derecho a disfrutar de los beneficios del progreso científico – Artículo 27
El derecho a participar en el progreso científico y sus beneficios comienza con el aprendizaje inclusivo que alienta la participación en la generación de investigación científica.
Se debería alentar a los miembros de las comunidades marginadas a participar en el progreso científico que sea beneficioso tanto para su comunidad como para el público en general. Para que todos se beneficien del progreso científico, es preciso compartir libremente la información y permitir que las innovaciones se difundan en las sociedades sin trabas.
La ciencia al servicio de un futuro sostenible
Los avances en las diferentes esferas de la ciencia nos permiten encontrar soluciones para los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales, y favorecen el desarrollo sostenible y las sociedades más verdes. Como ningún país es capaz de alcanzar el desarrollo sostenible por sí solo, la cooperación científica internacional contribuye no sólo al progreso del conocimiento, sino también a la construcción de la paz.
La UNESCO asesora a los países en sus inversiones en ciencia, tecnología e innovación (CTI), en la elaboración de políticas científicas a nivel nacional, en la reforma de sus sistemas científicos y en el refuerzo de sus sistemas de supervisión y evaluación de resultados a través de indicadores de CTI y de estadísticas que tienen en cuenta las especificidades nacionales.
Pero las políticas científicas no bastan. Se deben consolidar los sistemas de enseñanza en ciencia e ingeniería y la capacidad investigadora para que los países puedan encontrar soluciones adaptadas a sus propios problemas y fortalecer su presencia internacional en los diferentes campos de la ciencia y la tecnología.
Acercar la ciencia a la sociedad y ayudar a los ciudadanos a comprender mejor la ciencia para que contribuyan en su desarrollo es fundamental para construir sociedades en las que los individuos tengan los conocimientos necesarios para elegir de manera pertinente sus opciones profesionales, personales y políticas, y para que puedan participar en el apasionante mundo de la investigación.
Además, la sabiduría indígena conseguida tras una larga y estrecha interacción con la naturaleza sirve para complementar los sistemas de conocimiento basados en la ciencia moderna.
La ciencia y la tecnología dotan de capacidades a las sociedades y los ciudadanos, pero también tienen implicaciones éticas. La UNESCO trabaja con sus Estados Miembros para favorecer la toma de decisiones razonadas en la utilización de la ciencia y la tecnología, especialmente en el ámbito de la bioética.
El agua es necesaria para la vida. Por eso, debe garantizarse su suministro en todas las comunidades del mundo para asegurar la paz y el desarrollo sostenible. Comprender científicamente el ciclo del agua, su distribución y las características de los acuíferos en superficie y subterráneos, incluso a nivel urbano, contribuirá a una gestión racional del agua dulce que permitirá responder convenientemente a las necesidades humanas sin perjudicar el medioambiente.
El estudio científico de la historia de la Tierra y de sus recursos minerales, de los ecosistemas y de la biodiversidad, y la interacción del ser humano con los ecosistemas son imprescindibles para ayudarnos a comprender cómo gestionar nuestro planeta para asegurarnos un futuro pacífico y sostenible.
- Derecho a la libertad de opinión y de expresión – Artículo 19
El derecho a la comunicación es un derecho humano fundamental que sustenta la esencia misma de la democracia, y es un factor clave en el cumplimiento de otros derechos. Se prohíbe a los Estados restringir la libertad de expresión y de creencias, y tienen la obligación de proteger el derecho a la libertad de opinión y de expresión.
Incluye el derecho a tener opiniones sin interferencias y a buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de comunicación y sin consideración de fronteras».
En los últimos 10 años, al menos 827 periodistas fueron asesinados. La figura muestra el alcance del riesgo de expresar opiniones y difundir información.
Favorecer la libertad de expresión
La UNESCO es el organismo de las Naciones Unidas que tiene el mandato de promover “la libre circulación de ideas por medio de la palabra y de la imagen”, por lo que fomenta la creación de medios de comunicación libres, independientes y pluralistas difundidos a través de cualquier plataforma o formato. El desarrollo de los medios favorece la libertad de expresión y contribuye al fortalecimiento de la paz, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y la lucha contra la pobreza.
Por estos motivos, la Organización milita a favor de la libertad de prensa y de la seguridad de los periodistas, y apoya el periodismo independiente basado en la ética profesional y los principios de autorregulación.
Para la UNESCO, unos medios de comunicación pluralistas y diversificados permiten al público tomar decisiones basadas en información y datos fidedignos. Es por ello que hoy en día contribuimos a la puesta en marcha de medios de comunicación comunitarios y promovemos la igualdad de género en los medios.
La UNESCO ha desarrollado iniciativas en el campo de la alfabetización mediática y de la información, así como en la formación de periodistas, para dotar a los individuos de autonomía en su papel tanto de productores informados como de consumidores de información.
Los proyectos de creación de medios de comunicación que se ajustan a nuestros principios pueden obtener el apoyo de nuestro Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC), que también trata de fomentar el desarrollo de medios basado en el conocimiento.
La labor de la Organización en este campo es parte de su misión en defensa de la libertad de expresión como derecho humano inalienable establecido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
- Derecho al agua y al saneamiento
El derecho al agua potable y al saneamiento es esencial para el pleno disfrute de la vida. En 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció oficialmente el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano.
La Asamblea expresó su profunda preocupación por los 884 millones de personas que carecen de acceso al agua potable y los más de 2.600 millones que carecen de acceso al saneamiento básico, es decir, el 40% de la población mundial. La falta de acceso al agua mata anualmente a más niños que el SIDA, el paludismo y el sarampión juntos.
Para hacer frente a las grandes crisis humanas y medioambientales, la UNESCO considera que el acceso al agua y al saneamiento «es un requisito previo para la realización de otros derechos humanos, como el derecho a la vida, a la dignidad, a la salud, a la alimentación, a un nivel de vida adecuado y a la educación».
Garantizar el suministro de agua
El agua dulce es el recurso más importante para la humanidad y está presente en todas sus actividades sociales, económicas y ambientales. Es el requisito para la existencia de vida en nuestro planeta, un factor que influye en el desarrollo social y tecnológico, une fuente posible de bienestar o de miseria, de cooperación o de conflicto.
Con el fin de garantizar el suministro de agua, se deben proteger los sistemas hídricos vulnerables, reducir el impacto de desastres como las inundaciones y las sequías, garantizar el acceso al agua y sus servicios, y gestionar de forma adaptada y equitativa los recursos hídricos.
La UNESCO intenta que los países gestionen sus recursos hídricos de forma sostenible por medio del Programa Hidrológico Intergubernamental, su liderazgo en el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, los centros y las Cátedras UNESCO relacionadas con el agua repartidos por todo el mundo.