Las personas, los gobiernos, el mercado del arte y las instituciones pueden poner de su parte para luchar contra ello mediante la sensibilización, la información y la ética en la compra y venta de arte y objetos culturales, la promulgación y el respeto de leyes y la protección del patrimonio y los bienes culturales
El Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, que se celebra todos los años el 14 de noviembre, recuerda al mundo que el robo, el saqueo y el tráfico ilícito de bienes culturales tiene lugar en todos los países, despojando a las personas de su cultura, identidad e historia, y que tenemos que trabajar juntos para combatir este delito.
El tráfico ilícito de bienes culturales tiene muchas causas, y la ignorancia y la falta de ética están en su raíz. Los bienes culturales objeto de comercio ilícito suelen transferirse ya sea a través de los mercados ilícitos de todo el mundo o de mercados lícitos como las subastas, incluso a través de la Internet
La UNESCO adoptó por primera vez el 14 de noviembre como Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales durante su 40ª Conferencia General en 2019, con el objetivo de llamar más la atención sobre este delito y las formas de combatirlo, así como para destacar la importancia de la cooperación internacional y de las medidas proactivas a través de la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales (1970).
Esta Convención, que celebró su 50º aniversario en 2020, proporciona un marco internacional para la prevención del robo y el saqueo y la devolución y el retorno de los bienes culturales robados, en paralelo con otros avances en la lucha contra el tráfico ilícito. Es importante que todo comprador ejerza la debida diligencia a la hora de verificar la procedencia de los bienes culturales adquiridos, con el fin de detener el tráfico ilícito de bienes culturales.
Mensaje de Audrey Azoulay,Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional contra el Tráfico Ilícito
A pesar de que los robos de cuadros famosos, como El jardín del presbiterio de Nuenen en primavera de Van Gogh en 2020 o El grito de Munch en 2004, tuvieron una repercusión considerable en la opinión pública, solo representan una ínfima parte de lo que constituye el tráfico ilícito de bienes culturales. Este comercio en la sombra va en aumento, aprovechando las crisis y los conflictos, y se está ramificando en línea. Según INTERPOL, en 2020 las fuerzas policiales se incautaron de casi un millón de bienes culturales en todo el mundo.
Sin embargo, esta es solo la parte visible de un tráfico que despoja a los pueblos de su memoria y financia a las organizaciones criminales. Ahora bien, disponemos de una herramienta excepcional para hacer frente a este tráfico: la Convención de la UNESCO sobre las Medidas que deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales de 1970.
Más de 50 años después de su aprobación, esta Convención es la única sobre estos temas que se acerca a la universalidad –143 Estados la han ratificado– y sigue siendo un punto de referencia para la acción y la cooperación mundiales.
La Conferencia Mundial de la UNESCO sobre las Políticas Culturales y el Desarrollo Sostenible –MONDIACULT 2022– dio un nuevo impulso a nuestra movilización en septiembre.
Ciento cincuenta Estados aprobaron una Declaración histórica para reconocer que la cultura es un “bien público mundial” y reforzar su compromiso con la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales.
La UNESCO, de acuerdo con su mandato, apoya plenamente a los Estados Miembros en sus esfuerzos. En particular, llevaremos a cabo importantes acciones para sensibilizar al público y los profesionales.
En MONDIACULT 2022 se anunció que la UNESCO e INTERPOL abrirán en 2025 un museo virtual de bienes culturales robados. Ese museo servirá de herramienta pedagógica, para que los ciudadanos puedan conocer la historia de estas obras, y de herramienta de investigación sobre la procedencia de los bienes de origen incierto.
Al mismo tiempo, la UNESCO, junto con sus asociados, prosigue su labor de formación de las fuerzas del orden, los agentes del mundo judicial y los profesionales de los museos: de aquí a finales de año, formaremos a casi un centenar de profesionales en 23 países africanos.
Además, en consulta con el mercado del arte, estamos llevando a cabo una revisión del Código Internacional de Ética para Marchantes de Bienes Culturales, ya que su papel es fundamental para que se instauren políticas de adquisición y normas éticas más rigurosas.
Por último, frente al incremento del tráfico, la UNESCO quiere hacer un llamamiento a todos para que estén más alerta. Ha llegado la hora de abolir esta lacra y tenemos los medios para hacerlo.