El día mundial del Olivo fue proclamado en la 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO en 2019, y se celebrará el 26 de noviembre de cada año
El olivo, y concretamente la rama de olivo, ocupa un lugar importante en la mente de hombres y mujeres. Desde la antigüedad, ha simbolizado la paz, la sabiduría y la armonía y, como tal, es importante no sólo para los países en los que crecen estos nobles árboles, sino también para las personas y comunidades del mundo entero.
Hay mucho por aprender, compartir y celebrar en el Día internacional del Olivo, por lo que la UNESCO alienta la participación de todos a través de debates, conferencias, talleres, eventos culturales y presentaciones o exposiciones.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO ha dicho: «El olivo es, pues, un árbol universal, que acompaña a la humanidad desde hace milenios y que encarna también sus aspiraciones, ya que, con su legendaria longevidad y su capacidad para renacer de sus cenizas, escapa a la miopía del instante: plantar un olivo, comer su fruto, nos hace formar parte de una cadena de humanidad.»
El objetivo del Día internacional del Olivo es fomentar la protección del árbol del olivo y de los valores que éste encarna, con el fin de valorar el importante significado social, cultural, económico y medioambiental para la humanidad.
La necesidad de conservar y de cultivar el olivo se multiplica a medida que el mundo se enfrenta y se adapta al cambio climático. La protección del patrimonio cultural y natural, incluidos sus paisajes, son parte esencial de la misión de la UNESCO, y la celebración del Día Mundial del Olivo refuerza su compromiso en favor del desarrollo sostenible y respetuoso del medio ambiente.