La pieza presentada en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), grabada con la leyenda IMP(erator) GER(manicus) AVG(ustus), podría pertenecer a Nerón, y es la de mayor peso conocido de la época
El Museo Arqueológico Nacional (MAN) exhibe desde hoy un lingote de plomo del Bou Ferrer, el mayor pecio de un mercante romano en excavación en el Mediterráneo. Esta nave naufragó en la segunda mitad del siglo I frente a la antigua Allon (Villajoyosa) (Alicante [España]), cargada con casi 3.000 ánforas repletas de salsas de pescado (una de las mercancías más valiosas de la época), y lingotes de plomo de propiedad imperial, como el que expone ahora el MAN cedido en depósito por el Vilamuseu de Villajoyosa.
El lingote lleva unas contramarcas en el metal -IMP(erator) GER(manicus) AVG(ustus)- que indican su pertenencia personal al emperador de Roma, probablemente a Nerón, de acuerdo con las últimas investigaciones. Las minas de Sierra Morena, de las que procedía el cargamento de plomo del Bou Ferrer, eran también un monopolio del emperador.
Con 205 libras romanas (68 kilos), esta pieza depositada hoy en el MAN es dos veces más pesada que los lingotes conocidos hasta ahora de la misma época, como los expuestos en la misma vitrina del museo, procedentes de la antigua ciudad de Carthago Nova (Cartagena).
Hallado el costado del Bou Ferrer en la campaña 2015
El acto de depósito ha tenido lugar en el Museo Arqueológico Nacional en el transcurso de una jornada dedicada al proyecto de excavación del pecio, con la participación de representantes de la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana, de la Universidad de Alicante, del Ayuntamiento de Villajoyosa, y de los directores de la excavación y de los dos museos implicados.
En la jornada se han presentado los resultados de la campaña arqueológica anual, finalizada el pasado 15 de noviembre, que ha permitido localizar y excavar un fragmento del costado del barco, de unos 2×2 metros.
Según ha manifestado el codirector de la excavación, Carlos de Juan, “los valores obtenidos en algunas de las cuadernas muestran la importante envergadura de la nave, que podría superar los 30 metros de eslora, convirtiéndola en el mayor mercante romano en curso de excavación. Estamos ante un yacimiento extraordinario para la investigación del mundo antiguo”.
El hallazgo del fragmento del costado –ha continuado el arqueólogo- nos permite adelantar el buen estado de la conservación tanto de esa parte del barco como del material orgánico desprendido tras el naufragio (cabos, poleas, telas, canastos, etc.), que nos ofrecerán valiosos datos arqueológicos para conocer la arquitectura naval del pecio y su relación con la carga que transportaba, las ánforas y los lingotes de plomo”.