El movimiento mundial encaminado a restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deterioradas y deforestadas de aquí a 2020 – conocido como el “Desafío de Bonn” – cobra hoy nuevo impulso en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima en Doha, al comprometerse Costa Rica y El Salvador a restaurar hasta un millón de hectáreas cada uno. Nos aproximamos así a los 50 millones de hectáreas – un tercio de la meta – y se reconoce ampliamente que la mayor iniciativa de restauración de la historia está bien encaminada, debemos conservar nuestro patrimonio.
La consecución de la meta del Desafío de Bonn, lanzado en septiembre de 2011 en Bonn, Alemania, por la Alianza Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal, redundará en numerosos e importantes beneficios para la humanidad y el planeta, incrementando por ejemplo la seguridad alimentaria y potenciando la protección de la biodiversidad y los medios de vida de las poblaciones, son nuestro patrimonio actual. Con sus promesas, Costa Rica y El Salvador se suman a Estados Unidos, Ruanda y la Coalición de Restauración del Bosque Atlántico de Brasil.
“Los gobiernos y los pueblos quieren soluciones factibles a las mayores amenazas que enfrentamos hoy, incluyendo el cambio climático. El Desafío de Bonn es una solución basada en la naturaleza; por eso suscita la atención mundial”, explica Julia Marton-Lefèvre, Directora General de la UICN, que coordina la Alianza Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal. “Ya hemos realizado grandes progresos, pero se necesitan más compromisos como los de Costa Rica y El Salvador para alcanzar nuestra meta mundial.”
Con compromisos oficiales ya formulados por más de 20 millones de hectáreas, una declaración de intención de la India por 10 millones, y 20 millones que se sumarán de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques, nos aproximamos al impresionante total de 50 millones de hectáreas.
“Restaurar 150 millones de hectáreas en los próximos 10 años podría reducir el “déficit de reducción de las emisiones” entre un 11 y un 17%, e inyectaría más de 80.000 millones de dólares anuales en las economías locales y nacionales”, dice Stewart Maginnis, Director Mundial de Soluciones basadas en la naturaleza en la UICN.
“Nuestro compromiso de restaurar un millón de hectáreas – la mitad del territorio nacional – es una seria y desesperada respuesta a un cambio climático que le valió a nuestro país el primero y cuarto lugar, en 2009 y 2011 respectivamente, en el índice Germanwatch de riesgo del cambio climático,” dice Herman Rosa Chávez, Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador. “Con un apoyo adecuado, la restauración de paisajes a esta escala nos permitirá asimismo hacer una importante contribución a la mitigación del cambio climático y a la conservación de la biodiversidad, mejorando considerablemente nuestros sumideros de carbono, potenciando nuestros medios de subsistencia.
La restauración de paisajes puede ser considerada como una estrategia de mitigación, pero para El Salvador es un factor urgente y esencial de adaptación y de reducción de las pérdidas y daños crecientes vinculados con el clima”.
“Me alegran mucho los compromisos anunciados hoy”, dice Bianca Jagger, Embajadora de la campaña “Plantar una Promesa”, y Presidenta de la Fundación Bianca Jagger de Derechos Humanos. “Esperamos que los demás compromisos que están en preparación se formalicen rápidamente con la Alianza Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal.”
“La destrucción del medio ambiente es un grave problema de derechos humanos, y el Desafío de Bonn nunca ha tenido más actualidad. Restaurar áreas deterioradas y deforestadas no significa sólo plantar árboles. Los pueblos y las comunidades están en el corazón de esta acción de restauración, que transforma áreas degradadas o estériles en paisajes fértiles y productivos.”
“El público debería seguir instando a los gobiernos, a las empresas, a los terratenientes y a las colectividades a obrar para alcanzar el objetivo del Desafío de Bonn. Tenemos una oportunidad única para renovar nuestros paisajes deteriorados y deforestados ahora mismo. De ello depende nuestro destino y el destino de las futuras generaciones.”
Hace unos meses, durante la conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible “Rio+20” que se celebró en Rio de Janeiro, más de un millón de personas votaron por el Desafío de Bonn como segundo tema más importante sobre el que los jefes de Estado deberían tomar medidas. Aprovechando este interés del público, Airbus y la UICN lanzaron la campaña “Plantar una Promesa”, mediante la cual toda persona puede, gracias a una petición en línea, solicitar a los gobiernos, propietarios y colectividades que restauren tierras en respuesta al Desafío de Bonn. Esta alianza sin precedentes ha impulsado la participación popular en los recientes éxitos del Desafío de Bonn y nos muestra cómo trabajar juntos para poner en marcha soluciones prácticas.