Recoge una selección de 16 grafitos sobre tabla previamente preparada con la técnica ‘media creta’. La exposición se integra a lo largo de todas las salas del museo, por lo que los visitantes realizarán un recorrido completo, y además, podrán visitar el Salón Estufa, una de las salas más emblemáticas recientemente rehabilitada
El museo Cerralbo ha inaugurado la exposición Grafitos del artista cordobés Emilio Serrano. La muestra, organizada en colaboración con la Diputación de Córdoba, recoge una selección de 16 grafitos sobre tabla y estará abierta al público hasta el 30 de junio.
Al acto de inauguración asistieron, entre otros, Jesús Prieto, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España; Manuel Gutierrez, vicepresidente tercero de Presidencia y Régimen Interior de la Diputación de Córdoba; Antonio Pineda, consejero de Cultura de la Diputación de Córdoba; Begoña Torres, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes del MECD; Lourdes Vaquero, directora del Museo Cerralbo; y Estrella Madrigal, viuda de Emilio Serrano.
Los dieciséis cuadros que se exponen son una muestra de una importante faceta dentro de la obra de Emilio Serrano (Córdoba, 1945-2012). Se trata del dibujo o grafito sobre tabla, previamente preparada a la tradicional manera de la técnica ‘media creta’. Esta técnica tiene su origen en los viejos maestros de la escuela holandesa, en especial en Van Eyck, por el que Serrano sentía especial devoción.
La precisión necesaria en el trazo, los conocimientos técnicos y el dominio absoluto del dibujo son características fundamentales de esta exigente técnica, que no admite ninguna clase de enmienda o arrepentimiento, por lo que revela bien a las claras las facultades del cordobés que, con un predominio casi absoluto del blanco y negro, roto únicamente por escuetas y sobrias notas de color consigue, a través de lo que parece un medio mínimo, un resultado plástico brillante.
En sus cuadros Serrano evoca el simbolismo de Julio Romero de Torres y demuestra una clara influencia del artista manchego Antonio López en su manera de emplear la figuración. La iconografía gira en torno a temas melancólicos y cotidianos que hacen referencia a la infancia y al pasado íntimo del pintor y casi siempre con la ciudad de Córdoba como fondo de la composición.
Otros temas tienen que ver con las alegorías, encarnadas en figuraciones femeninas ideales que hacen referencia a las Bellas Artes o a cuestiones abstractas como la soledad o el sueño -muy en la línea de toda aquella temática que se puso de moda a fin de siglo y que tanto eco encuentra en el ecléctico ambiente del Museo Cerralbo- o con la mitología, así como a una personal y subjetiva lectura e interpretación, en clave contemporánea y cordobesa del legado bíblico.