Conmemora el centenario de la exposición ‘Arte prehistórico español’ de 1921, un hito fundamental para la difusión del arte rupestre, y el reconocimiento de su valor universal
El Ministerio de Cultura y Deporte de España ha inaugurado en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira la exposición ‘Arte prehistórico, de la roca al museo’, un homenaje a la muestra ‘Arte prehistórico español’ de 1921 con la que el arte rupestre, por primera vez, entró en los museos.
La exposición, organizada por el Museo Arqueológico Nacional (MAN) y Acción Cultural Española (AC/E) con la colaboración de Bolsas y Mercados Españoles (BME), fue inaugurada por primera vez esta primavera en el MAN y viajará posteriormente a Portugal tras su paso por el Museo de Altamira. Durante los 4 meses que estuvo expuesta en el MAN, 19.605 personas visitaron la exposición.
Para Gema Agudo, directora general de Acción Cultural del Gobierno de Cantabria, este tipo de proyectos favorecen el fortalecimiento del vínculo entre instituciones como son el Ministerio de Cultura y Deporte y el Gobierno de Cantabria. Un vínculo materializado en una serie de colaboraciones en torno al arte rupestre, sello Cantabria, y tema central de esta exposición.
‘Arte prehistórico, de la roca al museo’ nos aproxima a la entrada del arte rupestre prehistórico en los museos y reflexiona sobre sus posibilidades de contextualización y exposición. “La cueva de Altamira ha tenido un papel fundamental, no solo por haber sido lugar del descubrimiento del arte rupestre, también porque su arte ha sido el protagonista en la evolución de las formas de exposición” ha afirmado la directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, Pilar Fatás.
Con una museografía inspirada en las excavaciones arqueológicas, la muestra cuenta con más de 250 piezas procedentes de las colecciones del MAN y del Museo del Traje. Piezas que, en su mayor parte, proceden de los fondos ubicados en los almacenes del MAN, y que ahora podrán disfrutar los visitantes, como ha apuntado Andrés Carretero, director del MAN. Entre estas piezas, el público podrá contemplar lienzos que reproducen algunas de las imágenes más representativas del arte rupestre español, expuestos por primera vez en 70 años, así como herramientas, ídolos, objetos cerámicos o estelas grabadas, procedentes del contexto arqueológico de dichas pinturas y que nos hablan del simbolismo, iconografía y de la vida cotidiana de los pintores y pintoras.
100 años difundiendo el arte rupestre
El descubrimiento e investigación del arte rupestre estuvo protagonizado por pioneros como Marcelino Sanz de Sautuola. Los sucesivos descubrimientos de lugares con arte rupestre zanjarán las conocidas polémicas por su autenticidad, y darán lugar a la creación de organismos que financiaron campañas de estudio, situando a España en la vanguardia en la documentación del arte de las sociedades prehistóricas.
Los esfuerzos realizados durante décadas cristalizaron en la exposición ‘Arte Prehistórico Español’, la primera en el mundo dedicada al arte rupestre, y celebrada ahora hace 100 años. Esta muestra marcó el hito fundacional de un camino que todavía seguimos recorriendo: la musealización y difusión del arte rupestre. Y es que, por primera vez, apareció el interés de dar a conocer el arte rupestre al gran público.
En este afán de hacer accesible el arte de nuestros antepasados, los organizadores de la exposición de 1921 encargaron siete lienzos que reproducían figuras de la cueva de Altamira, como la gran cierva del techo de Polícromos realizada por Benítez Mellado. Fue la primera vez que el público, acostumbrado a ver estas imágenes en blanco y negro, pudo contemplar las figuras a tamaño natural y en color. “’Arte prehistórico, de la roca al Museo’ homenajea a los pioneros en la documentación del arte rupestre, abarcando no sólo a los investigadores, sino también a los artistas que lograron llevar nuestro primer arte al gran público”, ha detallado Eduardo Galán, uno de los comisarios.
Otro de los hitos que marcó la ya centenaria exposición, fue que por primera vez se presentaba el arte rupestre de toda la península, extendiendo el campo de interés hasta el arte levantino y esquemático. Para ello, Juan Cabré, uno de los descubridores de este arte, elaboró frisos que representaban las figuras de los abrigos levantinos.
Desde entonces, los museos han seguido recorriendo el camino de la difusión del arte rupestre. A mediados del siglo XX el MAN reforma su exposición permanente, retirando los lienzos de Mellado y Cabré y sustituyendo estos recursos por una nueva forma de ver el arte mucho más inmersiva. Fue entonces cuando se instaló la réplica del techo de Altamira en los jardines del museo madrileño.
Y este camino que iniciaron algunos pioneros a finales del siglo XIX, ha llevado a que la UNESCO reconozca el Valor Universal Excepcional (VUE) de las primeras manifestaciones artísticas a través de sucesivas declaraciones de Patrimonio Mundial, con una larga relación de enclaves a lo largo del mundo, que en España se concretan en cuatro declaraciones.
El estudio de las colecciones, al servicio de la sociedad
La muestra ha sido comisariada por los técnicos del Departamento de Prehistoria del MAN. De este modo, los esfuerzos por afianzar y aumentar el conocimiento sobre las colecciones estatales se ven recompensados con su difusión a la sociedad.
Juan Antonio Martos ha centrado su carrera en el Paleolítico Inferior, habiendo excavado yacimientos como Torralba y Ambrona. En el ámbito del Paleolítico superior, ha estudiado el arte rupestre en yacimientos como Domingo García.
Eduardo Galán fue conservador del Palacio Real de Madrid, y actualmente es el conservador jefe del Departamento de Prehistoria del MAN.
Especializado en la Edad del Bronce, ha estudiado aspectos relacionados con la metalurgia de ese período, así como sus manifestaciones artísticas.
Ruth Maicas Ramos ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito de la Arqueología prehistórica y de la Etnología, con especial atención a la industria ósea y cerámica de las sociedades del Neolítico y Calcolítico peninsular.
Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España
Diecisiete cuevas decoradas del Paleolítico fueron inscritas como una extensión (2008) de la Cueva de Altamira, inscrita en 1985 por la UNESCO. La propiedad ahora aparece en la Lista como Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España. La propiedad representa el apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa, desde los Urales hasta la Península Ibérica, entre el 35.000 y el 11.000 a.C. Debido a sus profundas galerías, aisladas de las influencias climáticas externas, estas cuevas están particularmente bien conservadas.
Las cuevas están inscritas como obras maestras del genio creativo y como el arte realizado más temprano de la humanidad, siendo los criterios (i) y (iii) los que definieron su Valor Universal Excepcional. También se inscriben como testimonios excepcionales de una tradición cultural y como ilustraciones destacadas de una etapa significativa de la historia de la humanidad.