El Museo del Prado, la Obra Social “la Caixa” y el Consorcio de Museos de la Comunitat Valencia presentan en la capital valenciana la exposición “Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado” formada por 43 pinturas de los más destacados maestros del género que atesora el Museo. Se trata de la tercera exposición de fondos del Museo del Prado que se celebra en Valencia.
Tras “Goya. Luces y Sombras” en CaixaForum Barcelona, la presentación en el Centro del Carmen en Valencia de esta importante selección de paisajes es una nueva colaboración entre el Prado y la Obra Social “la Caixa” a partir de los fondos del museo. Ambas instituciones firmaron un acuerdo de colaboración el pasado año por el que la entidad financiera se convirtió en Benefactor de la pinacoteca.
“Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado” (Valencia 27 de septiembre – 2 de diciembre de 2012), coorganizada por el Museo del Prado, la Obra Social “la Caixa” y el Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, es una exposición de gran importancia, tanto por la extraordinaria calidad de las obras que la componen y la categoría de los maestros que las realizaron, como por la aproximación que plantea a las diferentes tipologías del paisaje que surgieron a lo largo del siglo XVII en Flandes y Holanda.
Se trata de la segunda exposición coproducida entre el Museo del Prado y la Obra Social “la Caixa” recientemente –tras el éxito alcanzado por “Goya. Luces y Sombras” en CaixaForum Barcelona, con más de 293.000 visitantes-. En esta ocasión, con “Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado”, el Museo del Prado regresa a Valencia para presentar la tercera muestra itinerante compuesta íntegramente por sus fondos, después de las celebradas en el Museo de Bellas Artes y en el IVAM en 2007.
“Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado” constituye una oportunidad excepcional para disfrutar de un recorrido por el evocador mundo del paisaje nórdico apreciando la maestría con la que los pintores representaron con fidelidad montañas, bosques, campiñas, ríos, mares, parajes cubiertos de nieve o canales helados, inmersos en una luz naturalista.
Durante la Edad Moderna, los italianos llamaron “nórdicos” a los pintores de las tierras que estaban más allá de los Alpes y fundamentalmente a los de los Países Bajos. Allí, el contexto social y cultural hizo que, a lo largo del siglo XVII, pintores y coleccionistas se apartaran en gran medida de los temas heroicos propios de la pintura de historia en favor de asuntos cotidianos, pero igualmente aptos para la pintura. Entre ellos estaba el paisaje, que pasó a convertirse en un género pictórico independiente en el que el asunto representado se relega a un segundo plano y se convierte en pretexto para representar con fidelidad los elementos de la naturaleza.
Comisariada por Teresa Posada Kubissa, Conservadora de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700), la muestra está compuesta por 43 obras y entre los pintores que integran esta exposición figuran los más destacados maestros del género, con obras tan representativas como Paisaje alpino de Tobias Verhaecht, uno de los maestros de Rubens; La vida campesina, La Abundancia y los Cuatro Elementos y Boda campestre de Jan Brueghel el Viejo, además de La visión de san Huberto que pintó en colaboración con Rubens o Mercado y lavadero en Flandes en colaboración con Joos de Momper el Joven; Paisaje con gitanos y Tiro con arco de David Teniers o los dramáticos Asedio de Aire-sur-a-Lys de Peeter Snayers y Bosque de Simon de Vlieger.
Las dos tipologías más características del paisaje nórdico –el paisaje de invierno y el paisaje de agua– están representadas con obras tan delicadas como El puerto de Ámsterdam en invierno de Hendrick Jacobsz Dubbels o Paisaje con patinadores de Joos de Momper el Joven; y por pinturas como Playa con pescadores de Adam Willaerts y Embarcando en una playa de Bonaventura Peeters, que unen el paisaje con la escena de género. Un puerto de mar y Paisaje con desembarco de holandeses en tierras de Brasil de Jan Peeters aluden a las lejanas tierras a las que las rutas comerciales llevaron a los holandeses. Y, por último, está Rubens, el gran maestro flamenco, cuyos paisajes constituyen la parte más íntima, más personal de su producción. De ellos se expone el soberbio Atalanta y Meleagro cazando el jabalí de Caledonia, una de las obras cumbres del paisaje nórdico. La exposición concluye con algunos de los paisajes encargados por el monarca español Felipe IV para decorar el palacio del Buen Retiro de Madrid a Claudio de Lorena, Jan Both y Herman van Swanevelt, los jóvenes pintores nórdicos que iniciaron en Roma el llamado “paisaje italianizante” que en Holanda contó con numerosos seguidores. El más destacado fue Philips Wouwerman, que se especializo en la representación de cacerías como Parada en la venta y Partida de caza y pescadores que adelantan ya el gusto rococó.
Secciones de la exposición
Esta exposición propone un breve recorrido, a través de nueve secciones, por las distintas tipologías de paisaje que surgieron a lo largo del siglo XVII en Flandes y Holanda:
1. La montaña: cruce de caminos, cruce de viajeros
2. El bosque como escenario: La vida en el bosque, El bosque bíblico y El bosque encantado
3. Rubens
4. La vida en el campo
5. En el jardín de palacio
6. Paisaje de hielo y nieve
7. Paisaje de agua: marinas, playas, puertos y ríos
8. Paisajes exóticos, tierras lejanas
9… y en Italia pintan la luz