En 1985, tres científicos británicos publicaron un artículo en la revista Nature que revelaba que había un gran agujero en la capa de ozono sobre la Antártida
La investigación causó conmoción en todo el mundo. La capa de ozono protege al planeta de la dañina radiación ultravioleta del sol y su pérdida diezmaría la vida en la Tierra.
La crisis dio lugar al Protocolo de Montreal , un acuerdo mundial histórico que ha puesto a la capa de ozono en el camino de la recuperación. Pero el Protocolo también tiene el potencial de hacer algo más: frenar el cambio climático. Al implementar sus obligaciones clave, los países podrían evitar lo que los expertos llaman un calentamiento global masivo, clave en un momento en que la temperatura del planeta está por las nubes .
“El Protocolo de Montreal ha ayudado a proteger al mundo de la mortal radiación ultravioleta del sol”, afirmó Megumi Seki, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría del Ozono administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). “También nos está ayudando a combatir otra catástrofe”.
He aquí un análisis más detallado del Protocolo de Montreal y cómo contrarresta el cambio climático
¿Qué es exactamente la capa de ozono?
La capa de ozono, situada entre 15 y 35 km por encima de la superficie de la Tierra, actúa como un escudo que protege a los seres humanos, los animales y las plantas de la dañina radiación ultravioleta (UV) del sol, en particular la UV-B. Sin la capa de ozono, la Tierra sería un lugar muy diferente: las cosechas se arruinarían y los seres humanos sufrirían todo tipo de problemas, desde cataratas hasta cáncer de piel.
¿Qué ha hecho el Protocolo de Montreal?
El acuerdo ha permitido eliminar gradualmente el 99% de las sustancias que dañan la capa de ozono, incluidos los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Estos refrigerantes solían encontrarse en frigoríficos, aparatos de aire acondicionado, espumas, aerosoles y extintores. Su desaparición ha puesto a la capa de ozono en vías de recuperación; los científicos estiman que volverá a los niveles anteriores a la década de 1980 en 2066.
¿Cómo aborda el Protocolo de Montreal el cambio climático?
La mayoría de las sustancias que destruyen la capa de ozono también contribuyen al calentamiento global. Al controlar estas sustancias y proteger los sumideros de carbono, como los bosques, de la radiación ultravioleta dañina, se espera que el protocolo evite un calentamiento de entre 0,5 °C y 1 °C para fines de siglo.
Pero la historia no acaba ahí. Los CFC y los HCFC han sido reemplazados en gran medida por los hidrofluorocarbonos (HFC). Aunque son inofensivos para la capa de ozono, los HFC son potentes gases de efecto invernadero. Algunos son miles de veces más aptos para atrapar el calor que el dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más común, afirma Seki.
La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, adoptada en 2016, tiene por objeto reducir gradualmente la producción de HFC en los próximos 30 años. Hasta el momento, 162 Estados y la Unión Europea han ratificado el tratado.
¿Qué efecto podría tener la Enmienda de Kigali sobre el calentamiento global?
La eliminación de los HFC podría evitar hasta 0,5 °C de calentamiento planetario para finales de siglo. Seki afirma que eso podría marcar una gran diferencia en la trayectoria del cambio climático. “Por cada fracción de grado que se calienta la Tierra, los impactos del cambio climático –desde sequías hasta incendios forestales y supertormentas– se vuelven más severos”, afirma.
Según el último Informe sobre la brecha de emisiones del PNUMA, un aumento de temperatura de 0,5 °C incrementaría la frecuencia y la gravedad de los fenómenos extremos de calor, las fuertes lluvias y las sequías regionales.
La eficiencia energética es también un pilar del esfuerzo mundial por aplicar la Enmienda de Kigali. A medida que los países reducen gradualmente los HFC, también están trabajando para hacer la transición a equipos de refrigeración que utilicen menos electricidad, lo que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la generación de energía.
¿La Enmienda de Kigali apoya otros esfuerzos para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero?
Sí. Los HFC también están incluidos en el Acuerdo de París, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C durante este siglo. La enmienda también sirve como base para iniciativas voluntarias como el Compromiso Global de Refrigeración . Lanzado en 2023, su objetivo es reducir las emisiones relacionadas con la refrigeración en más de dos tercios y mejorar drásticamente la eficiencia de los acondicionadores de aire, al tiempo que promueve soluciones de refrigeración pasivas.
¿Qué está haciendo el PNUMA en este ámbito?
El PNUMA alberga la Secretaría del Protocolo de Montreal y el Fondo Multilateral para la Aplicación del Protocolo de Montreal. El fondo está ayudando a 144 países en desarrollo a eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono, reducir gradualmente los HFC y, al mismo tiempo, mejorar la eficiencia energética de la refrigeración. Mientras tanto, el PNUMA, a través de su programa Acción por el Ozono , fortalece la capacidad de los países en desarrollo y de la industria para aplicar el Protocolo de Montreal.
Por último, la Coalición sobre Clima y Aire Limpio convocada por el PNUMA apoya la acción sobre los supercontaminantes climáticos, como los HFC, incluso mediante asociaciones y financiando proyectos transformadores a nivel mundial, regional y nacional.
¿Qué debe suceder a continuación para aprovechar todo el potencial refrescante de la Enmienda de Kigali?
La enmienda debe ser ratificada en su totalidad por todas las partes del Protocolo de Montreal; hasta ahora, 163 de las 198 partes lo han hecho. Seki afirma que la ratificación universal y la plena aplicación de la enmienda son fundamentales para maximizar su contribución a la reducción del aumento de la temperatura global. Asimismo, las mejoras de la eficiencia energética, que deberían producirse en medio de la reducción gradual de los HFC, son cruciales para satisfacer una demanda de refrigeración en rápido aumento y, al mismo tiempo, minimizar el calentamiento del planeta.
Secretaría del Ozono del Protocolo de Montreal
La Secretaría del Ozono del Protocolo de Montreal, con sede en Nairobi (Kenia), que forma parte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es la oficina administrativa de dos importantes tratados y acuerdos de protección del ozono: el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y el Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que
Agotan la Capa de Ozono. Ambos desempeñan un papel importante en la protección de la capa de ozono , un escudo invisible que rodea la Tierra y protege a todos los seres vivos de los efectos de la dañina radiación ultravioleta (UV) del sol. A través de la Enmienda de Kigali del Protocolo, adoptada en 2016, los países que la ratifican están ayudando a enfriar el planeta. Al reducir gradualmente el uso de hidrofluorocarbonos (HFC), potentes refrigerantes que calientan el clima, se evitará un calentamiento estimado de 0,5 °C para 2100. Si se combinan con mejoras en la eficiencia energética de los equipos del sector de la refrigeración, se podría duplicar esta cifra, lo que convierte a la Enmienda de Kigali en una poderosa herramienta de acción climática.