Un elemento que define su identidad y al mismo tiempo tantas veces olvidado en el universo cultural tras la poderosa omnipresencia del Atlántico. De esta realidad nace “Agua Dulce” (Auga Doce), una exposición multidisciplinar que nos invita a contemplar a través de la mirada prestada de los artistas y redescubrir la belleza infinita y universal del agua
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, le agradeció a Su Alteza Real El Príncipe de Asturias su visita a la Comunidad Autónoma de Galicia para visitar la exposición ‘Auga Doce’ y sumarse así al homenaje “a esa Galicia interior que aún atesora secretos que merecen la pena”.
El titular del Ejecutivo autonómico se ha referido a Galicia como un “afluente principal” de España y de la Europa a cuya transformación contribuyó decisivamente el Camino de Santiago. “Galicia es un río permanentemente renovado que no olvida su itinerario”, ha aseverado, a lo que ha añadido que, “lejos de querer alterar el camino que nos trajo hasta aquí”, Galicia desea seguir caminando en compañía de los pueblos “con los que compartimos tantas experiencias y éxitos comunes”.
El consejero de Cultura, Educación y Ordenación Universitaria, Xesús Vázquez Abad, firmó un convenio de colaboración con las organizaciones humanitarias ‘Pozos de Agua Mayo Rey’ y ‘Acción contra el Hambre’ en el marco de la exposición Agua Dulce (Auga Doce), que podemos ver en el Museo Centro Gaiás de la Ciudad de la Cultura de Galicia en Santiago de Compostela.
El país de los mil ríos, de nieblas literarias y nubes reales, de eternas borrascas y paisajes húmedas, rica en aguas del ocio y la salud… Galicia es agua dulce.
Pinturas, esculturas, fotografías, vídeos e instalación van de la mano de ingenios científicos, avances tecnológicos u objetos etnográficos. Un total de 700 obras que sumergen al visitante en una intensa experiencia estética a través de grandes nombres de la creación contemporánea como David Hockney, Gerhard Richter, Mario Merz, Louise Bourgoise, Martín Chirino o Chema Madoz y de maestros clásicos de la talla de Piranesi, John Constable, Henry Lewis o Audubon.
Agua Dulce (Auga Doce) supone un viaje por las propiedades de las aguas subterráneas gallegas, de sus ríos y manantiales, del aprovechamiento histórico que los gallegos han hecho del agua y de la plasmación artística de esta relación identitaria.
Pero la exposición trasciende la realidad gallega, invitando al visitante a conectarse con otros pueblos donde el agua define también su identidad y su cultura. Por primera vez en Galicia, Agua Dulce (Auga Doce) nos ofrece la posibilidad de explorar expresiones artísticas de comunidades culturales en las antípodas de la nuestra como la esquimal o el arte aborigen australiano; y aproximarse a otras realidades con las que compartir más de lo que pensamos como la africana o la oriental a través del arte japonés.
Agua Dulce (Auga Doce) ofrece una incursión acuática que comienza descendiendo al mundo subterráneo de las Aguas Escondidas, que explora una geografía mítica, fértil y de arquitecturas imposibles; para ir ascendiendo hasta el Agua en la Tierra, surcada de grandes ríos y paisajes sobrecogedores; Agua y Hombre, con una reflexión sobre el ciclo del agua y la lucha titánica del ser humano por dominarla y capturarla; hasta concluir Mirando al cielo, con el clima y el tiempo como centro de todo.