El Teatro de la Zarzuela presenta ‘El sobre verde’ de Jacinto Guerrero, una historia sobre los “efectos secundarios” del dinero protagonizada por artistas de 18 a 30 años
A estas alturas a nadie le cabe duda de que el Proyecto Zarza del Teatro de la Zarzuela, o lo que es lo mismo: zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes, es uno de los valores indiscutibles y reconocidos de este recinto lírico único en el mundo.
Con ‘El sobre verde’ de Jacinto Guerrero se cumple la sexta temporada de esta iniciativa creada por el director del Teatro, Daniel Bianco, con el propósito de popularizar el género entre las generaciones del siglo XXI.
Año tras año crece el alcance de un proyecto que en las audiciones celebradas antes del verano llegó a reunir a más de 800 artistas de entre 18 y 30 años que aspiraban a convertirse en uno de los 18 miembros del reparto. El público joven tiene una relevancia decisiva en el actual proyecto del coliseo, que de esta forma pretende que aquel se aproxime sin prejuicios a la zarzuela, dando así continuidad al género y afianzando su futuro.
Es por ello que el Proyecto Zarza es una de las iniciativas estrella del Teatro, y sirva como ejemplo el premio a la Mejor Iniciativa de Fomento de la Lírica otorgado en la última edición de los Premios Ópera XXI.
Dirigido a un público de entre 12 y 18 años, el título escogido en esta sexta edición es ‘El sobre verde’ de Jacinto Guerrero, que el propio compositor subtituló “Sainete con gotas de revista en dos actos”. Con un texto del dramaturgo Álvaro Tato que revisa el libreto original de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez, se trata de un espectáculo musical ambientado en el Madrid popular de hace un siglo, pero también en aquel Nueva York que ya rascaba los cielos con los tejados y las azoteas, con los pararrayos y las antenas de sus edificios infinitos.
La obra, que en su época tuvo un éxito formidable (se estrenó en Barcelona en enero de 1927 y en Madrid dos meses después), y que está a un simple lustro de cumplir cien años, es apreciada por Tato como una “comedia cabaretera, divertida y canalla con un tema que no ha perdido actualidad: el dinero”. Eso es, el dinero y lo que podríamos llamar sus inesperados “efectos secundarios”, o como la fortuna puede devenir en la peor de las pesadillas.
Puede decirse que los cantantes-actores de las distintas ediciones forman la joven compañía del Proyecto Zarza, y que cumplen también la misión de servir como cantera para las grandes producciones del Teatro. Y es que, a partir de su participación en el Proyecto, un buen número de ellos ha intervenido ya en algún título de las temporadas líricas.
En esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, la dirección musical y la escénica correrán a cargo, respectivamente, de Cecilia Bercovich (que tocará también el violín) y de Nuria Castejón, la escenografía está firmada por Ricardo Sánchez Cuerda, el vestuario es de Grabriela Salaverri y la iluminación de Juanjo Llorens.
En esta ocasión se ha contado también con el inestimable trabajo del director del Coro Titular del Teatro, Antonio Fauró, que ha trabajado en la preparación de las voces de los dieciocho actores-cantantes que participan en la obra y que estarán acompañados por una orquesta de cámara integrada por siete jóvenes músicos.
Las funciones programadas se presentarán en la sala principal del Teatro de la Zarzuela del 21 al 26 de febrero, y se alternarán pases escolares (para alumnos de ESO y Bachillerato) y funciones para el público general (23, 25 y 26 de febrero) con un total de 12 sesiones. Tal y como se ha venido haciendo en las cinco ediciones precedentes, tras el espectáculo se celebrará un coloquio entre el público y los artistas.
La función escolar del miércoles 23 de febrero (11h00) será emitida en directo a través de Facebook, YouTube y la página web del Teatro y quedará disponible en estos canales.
El Proyecto Zarza, zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes, supone un éxito rotundo cada temporada. En las cinco ediciones presentadas desde que se iniciara en 2016/2017, han ocupado las butacas del Teatro 35.000 espectadores, de los que más de 21.000 eran escolares, y han podido disfrutar de las funciones de ‘La revoltosa’, ‘El dúo de La Africana’, ‘La verbena de La Paloma’, ‘Agua, Azucarillos y Aguardiente’ y ‘Amores en zarza’. Sin contar, eso sí, las decenas de miles que las han seguido ya a través de internet.
¡Fiesta!
“¡Fiesta!”, así, con una sola palabra define Nuria Castejón ‘El sobre verde’ y el trabajo realizado. La directora de escena y coreógrafa de la producción tuvo un claro desafío desde el comienzo del proceso creativo. Este consistía en responder a una simple pregunta: ¿Cómo lograr que la gente de hoy, los jóvenes nacidos en este siglo XXI, conecten con las inquietudes y con el arte de aquella modernidad de los años 20 del siglo XX? Ella tiene claro lo que hacer y lo que no hacer para alcanzar este complejo objetivo: “En este caso no resulta necesario ni adecuado realizar un ‘salto’ y ubicar la historia de ‘El sobre verde’ en las calles del Madrid actual; no por vestir a nuestros cantantes con chándal y vaqueros lograremos esa conexión con los conflictos y situaciones que plantea una función ya de por sí plenamente moderna, divertida, clara, efectiva y poderosa en la sencillez de su planteamiento”.
Por eso decidieron que la mejor opción era invitar a los espectadores actuales a zambullirse en el ambiente callejero y cosmopolita de aquel entonces, “en una revisión colorista y sensual de aquella estética, y plantear una comedia musical de tono cabaretero y ritmo intenso, con un lenguaje escénico directo para revivir la modernidad de hace un siglo y redescubrir los ritmos que han dado origen a nuestra forma de entender la música de hoy en día”.
Así, con sumo entusiasmo, habla Castejón del espíritu del trabajo teatral que, “sobre una orquesta reducida que sintetiza las esencias del original, con un equipo artístico de primera fila en todos los aspectos y con un elenco joven cuajado de talento y entregado a la fiesta escénica, nuestro «El sobre verde» quiere revivir un pedazo de nuestra historia cultural y devolver al escenario a uno de los grandes clásicos de los orígenes de la modernidad musical y escénica española”.
En la música y la danza se imponen, entre otros, los ritmos de aquellos “felices veinte”: rápidos, frescos y atrevidos (charleston, fox, one-step…) que, como recuerda Nuria Castejón, sentaron las bases de la actual cultura del rock y el pop. Por tanto, estamos ante otra sugestiva, dinámica, fresca y vigorosa apuesta que una vez más celebra el compromiso del Teatro con los jóvenes artistas y los jóvenes espectadores.
Funciones escolares:
21, 22 y 24 de febrero (10h00 y 12h00)
23 y 25 de febrero (11h00)
Funciones abiertas al público:
23 y 25 de febrero, a las 20h00
26 de febrero, a las 12h00 y a las 20h00