Detrás de una Fundación siempre hay un gran impulso de generosidad y su retorno es haber conseguido resolver grandes problemas de la sociedad civil, además, allí donde existe un problema muy importante y otras instituciones no pueden resolver, hay un miembro de la Asociación Española de Fundaciones
Por Juan Ignacio Vecino
Pregunta.- ¿Qué es la Asociación Española de Fundaciones?
Respuesta.- Es la agrupación voluntaria de las Fundaciones que quieren pertenecer a la Asociación Española de Fundaciones (AEF). En la AEF decimos que, dónde hay un problema hay una fundación y, actualmente, contamos con más de mil asociados siendo todos ellos muy representativos de todos los ámbitos y sectores. Los fines que tenemos son muy claros, primero y principal representar a nuestros asociados y ser su voz ante el mundo social, político y económico pero, también tenemos como objetivo representar a la sociedad civil y mejorar la gestión, profesionalización y formación de las integrantes de las distintas Fundaciones. Detrás de una Fundación siempre hay un gran impulso de generosidad y su retorno es haber conseguido resolver grandes problemas de la sociedad civil. Las fundaciones nacen porque una persona o un grupo de personas han donado un mínimo de 30.000 € por el que el fundador pierde toda posibilidad de recuperar su donación. Ese patrimonio tiene que estar destinado a un fin de interés general y, además, los beneficiarios no pueden ser familiares o pertenecer al entorno del fundador. Por lo tanto, una fundación es una organización constituida sin fin de lucro, que tiene afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de fines de interés general.
P.- ¿Cuáles son sus objetivos?
R.- Tenemos un objetivo muy claro que es representar y defender al sector fundacional ante las autoridades y la sociedad, tanto a nivel nacional como internacional. También tenemos otro objetivo claro que es conseguir unos incentivos muy atractivos para que las personas físicas o jurídicas donen cantidades de dinero. Otro objetivo fundamental es articular el mundo fundacional junto con el resto de la sociedad civil realizando actos, eventos, conferencias, etc., y, como comenté anteriormente, mejorar la formación para conseguir una transparencia absoluta. El foco sobre la transparencia y buen gobierno de las Fundaciones lo tenemos puesto desde hace muchos años. Con la modificación de nuestros estatutos hemos conseguido que para ser miembro de la AEF los asociados publiquen sus cuentas anuales en la página web de la fundación y saber quién o quiénes son sus fundadores, sus beneficiarios, los donantes, etc. Me gustaría resaltar que, tanto en fundaciones, asociaciones o las ONG los dotantes tienen unas desgravaciones fiscales a través del IRPF. Asimismo, estamos intentando conseguir que las donaciones tengan una desgravación mayor que la que hay ahora en España que está en el 35 %. En Alemania, Francia, Italia y otros países de nuestro entorno las desgravaciones de los donantes llegan hasta el 70 %. Si conseguimos este objetivo el sector fundacional o también llamado Tercer Sector, recibirá mayores aportaciones de la sociedad civil. Lo último que conseguimos en España es que si una persona física o jurídica dona durante más de tres años seguidos la desgravación es del 35 %. Asimismo, nos ocupamos de una forma muy especial del micromecenazgo y que los primeros 150 € que donamos tienen una desgravación del 75 %, y esto es así porque según un estudio que realizamos sobre las declaraciones de la renta el 20 % de los declarantes son donantes.
P.- ¿Qué tipos de fundación existen y son reconocidos en el ordenamiento jurídico de España?
R.- Fundaciones del sector público: aquéllas que se crean con una aportación mayoritaria, directa o indirecta, de la Administración General del Estado, sus organismos públicos o demás entidades del sector público, o que su patrimonio fundacional, con carácter de permanencia, está formado en más de un 50% por bienes o derechos aportados o cedidos por las referidas entidades.
Atendiendo a los beneficiarios: Fundaciones laborales: aquéllas que se crean para beneficiar a los colectivos de trabajadores de una o varias empresas y sus familiares.
Atendiendo a los fines: Fundaciones culturales, asistenciales, educativas, de cooperación al desarrollo, de defensa del medio ambiente, entre otras.
También existe otro tipo de entidades que se denominan fundaciones, pero que están excluidas del ámbito de la Ley 50/2002. Por ejemplo, las fundaciones de Patrimonio Nacional.
Si hablamos de su financiación, las más de ocho mil fundaciones que hay en España que mueven una actividad del 0,9 % del PIB, es decir, sobre ocho mil millones de euros de ingresos y de gastos -todo lo que se ingresa se gasta- provienen del 10 % de rendimientos del patrimonio, otro 10 % de aportaciones de personas físicas, el 30 % de aportaciones de personas jurídicas, el 35 % proviene de las actividades económicas que realizan las propias fundaciones, y el 15 % restante procede de las administraciones públicas por los servicios que ofrecen las fundaciones allí donde ellos no llegan o no pueden. Pero también hay grandes empresas que son las que financian sus propias fundaciones como ocurre con la Caixa, que es la Fundación más grande que hay en España y ellos se ocupan de dar ese servicio social.
P.- ¿En qué actividades intervienen?
R.- Son muchas y muy diversas. Por ejemplo, nuestros asociados llegan allí donde hay un problema muy importante y otras instituciones no pueden resolver. Estoy hablando de casos diversos y de distinta envergadura, como puede ser en sanidad un problema de enfermedades raras, que primero son atendidos por fundaciones y luego pasan a las distintas instituciones del Estado, pero que los primeros medios e iniciativas han sido puestas en marcha y desarrolladas por alguno de nuestros asociados. Otra actividad en la que las fundaciones están absolutamente comprometidas es con la educación y, concretamente con las becas de postgrado para estudiantes. Pero también el mundo cultural es uno de los grandes beneficiados por parte de las fundaciones. Los lugares a los que el público en general asiste a ver exposiciones, escuchar conciertos, oír conferencias, etc., es gracias a que las fundaciones crean espacios para que la sociedad civil se beneficie y amplié sus conocimientos del mundo cultural. Pero tampoco debemos olvidarnos un asunto que hoy día está muy comprometido como es el medio ambiente. En cuanto al tema tan controvertido del mecenazgo nosotros tenemos muy claro que no solo se dirige a una actividad cultural, también se dirige a actividades sociales.
Para fomentar la actividad la AEF creó en 2016 los Premios de la Asociación Española de Fundaciones con carácter anual. Dichos galardones reconocen valores o actitudes que reflejen la esencia del sector fundacional como plataforma para resolver las demandas y problemas de los ciudadanos. Se distinguen tres modalidades: Premio a la Iniciativa Filantrópica, Premio a la Colaboración y, Premio a la Innovación Social y se pretende reconocer socialmente iniciativas filantrópicas personales. Subrayar el trabajo colaborativo entre fundaciones para maximizar la escala de los proyectos y su impacto y resaltar la capacidad de responder eficazmente a nuevas demandas sociales no atendidas o de introducir una innovación disruptiva en la respuesta a una demanda ya atendida.
En la segunda edición de los Premios AEF que entregaremos este año, los galardonados han sido: Amancio Ortega, Fundación Accenture y Fundación Recover.
P.- ¿Quién puede crear una fundación?
R.- Una fundación la puede crear, como dije anteriormente, una persona física o jurídica y, para ello, tiene que establecer claramente en los estatutos cual es su finalidad, los objetivos, la donación económica y, además, que cumpla con un interés general para la sociedad.
P.- ¿Por qué es interesante crear una fundación?
R.- Sobre todo para contribuir a resolver fines de interés general desde el sector privado, además, según el artículo 34 de la Constitución española, el Estado tiene la obligación de amparar y apoyar a las personas físicas o jurídicas que quieran crear una fundación. Por otro lado, nosotros llegamos donde no llegan las distintas administraciones públicas que, como hemos visto en épocas de crisis, poco aportan a la sociedad y, ahí es donde las distintas fundaciones realizan su gran labor social. Por resumir, es el claro ejemplo de que la colaboración público privada funciona correctamente y se complementa. Una de las ventajas de las fundaciones es su agilidad y, voy a poner un ejemplo: llevamos muchos años hablando de que es necesario llegar a un pacto político por la educación y, que cada partido ha ido a defender sus propios intereses, pues bien, en la AEF vimos claro que la Formación Profesional Dual era fundamental para el desarrollo del país. Llegados a este punto, algunas fundaciones se ocuparon de resolver este tema y ponernos a la altura de países como Alemania, por tanto, en muchos casos, como yo digo, las fundaciones son laboratorios sociales. Otro gran ejemplo de la validez de las fundaciones es el tema del emprendimiento. España no tenía una cultura emprendedora, pero las fundaciones de todos los ámbitos han creado a través de cursos, programas, aportaciones económica y un gran apoyo general para que los jóvenes no tengan el concepto de un trabajo en la administración o las empresas que les resten posibilidades de crear aquello para lo que están capacitados. Estos ejemplos son suficientes para demostrar que no existieran fundaciones tendríamos que inventarlas.
P.- ¿Qué derechos y obligaciones tienen los miembros de la AEF?
R.- Como ya comente, aparte de las fiscales y demás obligaciones, nosotros exigimos que cumplan con la obligación de transparencia para poder tener una buena reputación social. En cuanto a derechos, podemos destacar los siguientes: representación, asesoría, formación, relaciones internacionales, publicaciones, grupos de trabajo, información y documentación, ayudas y subvenciones, convenios y alianzas y buen gobierno y transparencia. Me gustaría resaltar que a los cursos de formación pueden asistir tanto asociados como los que no lo son, para ello hay establecidas unas tarifas y, son impartidos por profesionales de reconocido prestigio en su ámbito, además, tenemos una colaboración muy estrecha con la Universidad San Pablo CEU. Para concluir con esta pregunta les diré que, nosotros queremos que las distintas fundaciones se conozcan y, que se realice un traspaso de información y experiencias entre ellas para que entre todos mejoren en su actividad.
P.- ¿Qué hay de cierto en determinados comentarios que afirman que las fundaciones se crean para defraudar o evadir impuestos?
R.- En este aspecto debemos mejorar la comunicación para evitar cualquier tipo de sospecha. Pero esa apreciación no es cierta y las fundaciones se crear para realizar un bien social.
P.- ¿Qué les aconsejaría a los que estén pensando crear una fundación?
R.- Para la AEF no hay fundación grande o pequeña, cada una aporta en su actividad su saber hacer y, todas son igual de válidas independientemente de su aportación en la creación de la fundación. Además, una fundación aporta a sus promotores grandes satisfacciones personales.
P.- ¿Qué le pediría a la Administración?
R.- Lo primero es que el protectorado sea un órgano profesional, único y transparente y, en segundo lugar, tenemos pendiente el tema de los incentivos fiscales para llegar a unos porcentajes dignos como ocurre en el resto de los países de nuestro entorno.
Breve historial de Javier Nadal Ariño
Nacido en Aren (Huesca). Es Ingeniero de Telecomunicación por la
Universidad Politécnica de Madrid, cuenta con el CES de la Facultad de CC
Económicas y Sociología de la Universidad Complutense. Desde 2013 es Presidente de la Asociación Española de Fundaciones (AEF). De 2004 a 2013
Vicepresidente Ejecutivo de Fundación Telefónica y lideró la acción social
de Telefónica a través de los programas globales de la Fundación y de sus
actividades en los países en los que está presente. También es Secretario
del Consejo Social de la UNED.
Empezó su carrera profesional en investigación y desarrollo en la Empresa
Telettra SPA en Milán, Italia y posteriormente en España.
Fue Director General de Telecomunicaciones y Delegado del Gobierno en la
Compañía Telefónica desde 1985 a 1995 y Presidente de Retevisión desde 1989 a 1994.
Se incorporó al Grupo Telefónica en 1995. Ocupo los cargos de Director
General de Regulación de Telefónica Latinoamérica de 1999 a 2002,
Presidente de Telefónica de Argentina de 1995 a 1997 y Presidente de
Telefónica de Perú de 2003 a 2004.
Ha sido Secretario General del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación.
Ha colaborado en proyectos de ayuda al desarrollo en PNUD, Cuba.
Ha escrito numerosos artículos y colaborado en publicaciones y libros en el
entorno de las telecomunicaciones y de la sociedad de la información.
Enlaces
Asociación Española de Fundaciones, Javier Nadal Ariño, PNUD