El violento intento de asesinato perpetrado contra una adolescente pakistaní y activista pro educación de las niñas, Malala Yousafzai, inspiró la creación del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación
Fondo Malala de la UNESCO, que forma parte de la Alianza Mundial para la educación de las niñas y mujeres «Una vida mejor, un futuro mejor», fue creado en 2012 con el objetivo de ampliar el acceso de las niñas a una educación de calidad sensible a las cuestiones relativas al género, así como de garantizar entornos de aprendizaje seguro, en particular en los países afectados por conflictos y desastres. La República Islámica de Pakistán aportó una contribución inicial de 10 millones de dólares estadounidenses y, a partir de 2014, el Grupo CJ se convirtió en uno de sus mayores contribuyentes del Fondo, al igual que otros colaboradores.
Objetivos del fondo
El Fondo brinda apoyo en la implementación de programas holísticos que tienen por objeto:
- Ampliar el acceso a la educación para las niñas y mujeres, especialmente aquéllas a las que es más difícil llegar y que han sido afectadas por conflictos y desastres.
- Mejorar la calidad y el papel de la educación, garantizando que el contenido, las prácticas de enseñanza, los procesos y entornos de aprendizaje sean sensibles al género
- Reforzar la política y la capacidad para garantizar entornos de aprendizaje seguros
Ejemplos
- Camboya
La UNESCO refuerza las capacidades de lectoescritura de 1,760 jóvenes trabajadoras del sector textil en 22 fábricas de ropa en Phnom Penh y Siem Reap con miras a mejorar su calidad de vida. Se han elaborado materiales didácticos para facilitar la implementación sostenible de programas de lectroescritura en algunas fábricas a lo largo de Camboya.
- Egipto
La UNESCO refuerza las habilidades en lectoescritura de 600 mujeres y niñas, así como las competencias necesarias para la vida en cuestiones de salud, modos de subsistencia y participación ciudadana mediante 12 Centros de Aprendizaje Comunitarios (CLCs por sus siglas en inglés). Asimismo, puso en marcha y concluyó un programa de formación de formadores con 124 instructores y monitores de lectoescritura en seis provincias.
- Mauritania
A la vez que la UNESCO amplía la educación y desarrolla las oportunidades y la adquisición de competencias de 300 niñas y mujeres por conducto de los CLC, promueve la reinserción en la enseñanza formal de educandos que han abandonado la escuela a fin de mejorar su poder adquisitivo y situación socioeconómica.
- Mozambique
La UNESCO está enfrascada en empoderar y mejorar las capacidades de lectoescritura de los padres y tutores en aras de contribuir al aprendizaje de los niños y al desarrollo de sus habilidades. Más de 50 técnicos (las mujeres representan el 42 por ciento) han recibido una formación en materia de desarrollo de las capacidades de lectoescritura en el ámbito familiar y ha elegido a más de 580 beneficiarios (las mujeres representan 95 por ciento) y 18 maestros de lectoescritura. Trece cursos utilizan programas regulares de lectoescritura que favorecen a unos 475 estudiantes (las mujeres representan el 71 por ciento).
- Nepal (Proyecto I)
La UNESCO garantiza el desarrollo de las capacidades de más de 160 directores de escuelas en materia de presupuesto, liderazgo y gestión escolar sensibles a las cuestiones de igualdad de género, y garantiza el empoderamiento de unas 100 niñas y mujeres a las que permite desarrollar habilidades para generar los ingresos adecuados en el plano local, y las pone en relación con los programas de búsqueda de empleo.
- Nepal (Proyecto II)
La UNESCO mejora la calidad y garantiza la pertinencia en materia de educación de las niñas en los seis distritos más afectados por el terremoto de Nepal, mediante cursos de formación impartidos a 600 proveedores de servicios educativos, en el marco de la enseñanza compatible con las cuestiones de igualdad de género. De este modo, refuerza las capacidades de 100 escuelas y CLC en asesoramiento de las niñas, así como la formación de más de 1,000 mujeres y adolescentes con miras a que desarrollen aptitudes generadoras de ingresos.
- Pakistán
Desde 2014, el Programa UNESCO para el derecho de las niñas a la educación apoya los esfuerzos de Pakistán para aumentar el acceso y mejorar la calidad de la educación primaria de 40,000 niñas en nueve regiones en el plano nacional y provincial, mediante el fortalecimiento de capacidades y por conducto de intervenciones específicas en el ámbito institucional y comunitario, y en particular en las comunidades marginadas. Se espera que 60,000 miembros de la comunidad se conviertan en defensores de la educación de las niñas. Además, 600 maestros recibirán capacitación en una enseñanza multigrado y en aprendizaje basado en la actividad, y 35 funcionarios locales de educación mejorarán su capacidad de liderazgo y de gestión educativa.
- República Unida de Tanzania
La UNESCO amplía el número de contextos de aprendizaje seguro, promueve el empoderamiento de las niñas y trabaja para vencer la resistencia de las comunidades con respecto a la educación de las niñas. Más de 5,000 niñas han sido beneficiadas mediante la creación de 60 contextos seguros, y se consultó a más de 400 líderes comunitarios, religiosos y tradicionales en aras de definir las cuestiones fundamentales que repercuten en la educación de las niñas. Se reconocieron veinte líderes (entre los que figuran imames) como los paladines en problemáticas tales como el matrimonio infantil y el embarazo precoz. Asimismo, cuarenta directores, docentes y funcionarios educativos de distritos recibieron una formación pedagógica afín a las cuestiones de igualdad con miras a promover la inclusión de las niñas.
- Viet Nam
La UNESCO incorpora las cuestiones de género en la planificación, gestión y provisión de servicios en el sector educativo y respalda, mediante intervenciones en los medios de comunicación, los cambios en las normas de género. El Ministerio de Educación y Formación ha implementado un Plan de Acción para la igualdad de género en el sector educativo para el período 2016-2020. Cincuenta profesionales (8 hombres y 42 mujeres) pertenecientes a 18 agencias de medios de comunicación adquirieron nuevas competencias para mejorar los aspectos de comunicación relativos a las cuestiones de igualdad de género. Asimismo, 49 estudiantes de escuelas secundarias (29 niñas y 20 niños) aumentaron sus capacidades como jóvenes periodistas en la realización de reportajes sobre las problemáticas relativas al género. Los responsables de elaborar planes de estudio y manuales (34 hombres y 70 mujeres) reforzaron la capacidad de integrar las cuestiones de género en sus programas y libros de texto.
- Nigeria
La UNESCO trabaja con miras a crear contextos de aprendizaje seguro y de paz en las regiones afectadas por conflictos violentos y secuestros en las escuelas. Más de 100 escuelas de primaria, secundaria básica y secundaria superior resultaron favorecidas por los talleres impartidos en materia de medidas de seguridad, y recibieron, además, materiales educativos, y en particular, 2,000 carpetas de seguridad escolares.
- Guatemala
La UNESCO está ampliando la educación de más de 500 niñas, adolescentes y mujeres indígenas en el altiplano occidental de Guatemala. El proyecto también tendrá beneficios más amplios a largo plazo, llegando a 40,000 escuelas, más de 1 millón de estudiantes guatemaltecas y 650,000 adolescentes y mujeres jóvenes indígenas en todo Guatemala.
Magdalena Cox Xum es un ejemplo y una heroína de los tiempos modernos
Preparar el camino de la educación de las mujeres en las comunidades indígenas de Guatemala.
Cox Xum es la primera coordinadora educativa del Centro UNESCO-Malala de San Andrés Xecul, Totonicapán, en Guatemala, creado en el marco del nuevo proyecto respaldado por el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación. Comenzó a trabajar en el Centro en marzo de 2018, pero su contribución a la educación de las mujeres empezó hace mucho tiempo en Nimasac, la aldea de donde es originaria.
Modelos a seguir
Magdalena es la más joven de un grupo de cuatro hermanas y cinco hermanos. Es también la única que, junto con su hermano menor, terminó la escuela y escogió convertirse en docente. No obstante, por ser mujer, Magdalena temía que su sueño de convertirse en docente no se realizara. Pensaba que no llegaría a terminar el 6° grado, como le había sucedido a sus ocho hermanos y hermanas, y también a muchas otras jóvenes de su municipio.
En San Andrés Xecul, Totonicapán, el Anuario de Estadísticas del Ministerio de Educación indicaba que en 2016 la tasa de escolarización de las niñas en edad escolar en la enseñanza primaria fue del 35%, y sólo el 10% de las alumnas entre 12 y 21 años de edad se habían inscrito en la enseñanza media para niños de 10 a 13 años, y sólo el 1% en el instituto de enseñanza secundaria. A pesar de la renuencia inicial de su padre, la madre de Magdalena comprendió su voluntad de estudiar y la apoyó hasta que obtuvo su título de docente intercultural bilingüe de enseñanza primaria. Su madre se convirtió en el primer ejemplo de aquello que ella deseaba ser para su comunidad, una mujer capaz de reconocer el potencial y el afán de superación de otras mujeres y que podía ayudarlas a alcanzarlos.
La educación es una prioridad
Desde que se convirtió en docente, Magdalena se ha comprometido en ayudar a las mujeres de su comunidad, incluso cuando en ésta la educación no se considera una prioridad. ¿Por qué deberían dejar que estudiaran? Es una de las preguntas que con más frecuencia le hacen. Magdalena contó su propia historia para que sirviera de ejemplo a los padres y miembros de la comunidad en cuanto a la importancia de la educación y los beneficios que se obtienen de los programas de educación no formal.
Su acción ha rebasado el papel que normalmente desempeña una docente. Ha tocado a muchas puertas y se ha encontrado con mujeres que desean realizar estudios, pero que no tienen la posibilidad de hacerlo por falta de flexibilidad en los programas de educación formal o debido al contexto cultural o económico en el que viven. Ha abierto las puertas de su propia casa para impartir clases a sus alumnas, invirtiendo sus propios recursos para comprar una pizarra blanca y bancos. Magdalena le dijo a una mujer “[por la] mañana podrás cuidar de tus animales y por la tarde vendrás [a estudiar] conmigo”. Esta mujer llegó hasta el final del 6° grado.
Los Centros UNESCO-Malala, apoyados por el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, permiten que la educación ocupe el lugar que le corresponde en las comunidades. Gracias a la ayuda de coordinadores comprometidos como Magdalena, las niñas y las mujeres escogerán un programa de educación no formal adaptado, dispondrán de los materiales necesarios y buscarán la instalación y el programa para los grupos de estudio. Los coordinadores del centro que son originarios de la región, y que comunican mediante la lengua indígena pertinente y comprenden el contexto cultural, ayudarán también a que las comunidades hagan suyo el proyecto, algo que constituye uno de los factores fundamentales para su continuidad.
Gracias al Centro y a su labor como coordinadora educativa de un Centro UNESCO-Malala, Magdalena tendrá las oportunidades y el espacio necesarios para ampliar sus denodados esfuerzos y para dar una educación a las niñas y mujeres jóvenes indígenas de San Andrés Xecul, Totonicapán y, esperamos que así sea, de forma más general, de toda Guatemala.
Nuevo proyecto para mejorar la educación de las niñas y mujeres indígenas en Guatemala
Las niñas, adolescentes y mujeres indígenas de Totonicapán, Guatemala, harán valer su derecho a la educación en dos centros Malala de la UNESCO, que se abrirán como parte de un nuevo proyecto auspiciado por el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, que comenzará en 2018.
Francisca no tuvo otra opción. Al llegar al tercer grado, tuvo que abandonar la escuela. Francisca comenzó a trabajar en el campo y a cuidar a sus hermanos y hermanas para ayudar a sus padres. Para la mayoría de las niñas indígenas de Guatemala que viven en el seno de familias pobres con muchos hermanos, estudiar es impensable.
A partir del año 2018, el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación apoyará la creación de un modelo educativo para las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de Totonicapán, en Guatemala, mediante el establecimiento de dos centros Malala de la UNESCO. El nuevo proyecto, dirigido por la Oficina Regional de la UNESCO en Guatemala, tiene como objetivo fomentar el derecho de las adolescentes y mujeres jóvenes indígenas a recibir educación, especialmente aquellas que están marginadas por el sistema educativo por razones vinculadas al género, la etnia, ruralidad y la pobreza.
En Guatemala, el 11% de las niñas y adolescentes entre los 11 y los 19 años de edad no ha recibido ninguna educación formal. En realidad, las adolescentes entre los 15 y los 19 años de edad representan el porcentaje más alto de aquellas que no saben leer ni escribir. En este país, el promedio nacional de años de escolaridad para las niñas es de 4 a 6 años; en las regiones en donde la población indígena es predominante, la media es de 2,6 años (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2015).
En numerosos países los sistemas educativos están arraigados en tradiciones ancestrales o patriarcales. Guatemala, por ejemplo, aún no ha establecido una política de igualdad de género que brinde apoyo a las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes que se hallan en situaciones de subordinación y desvalorización. El nuevo proyecto, por consiguiente, también contribuirá a reforzar las políticas que promueven la educación de las niñas y las jóvenes mujeres como parte del sistema educativo nacional.
Santa María Chiquimula y San Andrés Xecul, dos municipios de Totonicapán, fueron seleccionados para el establecimiento de los dos centros Malala de la UNESCO. En estos dos municipios, la población indígena supera el 98%, el índice de pobreza familiar está entre el 73% y el 89%, el analfabetismo de los jóvenes supera el 59%, el acceso a los servicios de salud es restringido y la tasa de natalidad por cada 1,000 mujeres supera el 69,8%.
Este nuevo proyecto se basa en el programa «Saqilaj B’e: vía libre para que las adolescentes indígenas de Guatemala hagan valer sus derechos», que fue llevado a cabo por el equipo de educación de la Oficina Regional de la UNESCO en Guatemala, entre 2013 y 2017. Dicho proyecto favoreció la reinserción escolar de más de mil niñas y mujeres indígenas en Huehuetenango y Totonicapán, dos departamentos de Guatemala. Francisca fue una de las beneficiarias de este programa. Cuando cumplió 19 años, representantes del proyecto visitaron su comunidad y le brindaron su apoyo para que pudiera continuar sus estudios en el marco de un programa acelerado de educación primaria del Ministerio de Educación. Gracias a este apoyo, Francisca pudo terminar la escuela primaria. Ahora trabaja como cocinera en una cafetería donde gana dinero para ella y su familia. Su sueño es completar la escuela secundaria y continuar sus estudios para convertirse en una chef profesional. Para Francisca «la educación es un alimento que nos hace crecer«.
El proyecto Saqilaj B’e ha servido de lección para aprender a reducir los obstáculos a los que deben hacer frente las niñas y las mujeres jóvenes de Totonicapán para acceder a la educación. Hoy día, mediante este nuevo proyecto, la UNESCO quiere seguir apoyando a estas niñas, adolescentes y jóvenes mujeres indígenas, y a muchas otras, para que puedan realizar sus sueños.
Saqilaj B’e
El nombre del programa, Saqilaj B’e, significa “camino blanco” en idioma maya K’iche’. Connota un camino libre de obstáculos, abierto y limpio, como el camino hacia el empoderamiento que quisiéramos propiciar para las participantes en el programa.
El programa conjunto (PC) Saqilaj B’e: Una ruta crítica para hacer valer los derechos de las adolescentes” ha sido diseñado como parte del acuerdo entre el Gobierno de Guatemala y el Sistema de las Naciones Unidas, aprobado a través del Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El PC busca promover el empoderamiento de niñas, jóvenes y adolescentes indígenas con énfasis en la prevención de embarazos. La meta es lograr que las niñas y adolescentes participen activamente en la toma de decisiones de problemas que afecten sus vidas. Al mismo tiempo, el programa promueve su participación a nivel comunitario y nacional para que se conviertan en agentes que luchan por sus derechos.
El programa integra las cinco prioridades estratégicas de la “Declaración Conjunta de las Naciones Unidas para acelerar los esfuerzos para avanzar en los derechos de las adolescentes” en el marco de los tratados internacionales y la legislación nacional. Brinda la oportunidad de apoyar a los portadores de obligaciones para la protección de los derechos de las adolescentes, especialmente al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el Ministerio de Educación (MINEDUC), el Sistema de Consejos de Desarrollo y los gobiernos locales. La iniciativa surge en el Grupo de Trabajo (GT) de Adolescencia y Juventud de las Naciones Unidas en Guatemala, quienes a través de un profundo y franco proceso reflexivo han dado un paso firme en el proceso de Reforma de las Naciones Unidas al plantear un Programa Conjunto que potencializa las capacidades de las Agencias Participantes y asegura mecanismos de colaboración funcionales. El área de intervención ha sido seleccionada por las condiciones de alta vulnerabilidad que enfrentan las adolescentes indígenas: los departamentos de Totonicapán y Huehuetenango.
Las causas que se asocian a la exclusión, marginación y violencia contra las adolescentes en el área de intervención se pueden agrupar en: i) Debilidad en la atención de los servicios de salud, especialmente en materia de salud reproductiva y sexual, abordada en el Resultado 1, ii) Acceso limitado de las adolescentes a los servicios de educación con pertinencia cultural, correspondiente al Resultado 2, iii) La violencia contra las adolescentes como un mecanismo para mantener su subordinación y la máxima manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres en el Resultado 3, se incide en los mecanismos comunitarios e institucionales de prevención y atención integral); iv) La falta de información que, a su vez, limita la toma de decisiones a favor de las adolescentes indígenas, lo cual se desarrolla a lo largo del PC con el Resultado 4; y v) Como corolario de lo anterior, la poca participación privada y pública de las adolescentes indígenas en los procesos de toma de decisión que afectan sus vidas, a lo cual se dirige el Resultado 5.
El PC plantea cinco resultados que se complementan y prestan especial atención a la perspectiva de igualdad de género y pertinencia cultural: R.1. Se ha promovido el acceso de las adolescentes a una atención integral en salud, con enfoque intercultural. R.2. Se ha facilitado el acceso de las adolescentes a procesos educativos formales y no formales. R.3. Se ha promovido que las adolescentes vivan una vida libre de violencia. R.4. Se ha generado y/o mejorado el manejo de información sobre la situación de las adolescentes. R.5. Se ha promovido la participación activa de las adolescentes en la toma de decisiones que afectan su vida. La garantía de la sostenibilidad es que el PC fortalece institucionalmente al MSPAS, MINEDUC e INE, así como, construye y potencializa el tejido social comunitario vinculado a las adolescentes indígenas.