El Secretario General de la ONU Antonio Guterres considera que los acontecimientos de las últimas horas han llevado la situación a un punto en el que cada hora aumenta el riesgo de una mayor escalada y advierte que de no haber un alto el fuego inmediato, la situación puede quedar fuera de control
“En los últimos días he alertado repetidamente del riesgo de una escalada grave de las hostilidades en el noroeste de Siria. Y me temo que con los sucesos de las últimas 24 horas, hemos llegado a ese punto”, dijo este viernes el Secretario General de las Naciones Unidas, refiriéndose a los bombardeos del ejército turco a objetivos militares sirios tras la muerte de 33 de sus soldados el jueves durante bombardeos de las fuerzas sirias en Idlib.
António Guterres se dirigió a la prensa en el edificio de la ONU en Nueva York para subrayar el presente como “uno de los momentos más alarmantes del conflicto en Siria”, que pronto entrará en su décimo año.
“Sin una acción urgente, el riesgo de una mayor escalada aumenta cada hora y, como siempre, los civiles pagan el precio más alto”, señaló, recordando que casi un millón de personas ha huido de sus hogares en los tres meses pasados.
Advirtió que el nudo que ahorca a los sirios sigue apretándose a medida que los frentes de batalla se aproximan a zonas densamente pobladas.
“La necesidad más apremiante es un alto el fuego inmediato antes de que la situación se salga completamente de control. En todos mis contactos con los involucrados he repetido un simple mensaje: aléjense de una mayor escalada”, declaró.
“No hay solución militar”
Guterres afirmó que una década de hostilidades sólo ha acarreado ruina y miseria.
“No existe una solución militar. La única vía es un proceso político facilitado por la ONU que se ajuste a la resolución 2254 del Consejo de Seguridad”, puntualizó.
Dicha resolución llama a un alto el fuego en todo el territorio sirio.
“Ahora es el momento de darle una oportunidad a la diplomacia. Es esencia que cese el fuego”, reiteró.
Guterres instó también a proteger a la población civil, citando los bombardeos aéreos a escuelas e instalaciones médicas, así como a los campamentos y asentamientos de familias desplazadas que buscan ponerse a salvo del fuego.
Al responder a una pregunta de los periodistas, el titular de la ONU informó que ha mantenido un contacto muy cercano con las autoridades turcas y rusas para conminarlas a un alto el fuego y agregó que “aún no se llega a ese acuerdo”.
“Espero que alcancemos ese punto pronto porque la situación puede salirse completamente de control”, insistió.
Asimismo, adelantó que la ONU prepara una misión humanitaria para viajar a Idlib, al noroeste de Siria, para saber con certidumbre lo que está ocurriendo en esa zona del país.
La escalada de enfrentamientos entre fuerzas sirias y turcas puede tener consecuencias impredecibles
“Durante casi un año hemos visto una serie de ofensivas terrestres del Gobierno sirio apoyadas por bombardeos aéreos rusos. Este mes se han repetido los enfrentamientos mortales entre las fuerzas turcas y sirias. Todo esto significa que, además de una situación humanitaria dramática y deteriorada, nos enfrentamos al riesgo de una confrontación cada vez más grave con consecuencias cada vez más impredecibles”, destacó.
Guterres recordó que la zona de distensión de Idlib se estableció en 2017 y fue objeto de un nuevo acuerdo entre la Federación de Rusia y Turquía en septiembre de 2018, a través del memorando de Sochi.
“Sin embargo, a finales de febrero de 2019 el acuerdo comenzó a tambalearse, a pesar de varias prórrogas del cese al fuego en los meses siguientes, la más reciente el 12 de enero”, clarificó.
Tras recordar sus reiteradas peticiones a actores clave, pública y directamente, solicitando un alto el fuego inmediato en Idlib “para poner fin a la catástrofe humanitaria y ahora también para evitar una escalada incontrolable”, reiteró una vez más que no hay una solución militar al conflicto en Siria. “La única solución posible es política”, añadió.
Se precisa mayor ayuda de los donantes internacionales
El titular de la ONU recordó que, desde el 1 de diciembre del año pasado, el conflicto ha forzado el desplazamiento de unas 900.000 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, y que los combates se dirigen hacia zonas que concentran un gran número de población, entre ellos muchos desplazados.
“A medida que se reducen los espacios seguros, se incrementan las posibilidades de sufrimiento humano”, destacó.
Estimó en 2,8 millones el número de personas que necesitan asistencia humanitaria en el noroeste de Siria y que sus cálculos para ayuda de emergencia se han quedado ostensiblemente cortos debido a la magnitud de la crisis.
“A principios de mes pensamos que tendríamos que atender a 800.000 personas desplazadas por la reciente y continua violencia. Ahora, necesitamos algo mucho mayor. Estamos revisando nuestros planes y lanzaremos un llamado urgente a los donantes a fin de que aporten 500 millones de dólares adicionales para cubrir las necesidades de los nuevos desplazados durante los próximos seis meses”, declaró.