“En lugar de balas, necesitamos arsenales diplomáticos” para luchar por la paz dijo en el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, Cáceres (España)
El Secretario General de la ONU indica que las guerras y crisis humanitarias cada vez “son más complejas, interdependientes y cada día tienen mayores consecuencias”, mientras emplaza a conseguir la paz mediante la Carta de las Naciones Unidas, con el respeto de los derechos humanos la participación plena de las mujeres en las mesas de decisión
Tras recibir este martes el premio europeo Carlos V en el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, situado en la provincia española de Cáceres, el Secretario General de la ONU destacó la necesidad de paz y de respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
“Nunca desde la creación de la ONU y de la Unión Europea estos valores se han visto tan amenazados. Por eso hoy debemos alzar la voz y reafirmar dichos valores”, alertó el máximo responsable de la Organización.
António Guterres aprovecho la entrega del galardón para reflexionar cómo ha cambiado el mundo desde el reinado de Carlos V, e indicó que al monarca le fascinaría ver las transformaciones que ha experimentado Europa, tras siglos de enfrentamientos, aunque también le sorprenderían otros sucesos.
“Que la guerra no es cosa del pasado. Que las divisiones persisten, e incluso crecen. Que estamos quemando nuestro único hogar. Que familias están viéndose obligadas a huir, de la guerra o de eventos climáticos extremos, en una escala no vista en décadas. Que todavía sigue el hambre o la pobreza. Porque sí, algunas cosas son difíciles de explicar, y aun más de excusar por quien vivió hace 500 años”, destacó.
Más arsenales diplomáticos y menos balas
El Secretario General escenificó esta situación al afirmar que “la violencia campa a sus anchas en demasiados rincones del planeta”, con guerras y crisis cada vez más complejas e interdependientes como la invasión rusa de Ucrania, los conflictos en el Oriente Medio y el Sahel, o los recientes enfrentamientos en Sudán.
“La paz nunca debe subestimarse ni darse por sentada. Debemos trabajar por y para ella, todos los días, sin descanso. En un mundo que se está desgarrando, debemos curar las divisiones, prevenir las escaladas, escuchar los agravios. En lugar de balas, necesitamos arsenales diplomáticos”, reflexionó.
Una paz que debe conseguirse mediante las pautas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas, la negociación, la mediación, la conciliación y el arbitraje, con la participación plena y el liderazgo de las mujeres en las mesas de decisión y basada en el respeto y la protección de los derechos humanos.
“Frente al aumento de la xenofobia, el racismo y el extremismo, debemos defender nuestra humanidad común. Debemos rechazar el discurso del odio que explota las diferencias y socava la cohesión social. Debemos proteger y promover la Declaración Universal, permanecer unidos y avanzar hacia una nueva era de respeto de los derechos humanos de todas las personas”, destacó.
Tender puentes para reconstruir un mundo fracturado
Un nuevo periodo centrado también en la igualdad ya sea entre comunidades, ciudadanos o géneros y que comporte la construcción de “un nuevo contrato social basado en la justicia social”.
“Un contrato social que permita a los jóvenes vivir con dignidad. Un contrato social que asegure que las mujeres tengan las mismas perspectivas y oportunidades que los hombres. Un contrato social que proteja a los necesitados, a los vulnerables y a todas las minorías”, especificó.
Una situación que actualmente no es posible en muchos países vulnerables, cuando se agrandan las diferencias entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo, todo ello fomentado “por un sistema financiero internacional profundamente injusto y disfuncional”.
“No puede haber paz duradera sin solidaridad. No hay cohesión social sin derechos humanos. No hay justicia sin igualdad. Todos somos, colectivamente, garantes de ello. Hoy más que nunca, en nuestro mundo fracturado, erigir puentes es la única opción”, anheló.
El multilateralismo no puede funcionar sin una Europa fuerte y unida
Guterres concluyó su intervención alabando las generosas contribuciones de España a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y apelando a la unidad de Europa.
“El mundo necesita una Europa fuerte, que mire hacia fuera; no una Europa encerrada en sí misma. No tendremos un mundo multipolar, no tendremos un multilateralismo que funcione, sin una Europa fuerte y unida”, afirmó en conmemoración del Día de Europa que se celebra cada 9 de mayo.
El Secretario General de la ONU recibió el Premio Carlos V en reconocimiento a su trayectoria dedicada al compromiso social, el trabajo por la paz, la cooperación internacional y la promoción del multilateralismo. El galardón lo otorga la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste.