Los conflictos, las crisis sanitarias y la emergencia climática han dominado los titulares de este año. Sin embargo, entre bastidores, innumerables héroes anónimos trabajaron incansablemente para poner en práctica los valores de las Naciones Unidas y hacer del mundo un lugar mejor
Estos son algunos de los protagonistas del 2021 en Noticias ONU
Es gratificante ver que un niño desnutrido gane peso
En el segundo año de la pandemia de COVID-19, muchas de las personas excepcionales fueron como cabía esperar, trabajadores sanitarios que se expusieron a un riesgo personal considerable para garantizar que los miembros de sus comunidades sobrevivieran a la emergencia. Esto se agravó especialmente en las zonas de conflicto, donde el personal de la salud sigue prestando servicios contra todo pronóstico.
En Yemen, Asia El-Sayeed Ali y su familia tuvieron que huir de su casa en Adén y trasladarse a la de unos parientes. Hoy, El-Sayeed Ali trabaja en un centro médico que cuenta con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), donde atiende a los niños, y a sus madres, que sufren de desnutrición.
«Cuando una madre trae a un niño desnutrido, le doy un tratamiento nutricional y le aconsejo que lo traiga de vuelta a la semana siguiente», dice El-Sayeed Ali. «Cuando regresa y veo que el niño ha ganado peso y sus mejillas tienen un aspecto más saludable, me siento aliviada. Me encanta trabajar en la clínica. Me duele en el alma cuando veo a los niños llorar de dolor o de hambre, pero estoy haciendo algo positivo ayudando a las madres y poniendo una sonrisa en la cara de los niños.»
Tras la toma del poder de los talibanes en Afganistán, el doctor Khali Ahmadi* dijo a Noticias ONU en una entrevista exclusiva desde la capital afgana, Kabul, que él y otros sanitarios seguían trabajando a pesar de la falta de seguridad y la inestabilidad que reinaba en el país, y pidió a la comunidad internacional que siga apoyando a su país.
Ahmadi se encuentra en Kabul para prestar asistencia sanitaria a los miles de personas que llegaron a la ciudad huyendo de los combates. “Nuestra jornada de trabajo es muy larga y dura”, indicó. “Empiezo sobre las siete de la mañana y a veces puedo trabajar hasta medianoche, lo que significa que, como equipo, podemos tratar hasta 500 personas al día.
“A veces, la situación de seguridad me obliga a quedar en casa. Si se reportan disparos u otros disturbios, así como controles de carretera, los miembros del equipo deciden que es demasiado peligroso salir a trabajar. Puede haber mucha tensión en las calles”.
*Nombre ficticio, para proteger la identidad.
Todos murieron por la explosión de una mina. Pensé en mis propios hijos
Otros funcionarios de la ONU trabajaron en países de alto riesgo, como Fezeh Rezaye, de 26 años, madre de dos niños y parte de un equipo de desminado formado por 19 mujeres, que fue premiado en abril por sus esfuerzos para eliminar las minas en la provincia afgana.
«Conocí a varias personas de mi pueblo que murieron o resultaron heridas por las minas en Bamyan», relató. «Nuestro casero perdió la pierna en un accidente con minas. Pero lo que realmente me afectó fue la muerte de siete niños, todos de la misma familia, de nuestro pueblo. Estaban juntos en las montañas cuando murieron por la explosión de una mina. Pensé en mis propios hijos, en que les podría haber ocurrido a ellos».
Para los soldados que forman parte de la Misión de mantenimiento de la paz de la ONU en Mali, uno de los destinos más peligrosos de la ONU, cada patrulla en la que salen podría ser la última. Sin embargo, pocos cambiarían su profesión.
El teniente piloto aviador Luis Alfonso Amaya Medrano, de 29 años, que pertenece al contingente de El Salvador desplegado dentro de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali, también conocida como MINUSMA, no dudaría en «volver a servir en otra misión de la ONU, ya que sé que con lo poco que yo aportó, estoy aportando a la paz mundial», afirma el joven salvadoreño.
Siempre empezamos las misiones de vuelo aquí en Tombuctú, volamos hacia Duenza, revisamos que todas las calles estén despejadas, que no hayan colocado explosivos, que no haya actividades sospechosas. Aterrizamos en el campamento de Duenza, esperamos para que la aeronave sea recargada de combustible y, posteriormente, hacemos una escolta de convoy, protegiéndolo desde el aire para que todos los suministros que necesitan los campamentos, en especial Duenza, Tombuctú y hasta Mopti, sean provistos sin ningún problema».
Desde que fue desplegada en la región sudanesa de Darfur en 2019, la asesora militar en materia de género, la comandante keniana Steplyne Nyaboga, ha trabajado con diligencia para promover los derechos de las mujeres y las niñas organizando campañas y talleres para el personal y los activistas de la sociedad civil.
En reconocimiento a la excelencia de su trabajo, la ONU concedió a Nyaboga el Premio a la Mejor Defensora Militar de las Cuestiones de Género de 2020. «El mantenimiento de la paz es una experiencia humana», afirmó. «Situar a las mujeres y a las niñas en el centro de nuestros esfuerzos y preocupaciones nos ayudará a proteger mejor a los civiles y a construir una paz más sostenible».
La comandante Nyaboga fue la responsable de la educación en materia de género de otros militares de mantenimiento de la paz durante su despliegue. Llegó a impartir formación a casi el 95% del contingente militar de la UNAMID hasta diciembre del año pasado. También dio asesoría para identificar mejor las necesidades de los hombres, mujeres, niños y niñas vulnerables, y optimizar la forma en que las fuerzas de paz los protegen.
Defender la Tierra
Tras el aplazamiento inicial de la conferencia sobre el clima de la ONU debido a la propagación de la COVID-19, en 2021 por fin se celebró la esperada COP26 de Glasgow. La labor de los activistas del clima cobró mayor relevancia.
Desde agosto hasta finales de octubre, la ONU fue presentando la labor de diez jóvenes activistas, ingenieros y emprendedores, mostrando cómo todos podemos hacer algo, en la exitosa serie de podcasts en inglés No Denying It (No lo niegues), de Noticias ONU.
Entre los generadores del cambio se encuentra Nzambi Matee, una empresaria keniana que fabrica materiales de construcción sostenibles y de bajo coste a partir de residuos de plástico reciclado y arena. Su empresa, Gjenge Makers, ha capacitado económicamente a más de 112 personas, desde la cadena de suministros hasta el proceso de producción.
El activista griego Lefteris Arapakis, por su parte, fundó la primera escuela de pesca de su país, y convenció a los pescadores de que sacaran los plásticos del océano. Arapakis explica que fundó la escuela tras escuchar a su padre, pescador, decir que, a pesar de la crisis económica de Grecia, faltaba mano de obra para los barcos de pesca.
Gracias a las iniciativas de su escuela, las poblaciones de peces y el ecosistema de su zona se están recuperando, los residuos plásticos han vuelto a la economía circular y los marineros de su comunidad tienen una fuente de ingresos añadida.
Muchos de los activistas que aparecen en No lo niegues han sido identificados como Jóvenes Campeones de la Tierra por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que anunció a sus últimos ganadores en diciembre.
La cohorte de este año, formada por mujeres, incluye a la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, que fue galardonada por ser una voz poderosa del Sur global, que aboga por un mundo sostenible y no ceja en su empeño por resaltar la vulnerabilidad de los pequeños Estados insulares en desarrollo ante el cambio climático.
La lucha por los derechos humanos
Los derechos humanos de todo tipo siguieron siendo objeto de ataque en 2021, pero muchas personas valientes persistieron en su lucha por protegerlos.
Noticias ONU entrevistó a Joenia Wapichana, líder indígena en Brasil, que lleva más de 30 años defendiendo a las comunidades originarias que viven en la Amazonía del país sudamericano. La lucha por la educación, el combate al racismo y la demarcación de las tierras indígenas han sido sus prioridades.
En 2018, tras una larga campaña, Wapichana fue la primera mujer indígena elegida como miembro del Parlamento Federal de Brasil. Su campaña fue financiada con una donación popular. Ese mismo año, ganó el Premio de Derechos Humanos de la ONU.
Durante la entrevista, Wapichana pidió más recursos para la lucha contra la discriminación institucionalizada. “La sociedad tiene que entender que la discriminación de los indígenas siempre ha existido en Brasil. Esa discriminación existe y no es reconocida”, aseguró.
“Cuando una persona ha sufrido discriminación racial, o está sufriendo racismo, es necesario protegerla con todo el peso de la ley. Hay que denunciar el incidente, aunque no salga nada de ello. Es importante que dejemos constancia de lo que estamos atravesando”.
Eddie Ndopu, premiado activista sudafricano de las discapacidades, vive con atrofia muscular espinal y él mismo se enfrenta a muchos retos diarios. Cuenta que, cuando nació, les comunicaron a sus padres que no viviría más allá de los cinco años.
Ndopu relató cómo superó las barreras para viajar por el mundo defendiendo a otros discapacitados. «La pobreza es tanto la causa como la consecuencia de la discapacidad, y la inmensa mayoría de las personas con discapacidad vive en la pobreza, dijo en una entrevista para el podcast en inglés Awake at Night de la ONU.
«Creo que no hablamos de la discapacidad porque insistimos en la perfección. Y creo que la discapacidad recuerda a la gente que, en realidad, la imperfección es más intrínseca a todos nosotros que la perfección.»