El estudio ha sido realizado por el equipo de la Fundación Santa María la Real. Para poder elaborarlo se han analizado los efectos del gran incendio forestal (GIF) ocurrido en 2021 en Navalacruz, en la provincia de Ávila
La información recopilada está disponible en formato digital. Quienes lo deseen pueden descargarla en la página web de la entidad. El estudio ha sido financiado por el Programa Investigo, incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
“El informe pone de manifiesto que, aunque los incendios forestales son comúnmente asociados con la devastación del patrimonio natural, también afectan al Patrimonio Cultural, especialmente a los paisajes culturales”, explica Gumersindo Bueno, coordinador del proyecto.
En este sentido, recuerda que el fuego puede tener diferentes efectos en función de su intensidad y duración. Así, para poder prevenir es necesario conocer no solo el comportamiento de las llamas, sino las condiciones previas de la zona que queremos proteger.
Además, actualmente, advierte Bueno, “el cambio climático está aumentando el riesgo de sufrir incendios forestales extremos, dado que los paisajes están expuestos al incremento de las temperaturas y a sequías prologadas”. El fuego o los grandes incendios pueden afectar a los paisajes culturales y a su patrimonio especialmente, a los yacimientos arqueológicos, que suelen ubicarse en zonas forestales o rodeadas de vegetación.
Gran Incendio de Navalacruz
Para abordar los peligros que entraña el fuego, el estudio se ha centrado en los efectos del gran incendio de Navalacruz en Ávila, ocurrido en 2021. En este caso, el fuego afectó a una vasta superficie de más de 22000 hectáreas, incluidos elementos arqueológicos como el Castro de Ulaca. La mayor parte del patrimonio sufrió daños leves. Sin embargo, en algunos elementos, como el puente de Muñico, el daño fue mayor, dado que colapsó por los efectos del fuego sobre su estructura.
Recomendaciones y pautas
Entre las principales conclusiones del informe está “la falta de medidas de protección que presenta el patrimonio cultural ubicado en terrenos forestales”.
Por ello, se recogen una serie de recomendaciones y pautas que permitan mejorar esta situación. Una de ellas es la necesidad de concienciación y divulgación en una doble dirección. Por un lado, concienciar a la sociedad y a los gestores de bienes culturales de los riesgos y peligros que entraña un incendio. Por otro, formar e informar a las brigadas de extinción para tengan identificados y ubicados los Bienes Culturales y sepan cómo actuar sobre ellos.
Otra de las acciones necesarias es el diseño y redacción de planes específicos de prevención de incendios para cada bien. Pautas que deberán ser consensuadas entre expertos en patrimonio cultural y en extinción de incendios forestales.
Junto a estas recomendaciones generales, el estudio recoge otras más concretas, como el uso de nuevas tecnologías y, especialmente, drones, para reconocer y detectar incendios, evitando que se propaguen. La creación de paisajes mixtos o el desbroce de las zonas cercanas a bienes culturales son otras de las acciones de prevención.
“La supervivencia de los bienes culturales que se encuentran en entornos naturales corre un grave peligro, si no se establecen medidas de protección adecuadas para cada elemento”, concluye el coordinador del proyecto.
Sobre la Fundación Santa María la Real
La Fundación Santa María la Real es una entidad privada sin ánimo de lucro, cuya misión fundamental es mejorar la sociedad, mediante la puesta en marcha de proyectos e iniciativas innovadoras basados en tres ejes: personas, patrimonio y paisaje. Actualmente, el trabajo de la Fundación se estructura en cuatro grandes áreas: Empleo e Inclusión Social, Tercera Actividad, Paisaje y Sostenibilidad, y Cultura y Patrimonio.
Para más información: https://www.santamarialareal.org