El primer ministro Narendra Modi ha regresado de su reciente viaje a los Estados Unidos con 157 antigüedades que habían sido robadas de la India y llegaron a los mercados de arte en el extranjero
Por Eric Falt y Pr. Amareswar Galla
Este anuncio de bienvenida subraya que el robo y el tráfico ilícito de bienes culturales representa un desafío mundial y necesita la cooperación mundial.
En el contexto indio, los enfoques para abordar este problema son especialmente convincentes, dadas las capas complejas de patrimonio arqueológico y las extensas colecciones de museos que abarcan una geografía expansiva.
Aunque es un problema desde hace mucho tiempo, el crimen organizado cultural ha florecido durante la pandemia de la COVID-19. A nivel mundial, la crisis de salud ha debilitado la seguridad tanto de los sitios como de las colecciones debido, en gran medida, a la necesaria desviación de recursos hacia la gestión de la pandemia.
Organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han estado a la vanguardia en la lucha contra los delitos relacionados con el patrimonio cultural. Su experiencia combinada y sus asociaciones globales han llevado al establecimiento de instrumentos normativos que mejoran las respuestas y la protección contra el robo cultural.
En el contexto actual, un impulso regional oportuno y revitalizado podría fortalecer la acción mundial contra el empobrecimiento del patrimonio común de la humanidad por el movimiento ilegal y el saqueo de bienes culturales. La India, con su activa red de expertos y su experiencia en la gestión de diversas colecciones culturales, podría ofrecer muchas lecciones.
La Convención de la UNESCO de 1970 sobre las Medidas para Prohibir y Prevenir la Importación, Exportación y Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales (en adelante, la Convención de 1970), junto con el mandato de la UNODC en la prevención de la delincuencia organizada y el tráfico cultural, ofrecen herramientas sistemáticas para fortalecer capacidad nacional.
La India ha sido un actor mundial destacado en la lucha contra el tráfico cultural ilícito y también ratificó la Convención de 1970. El país ha subrayado el papel de los medios de comunicación en la sensibilización sobre el robo de bienes culturales y el Foro Parlamentario Conjunto de 2003 celebrado en Nueva Delhi ofrece mucha reflexión hasta la fecha sobre las ventajas de la promoción.
Si bien el Foro se centró en la proliferación del comercio transfronterizo ilegal de bienes culturales, alimentado por la crisis en Irak y Afganistán, la pandemia presenta ahora desafíos novedosos.
El Estudio Arqueológico de la India sirve como agencia nodal para la Convención de 1970, y el trabajo complementario de los grupos de interés podría ofrecer lecciones adicionales en el desarrollo de capacidades, especialmente en el desarrollo de medidas preventivas críticas en sitios vulnerables. Las redes sociales, junto con el periodismo informado y la toma de decisiones inclusiva en todos los niveles de gobernanza, también pueden ofrecer un paso adelante alentador.
Una medida clave es el desarrollo de inventarios digitales y documentación profesional de bienes culturales. Si bien las instituciones nacionales han abordado bien estas necesidades, los museos locales y regionales pueden beneficiarse de aumentar sus capacidades de digitalización. Un enfoque coordinado a nivel nacional sería de gran utilidad, y un buen ejemplo podría ser el desarrollo de un tesauro nacional de terminologías y descriptores de categorías de objetos que se ha defendido desde hace mucho tiempo.
Tales herramientas, si son compatibles en los idiomas regionales y están equipadas para denunciar el robo al instante, podrían facilitar la interceptación de los objetos robados antes de que ingresen a los canales comerciales ilegales.
Object ID es una herramienta desarrollada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) para un proceso de comunicación rápido. Es un estándar internacional que permite que todos en el circuito de comunicación comprendan las nueve características esenciales del objeto robado: tipo de objeto, materiales y técnicas, medidas, inscripciones y marcas, características distintivas, título, tema, fecha y período, y fabricante.
Las imágenes digitales, que hoy en día podrían realizarse a través de aplicaciones de teléfonos inteligentes en numerosos idiomas regionales, pueden optimizar el reconocimiento del objeto robado, evitar su movimiento e interceptarlo.
El Departamento de Investigación Criminal (CID) de Chennai ha documentado la capacidad de las redes ilícitas con conocimientos digitales para acceder a inventarios y atacar el robo en contextos vulnerables. La disponibilidad de mecanismos como Object ID, junto con la capacitación de las agencias coordinadoras críticas, las autoridades aduaneras y todos los integrantes de la red de lucha contra la trata para utilizar herramientas avanzadas, podría mejorar la respuesta colectiva.
Si bien la reciente repatriación de artefactos de Australia a la India ha generado considerables informes y debates parlamentarios, un diálogo concertado con la participación de múltiples partes interesadas podría poner de relieve el problema mayor, aunque ambos países son Estados Partes de la Convención de 1970 con los instrumentos legales nacionales apropiados, los objetivos fueron adquiridos a través de terceros países.
Los objetos patrimoniales, por lo tanto, deben documentarse con una procedencia basada en la evidencia, imperativos éticos siguiendo el Código de Ética del ICOM y ser accesibles para la investigación y la interpretación. Podría decirse que son estas consideraciones las que llevaron a la devolución de varios objetos de Australia a la India. La investigación de la procedencia de los objetos antes de la adquisición y los que ya se encuentran en las colecciones se ha vuelto ahora obligatoria en varios países.
El movimiento ilegal de bienes culturales es una preocupación multilateral y en sí mismo puede ser una fuente de financiación para otros delitos organizados transnacionales. Con la importancia cada vez mayor de la Convención de 1970, surge la necesidad de localizar las Directrices internacionales para las respuestas en materia de prevención del delito y justicia penal con respecto al tráfico de bienes culturales y otros delitos conexos.
Si bien las posibilidades digitales pueden ayudar con la documentación de los bienes culturales, es igualmente importante protegerlos contra el uso indebido por parte de empresas comerciales ilegítimas. Evitar la expansión de redes ilícitas no solo evitaría la explotación del patrimonio compartido de la humanidad, sino que también salvaguardaría la identidad de la comunidad.
Eric Falt es el Director de la UNESCO en Nueva Delhi y el Pr. Amareswar Galla es la Cátedra UNESCO de Museos.
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