Este cambio transformador radica en las dimensiones éticas de nuestros modos de crecimiento y desarrollo. ¿Qué valores elegiremos para impulsar las decisiones económicas, políticas e individuales? ¿En qué tipo de sociedad queremos vivir y qué mundo queremos transmitir a las generaciones futuras?
El IPCC identifica varios impactos del cambio climático que podrían evitarse limitando el calentamiento global a 1.5ºC en comparación con 2ºC, o más. Por ejemplo, «para 2100, el aumento del nivel global del mar sería 10 cm más bajo con un calentamiento global de 1.5°C en comparación a los 2°C». El calentamiento adicional de medio grado afectaría a 10 millones más de personas en 2100 debido al aumento del nivel del mar. El número previsto de especies de insectos que perderían más de la mitad de sus hábitats se reducirá de un 66% a 1.5°C en comparación a 2°C, incluidos los polinizadores que son esenciales para la seguridad alimentaria.
Sin embargo, limitar el calentamiento global a 1.5ºC requeriría transiciones «rápidas y de gran alcance» en tierra, energía, industria, edificios, transporte y ciudades. Las emisiones mundiales netas de dióxido de carbono (CO2) causadas por el hombre necesitarían bajar de 45% de los niveles en 2010, de aquí al 2030, alcanzando el “cero neto” en 2050.
La situación es alarmante, pero hay lugar para el optimismo, si actuamos con audacia e inmediatamente. Muchas soluciones están disponibles, como se destaca en el informe del IPCC. De hecho, el Premio Nobel de Economía 2018 reconoce las soluciones efectivas desarrolladas por William Nordhaus y Paul Romer para integrar, respectivamente, el cambio climático y la innovación en el crecimiento económico.
El modelo económico de William Nordhaus nos permite evaluar e integrar los costos del cambio climático. También ha demostrado que la solución más eficiente para abordar el cambio climático es un esquema global de impuestos al carbono establecidos universalmente. Paul Romer ha demostrado la necesidad de políticas públicas para impulsar la innovación y la tecnología como un determinante importante para el desarrollo económico. La UNESCO trabaja con sus Estados Miembros para analizar su infraestructura científica y desarrollar sistemas eficaces de políticas científicas que se adapten a su situación y que impulsen la innovación de la que dependemos para hacer frente a los impactos del cambio climático.
Dado que la cooperación global es necesaria para enfrentar estos desafíos globales, la UNESCO sirve como plataforma para la cooperación científica, el intercambio de conocimientos y el aprovechamiento del mejor conocimiento disponible sobre recursos naturales, incluyendo el agua, las funciones y los servicios de los ecosistemas, los océanos y los efectos del cambio climático. Debido a que los valores impulsan las políticas nacionales y la cooperación internacional, la UNESCO ha adoptado la Declaración de Principios Éticos en relación con el Cambio Climático para apoyar la toma de decisiones de los Estados Miembros, las comunidades científicas y la sociedad civil orientándoles a medidas humanas y sostenibles.
Sin un cambio en la mentalidad, no se podrá alcanzar el 1.5°C, por lo que se requieren mayores esfuerzos en educación, concientización, ciencia, ética, cultura y comunicación, todos los pilares y mandatos de la UNESCO.
La UNESCO está apoyando los esfuerzos de los Estados Miembros en el marco de la Estrategia de Acción de la UNESCO sobre el Cambio Climático, en línea con la Declaración de la UNESCO sobre Principios Éticos en relación con el Cambio Climático. Invitamos a todos y cada uno de ustedes a ser parte de este cambio. Porque cada decisión individual, en su hogar, en su comunidad, hará una diferencia para nuestro planeta. Actúa ahora, y actúa con audacia.