Malí y la UNESCO reciben una reparación en nombre de la comunidad internacional por la destrucción de los mausoleos de Tombuctú
Casi una década después de la destrucción de los mausoleos de Tombuctú, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, la Corte Penal Internacional (CPI) concedió un euro simbólico al Gobierno de Malí y a la UNESCO por los daños sufridos por el pueblo maliense y la comunidad internacional en su conjunto como consecuencia de la destrucción de los bienes culturales de Tombuctú en 2012.
Este gesto se produce en respuesta a la condena por parte de la CPI de Ahmad Al Faqi Al Mahdi por su responsabilidad en la destrucción de varios bienes culturales en Tombuctú, sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial desde 1988. Entre junio y julio de 2012, durante la ocupación del norte de Malí por grupos armados, se destruyeron varios mausoleos y la puerta sagrada de la mezquita de Sidi Yahia, lo que despertó la emoción de la comunidad internacional.
Tras la denuncia por parte del gobierno de Bamako, la CPI abrió una investigación por crímenes de guerra. El 27 de septiembre de 2016, Ahmad Al Faqi Al Mahdi fue declarado culpable y condenado a nueve años de prisión y a pagar 2,7 millones de euros en concepto de reparación a las víctimas, entre ellas la comunidad de Tombuctú, la población maliense y la comunidad internacional, que se movilizó para la reconstrucción del patrimonio, que finalizó en 2015.
Las reparaciones individuales y colectivas comenzaron el pasado mes de enero, en aplicación de las decisiones de la CPI. Considerando el valor inestimable y universal de los edificios destruidos, la CPI ordenó que se pagara un euro simbólico al Estado maliense y a la UNESCO, respectivamente.
La UNESCO, con el apoyo de la Unión Europea y Suiza, llevó a cabo la reconstrucción de los antiguos mausoleos, la rehabilitación de las tres mezquitas de Djingareyber, Sankore y Sidi Yahia, y la salvaguardia de los antiguos manuscritos, de los que cerca de 4.200 fueron quemados o robados.
La acción de la UNESCO también fue posible gracias a una estrecha colaboración con las autoridades malienses, las comunidades locales, el gremio de albañiles de Tombuctú y la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA).
El Jefe de Estado de Malí, Bah Ndaw, destacó que “la movilización mundial en torno a esta cuestión ha permitido avanzar en el marco jurídico de la protección, con la inclusión de la protección del patrimonio en el mandato de la MINUSMA, una primicia en la historia de las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU». Esta acción también fue decisiva para la consideración de la cultura como una cuestión de seguridad, con la histórica adopción de la Resolución 2347 del Consejo de Seguridad de la ONU en marzo de 2017”, sobre la protección del patrimonio.
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay dijo: “El patrimonio milenario de Malí fue el objetivo, porque encarna el alma viva de una sociedad y un pueblo. Frente al fanatismo, los malienses han dado una lección de tolerancia, diálogo y paz. Hoy en día se sigue atacando el patrimonio cultural. En el Sahel, pero también en Iraq, Siria, Yemen y Libia. Por lo tanto, debemos continuar con esta movilización mundial, que puede seguir el modelo de lo que se está haciendo en Malí”.